Ride Through 4x10: Grandes rivalidades de la historia del Mundial de Motociclismo: Valentino Rossi vs Sete Gibernau 5u6oj

¿Qué sería de MotoGP sin sus rivalidades históricas? Si algo que ha convertido este campeonato en un auténtico fenómeno de masas no son solo los talentos que afloran en él, sino esos enfrentamientos entre pilotos que, en ocasiones, han ido más allá de la pista, lo que nos ha acabado dejando batallas épicas por victorias y títulos.

Hoy vamos a hablar de una de ellas, quizás la primera gran rivalidad de la era MotoGP, Valentino Rossi vs Sete Gibernau. Soy Alberto Sánchez y esto es... RideThru.

Es cierto que Rossi ya había tenido una rivalidad candente con otro piloto en la categoría reina, por todo ser recordado ese encontronazo entre el piloto de Tavullia y Max Biaggi en Suzuka 2001 y sus consecuencias posteriores, reflejadas sobre todo en la depresa candente. Pero el punto álgido de dicha rivalidad se daría en 2001, es decir, cuando aún la categoría reina era 500.

De esta hablaremos más adelante, pero ahora nos centraremos en el primer gran escollo que tuvo el nueve veces campeón del mundo en la categoría reina. A diferencia del caso de Biaggi, donde la relación fue mala desde el inicio, entre Valentino y Sete sí que existía un respeto mutuo que acabaría derivando en amistad, a pesar de ser rivales por el título en el año 2003. En aquel 2003, el último de Rossi con Honda, el italiano empezó como siempre, ganando y marcando territorios respecto al resto de pilotos.

El trágico fallecimiento de DeGiro Cato en Suzuka supuso un golpe duro para Sete, que era su compañero, y a la vez un extra de motivación, pues a partir de entonces correría con su moto, una Honda oficial, y le dedicaría cada triunfo. El impulso fue tal que llegados al parón de verano, el español tenía más victorias que el italiano, 4 vs 3, que aún así era líder gracias a su regularidad.

El triunfo de Sete en Alemania en la última curva privando a Rossi de hacer una celebración especial que tenía preparada, su club de fans montó una recreación de la iglesia de su pueblo con el cura del mismo incluido, no gustó al italiano, que se lo tomó personal desde la siguiente carrera, lo que supuso arrasar en lo que quedaba de campeonato, al estilo Michael Jordan. De 7 carreras restantes, Rossi ganó 6 y quedó segundo en la que no lo hizo, triunfo de Max Biagi en el Gran Premio del Pacífico disputado al Motegi.

Sete por su parte no volvería a ganar ese año, acabando el campeonato a 80 puntos de distancia.

La marcha de Rossi y Yamaha en 2004 supuso un cambio en todos los sentidos. Al ser subcampeón, Sete pasaba a ser el piloto número uno de Honda, y su relación con Rossi empezó a enfriarse al estar menos en o por correr para diferentes marcas. En esta ocasión sería Rossi el que llegaría con más victorias al parón, pero la regularidad de Sete le permitiría estar muy cerca subiendo al campeonato.

Tras el verano comenzaría un tira y afloja que tuvo su punto álgido en Qatar. Los Aires se estrenaba en el Campeonato del Mundo. Por primera vez, tanto Rossi como Givernau llegaban a una pista en igualdad de condiciones, sin referencias previas. El de Gresini ganaría la primera batalla en clasificación. Saldría tercero mientras que Rossi partiría en tercera línea. Fuato, su compañero checa, lograba la pole.

En un principio debía ser así, pero esa noche ocurriría algo que mandaría al de Yamaha al fondo de la parrilla. Un grupo de mecánicos de Sete comandados por Juan Martínez descubrirían a mecánicos de Rossi y Biaggi limpiando entre comillas sus respectivas plazas de salida. Es decir, quemanonreda con sendas scooters para dejar goma y tener más agarre a la hora de arrancar.

Los Aires era un circuito nuevo, y al estar en medio del desierto, la pista se ensuciaba con facilidad. Evidentemente, el Gresini denunció la situación, y ambos pilotos fueron sancionados teniendo que salir último y penúltimo. Para colmo del de Yamaha, en el intento de remontada, que estaba saliendo a la perfección, se iría al suelo cuando ya rodaba cuarto, mientras que Givernau se acabaría llevando el triunfo manteniendo vivas sus opciones al título. En el caso de Sachsenring 2003, lo de tomarse personal la victoria de Givernau fue una exageración por mi parte, pero en este caso sí que fue verdad.

En declaraciones posteriores a la carrera de Qatar, Rossi atacaría duramente a Sete y a su equipo de mecánicos, llegando a decir que Givernau jamás volvería a ganar una carrera, una exageración propia del Calentón que se acabaría volviendo premonitoria. Valentino perdería en las tres carreras siguientes, metafórica y literalmente, como demostró en la celebración de la victoria en Malasia, y lograría su sexto título mundial, cuarto de la categoría, y el primero de Yamaha desde Wayne Rainey en 1992. A este punto la relación o trola de amistad se había roto por completo, pero la enemistad aún no había llegado a su punto más alto, aunque no tardaría mucho en hacerlo.

Año 2005. Por primera vez el campeonato del mundo da inicio en Jerez, o lo que es lo mismo.

Givernau iniciaba la temporada corriendo en casa y en un circuito donde ya había ganado el año anterior. Sin embargo, la primera batalla sería para el piloto de Yamaha, que lograría la pole, quedando justo por delante del de Gresini. Givernau comandaría gran parte de la carrera, pero Rossi no se despegaría de él. A falta de poco más de dos vueltas, el italiano tomaría el liderato en la misma curva donde la rivalidad llegaría a su clímax poco después. Valentino se iría a largo en Dreysack en la última vuelta, permitiendo a Givernau recuperar el liderato.

Esto nos dejaría media vuelta de pasadas y repasadas constantes que acabarían con Sette llegando primero a la última curva. Rossi no lo dudó y se lanzó al hueco.