Regresa a Ítaca Ep. 23 "Aburrise también es sentir: cuando el alma se queda en pausa" 705t

¡Me aburro! ¡Me aburro y me aburro! ¿Por qué no podemos salir al parque? Preguntó su madre.

Llevaban tres días sin salir a la calle para nada, ni siquiera para ir al colegio.

Como ya te dije, debemos quedarnos en casa, Pablo.

¿Pero qué te parece que preparemos unas rosquillas? Le dijo su madre.

Pablo fue a la cocina a beber agua y de repente vio tres rollos de papel higiénico vacíos en el contenedor de papel.

Los cogió y los puso en la mesita en fila india. Les pintó ojos, nariz y boca.

¡Qué divertido! Pensó.

Después los vistió con recortes de revistas, con una pajarita, chaleco y pantalones a cada uno.

Estuvo un buen rato entretenido. Cuando su madre llegó, dijo ¡Qué bonito, Pablo! ¡Mamá, tienes lana para hacer el pelo! Preguntó Pablo.

Y los muñecos quedaron preciosos en la estantería de su cuarto.

Hasta la hora de comer estuvieron haciendo las rosquillas, muy entretenidos.

Y luego comieron, descansaron un poquito y...

¡Me aburro! ¡Me aburro! ¡Me aburro! Volvió a la carga Pablo.

¡Espera un momento que te dé la papilla a tu hermana y jugaremos a algo! Dijo su madre guiándole un ojo.

Pablo fue a su habitación desganado. Estaba todo desordenado y se puso a recoger los juguetes y a ordenar su habitación.

Su madre, que había salido a comprar, entraba por la puerta cuando Pablo leía un cuento.

¡Qué bien, Pablo! Le dijo su madre y le dio un gran abrazo.

Su padre también felicitó a Pablo efusivamente.

Jugaron los tres al parchís y a la oca. Luego, sus padres atendieron a su hermana, Beba.

Le dieron el biberón y empezaron a preparar la cena.

¡Me aburro! ¡Me aburro! ¡Me aburro! Dijo Pablo otra vez.

Al pasar por la habitación donde dormía su hermana tuvo una gran idea.

La sacó todos los pañales de las bolsas y con ellos hizo un circuito de obstáculos a lo largo del pasillo.

Estaba saltando muy entretenido cuando asomaron sus padres por la puerta de la cocina.

Fueron a decir algo pero se miraron uno al otro y no les regañaron.

¡Divertidos! ¡Estaba claro! Pensaron sus padres.

Que no era malo que Pablo se aburriera de vez en cuando.

Muy buenos días, muy buenas tardes, muy buenas noches allí donde te encuentres.

Y ojalá, de verdad, de corazón, sea en ese sitio, en ese rinconcito que te acerca cada día un poquito más a la vida de tus sueños.

¿Quién les habla? Adriana Odone y como en cada travesía me acompaña Gaspar.

Y en controles toda la gente maravillosa de Radio Marrachí FM.

Esto es Regresa a Itaca, tu programa de desarrollo personal.

Sintonizanos por la 92.9 Radio Marrachí.

También nos podés encontrar en la plataforma de ebook donde están todos los programas.

Para que si no pudiste escucharnos el día miércoles lo puedas recapturar, resintonizar y sobre todo...

...divertirte y aprender algo con nosotros.

Tengo el corazón en transición, nieves canta.

Muchas gracias por acompañarnos en cada una de estas travesías que nos lleva hasta Itaca.

Es nuestro lugar seguro, es el lugar donde nos sentimos sin miedo, sin máscaras.

Queremos que nos acompañes en cada una de estas travesías.

Pero hoy nos acompaña un compañero que muchas veces rechazamos, ignoramos o cubrimos con ruido.

El aburrimiento, con A bien mayúscula.

Parece que vivimos en una sociedad y en un mundo donde el aburrimiento es nuestro peor enemigo.

Sí, el aburrimiento.

Ese silencio incómodo que a veces se instala sin avisar.

Esa sensación que nada nos entusiasma.

De que los días pasan sin chispas, sin sentido.

Cuando todo parece estar bien por fuera, pero por dentro algo se va.