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Meditación sobre los dones del Espíritu Santo en el primer día de su Decenario. En qué consisten, cuáles son, y algunas metáforas que nos ayuden a entenderlos mejor, desearlos más intensamente, y pedirlos con insistencia. La oración Secuencia de Pentecostés. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/874295 1k417
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Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos, libramos Señor Dios nuestro en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, ángel de mi guarda, intercede por mí.
Acudimos también de una manera especial al Espíritu Santo porque hoy empezamos el decenario al Espíritu Santo. Los diez días anteriores a la fiesta de Pentecostés es costumbre como tener algún detalle de devoción, de piedad o quizás de meditar sobre él, sobre el Espíritu Santo, la tercera persona de la Santísima Trinidad, aquel que nuestro padre San José María llamaba el gran desconocido.
Me acuerdo una vez que estaba en el colegio y les estaba hablando a las niñas pequeñitas del Espíritu Santo y entonces les pregunté para empezar ¿Vosotros sabéis quién es el Espíritu Santo? Y entonces se quedaron como un poco calladas pero una levantó la mano y dijo ¿el de la palomica? Y dijo sí, el de la palomica, ese es el Espíritu Santo. Bueno pues a veces tenemos una visión del Señor un poco pobre del Espíritu Santo y es una de las personas divinas.
En estos días hemos ido escuchando a nuestro Señor en los evangelios la gran promesa que hace a los discípulos de lo que sería su gran don junto con la Eucaristía, el don del Espíritu Santo. El martes por ejemplo Señor nos decía os conviene que yo me vaya porque si no me voy no vendrá a vosotros el parácrito. Palabras fuertes. Y ayer miércoles insistías muchas cosas me quedan por deciros pero no podéis cargar con ellas por ahora cuando venga él el Espíritu de la verdad os guiará hasta la verdad plena.
O sea el Espíritu nos guía a la verdad plena y nos ayuda a cargar, nos hace fuertes para cargar con cosas que antes no podíamos. ¿Y cómo hace eso el Espíritu Santo en nuestra alma? Pues lo hace por medio de los dones del Espíritu Santo. Los dones del Espíritu Santo. No sé si habéis visto esa película, no es muy buena pero bueno la película se llama Code 8 o Code 8 está en Netflix y es relativamente reciente y entonces ahí trata de una ciudad donde hay o un mundo donde hay una serie de personas que tienen superpoderes, superpoderes que usan para trabajar, para cosas sencillas. Uno que con su mano su mano funde el metal, otro que produce chispazos eléctricos y no se sabe, cosas varias. Entonces se les ve cómo efectivamente un equipo de gente con superpoderes es capaz de hacer cosas pues muy fácil y rápidamente que los otros que no los tienen pues tardan mucho más.
Pues algo así son los dones del Espíritu Santo. Son unas cualidades sobrenaturales, unas ¿cómo lo diría? unas energías exquisitamente divinas, unos superpoderes en definitiva que el Espíritu Santo otorga con su presencia a las almas en gracia. ¿Para qué? Para que puedan realizar de modo más perfecto y como sin esfuerzo las acciones virtuosas en que consiste la vida sobrenatural y que son a veces muy costosas. Eso soldar, pues yo soy capaz de soltar un tubo pero si con mi mano paso la mano por el tubo y se suelda pues es mucho más fácil claro, mucho menos esforzado, no tengo que aprender la técnica, no tengo que gastar material, etcétera. Bueno, son siete.
Sabiduría, entendimiento, ciencia, consejo, piedad, fortaleza, temor de Dios, Espíritu Santo, danos los todos porque ya veréis vamos a ir viendo en cada una de las meditaciones que seguirán con algún salto a lo mejor pero los siete dones, un don en cada meditación. Ya veréis qué ganas nos van a entrar a todos de pedirle con muchas ganas al Espíritu Santo estos tesoros, estas cualidades, estos superpoderes que son estos dones del Espíritu Santo.
San Josemaría decía que el Señor, y cito, ha puesto su omnipotencia al servicio de nuestra salvación y lo hace con los dones porque el Señor se refiere también a Dios, Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo, también al Espíritu Santo.
Esa omnipotencia de la que el Espíritu Santo es como una
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