Presentación del libro Enemigos del imperio 2i6y5y

Estás escuchando los audios de Traficantes de Sueños.

Traficantes.net, pensamiento crítico para prácticas reales.

Hola, muy buenas concurrido público.

Bueno, antes de empezar con los agradecimientos habituales a Traficantes de Sueños, aprovechar para decir que el Estado de Israel es un Estado que debe desaparecer y siempre es buena ocasión para decirlo, ¿no?, que abajo es el puto Estado sionista.

Ahora sí, gracias a Traficantes por haberme dado el espacio.

Y, sobre todo, gracias a la concurrencia, pero al cacho de que tenemos hoy aquí.

Venimos a hablar en parte de este libro, pero la verdad es que es una cosa de lujo.

Aquí hay antropología crítica para dar y tomar.

O sea, por un lado... ¡Hombre, a Javi, tenemos ahí a Javi! Tenemos antropología crítica para dar y tomar.

Por un lado, Dalí Montánez, con el que viví en México y con el que aprendí un montón de cosas, buenas, malas, regulares, que sacó un libro bastante bueno que os recomiendo un montón, Marxismos negros, que está por aquí y podéis obtenerlo pagando o de otros sitios no pagando, no sé.

Y otra antropóloga, Valentina, que aparte de estar haciendo ciencia crítica y empezar a sacar un montón de cosas porque está yendo un montón de congresos, pues es como la espina dorsal de un colectivo muy potente del que yo muy colateralmente formo parte, que es Simpoli y ella, digo que es columna arterial porque coordina, gestiona, organiza, vehicula, media, da ideas, regaña, poco.

Es de esas personas que como Marisa, siempre que he mencionado a Marisa, es necesaria.

Lo importante va a ser aquí el diálogo que vamos a fluir, pero antes quería destacar un par de ideas del libro, que es este que tenéis delante.

Por resumir muy resumidamente de qué va el libro, el libro trata de poder, trata de poder, no es un libro político, es un artefacto político, no es un libro de historia, trata de poder.

Trata más específicamente de las técnicas de poder que ha utilizado la nación española o el Estado español históricamente para construir, dominar, explotar y constriñir pueblos.

Y la historia es que el punto de vista que toma el libro no es tomando de vista el poder como algo reactivo, como algo simplemente violento, tosco y brutal, sino como un elemento productivo, capaz de generar mundos y de producir mundos, por muy terribles que sean.

Normalmente en las presentaciones me enrollo un poco más, me enrollo bastante, porque no hay gente aquí tan cañera, me dejan a mí solo.

Hoy voy a ir simplemente a las dos cosas que yo creo que son las dos contribuciones más interesantes y que más os pueden llegar a interesar.

Una tiene que ver más con el marco histórico y la otra con el marco contemporáneo, aunque ambas están súper conectadas.

Digamos que desde el punto de vista histórico, la mayor aportación de este libro es ofrecer una genealogía materialista del racismo.

Eso es un cacho de palabras, ¿no? Básicamente lo que hago es situar el marxismo en relación a esa estructura de opresión histórica.

Como sabéis, mucha gente refiere a… ¿he dicho marxismo o racismo? Marxismo.

Esos putos marxistas, racistas, es que estaba aquí delirando ya.

Situar la materialidad del racismo.

Como sabéis, hay mucha gente que relaciona el racismo como discriminación.

Como, ¡eh, puto negro, chino, no sé qué! Sabes, como, ese me ha mirado raro, este me da… Eso es una gilipollez muy grande, como veremos, aunque es comprensible y eso se puede dialogar.

Hay gente que dice que… a mí esto me hace bastante gracia, ¿no? Dice, sí, lo del racismo se cura viajando o el racismo se cura leyendo.

Yo, cuando dicen eso, me imagino a un nazi de estos súper elegantes en un flan panzer cruzando la frontera de Polonia.

Esa gente sabía que te cagas, ¿no? Sabía muy bien lo que hacía, tenía alta tecnología, la mejor ciencia.

No, no, el racismo está vinculado a cosas mucho más complejas.

Tiene que ver con estructuras históricas de dominación.

Concretamente, o sea, si yo tuviese que definir el racismo de una manera así, resúmenmelo en tres o cuatro líneas, diría que va de cómo producir población subalterna y sometida, cómo insertarla en estructuras jerarquizadas, todo ello para hacer un modo de producción más funcional, donde una gente se beneficia y otra gente sale reventada.

Así suena súper abstracto, pero si yo os digo que ya en el siglo XVI había textos que decían que todos los indios mitallos deberán contribuir a las minas de la población alrededor de Potosí con el trabajo de 14 horas para la felicidad y la alegría del reino occidental.