La Puerta de Amor Que No Se Ve | T4 - Ep2 x945

Despierta tu corazón, un espacio donde tu fuego interno encuentra su voz y su camino.

Bueno, muy buenas alquimistas, ¿cómo estamos? Yo, como siempre, liado. Esa es la palabra. Así, a resumidas cuentas, liado de narices. Y bueno, hoy la verdad es que es un capítulo especial para mí, es un episodio precioso en la cual me cuesta un poco describirlo con palabras porque es algo realmente tan hermoso que cuesta describirlo o encontrar palabras acordes a aquella frecuencia, a esa frecuencia hermosa de la que te quiero hablar. Bueno, a mí me lo enseñaron como la puerta de amor. No sé si conoces la canción de Nino Bravo, pero es tal cual así.

Es una puerta que, como te digo, no se puede ver, no se puede ver. Es una puerta que solamente la puedes sentir, es una frecuencia hermosa que te viene al corazón, te desborda de lágrimas el corazón. Y justamente eso, justamente, solamente puedes sentir esa puerta, o mejor dicho, la frecuencia que hay atrás esa puerta, cuando abres tu corazón. Y abrir el corazón no es cualquier cosa. Abrir el corazón significa abrirse a la vida, abrirse a lo desconocido, abrirse a aquello que nos sujeta, que nos provee y que no podemos ver. Solamente la podemos sentir con los ojos del corazón.

No puedo describirlo de otra manera. Si a lo largo del episodio se me ocurren más palabras, las diré. Pero ahora mismo te digo, estoy justamente caminando por la zona donde tuve ese momento tan bonito. Fue un 10 de junio del 2023, hace un año y pico. Y fíjate, no sé si eres estudiante de un curso de milagros, pero un curso de milagros lo describe como un instante santo.

Es así como lo describe todo esto que te estoy contando. Es un instante, un momento en el tiempo sin juicios, sin miedos. Es algo que va más allá del cuerpo, ¿vale? No es que me haya salido del cuerpo, no, no, no. Va más allá del cuerpo. Es una frecuencia, una sintonía, una música que solamente puede localizarla el corazón. Por un lado, es como una radio, ¿vale? Por un lado, pues bueno, tienes las casas, tienes los coches, tienes los problemas, los miedos...

Todo eso está en esa frecuencia, el ego, ¿vale? Pero gracias a ese momento, pude comprobar que había otra cosa. Eso que siempre intuimos, esa voz interna amplificada por 10.000. Y esa voz que tenemos ahí, silenciada, apagada, que es nuestra voz del alma, es la que, digamos, emerge de tal manera que le está hablando a voces en ese momento. Y lo único que puede sentir es amor verdadero. Es como que todo tiene sentido.

Justamente estoy paseando por aquí para inspirarme y contártelo así. Porque es una descripción que es tan bella que ya te digo que es que cuesta incluso describirlo porque no lo he vivido así tanto, tan inmensamente en mi vida. De forma tan, ya te digo, tan grande, tan enorme, tan potente.

Y recuerdo unas palabras que escribí días posteriores a ese día asínctan de santo.

Y básicamente, como lo describí, fue que es como si yo pudiera percibir con los ojos del corazón todo lo que Dios ha creado. Es decir, cada planta, cada árbol, el viento, los pájaros...

Todo eso se mueve en una frecuencia. En una frecuencia amorosa, en donde no hay miedo ninguno. En donde sabes perfectamente, con esa emoción en el corazón, sabes que no te va a faltar de nada. ¡Ya está!