Pirrón de Elis 1i2l5k

Pirrón de Hélis, que vivió aproximadamente del 360 al 270 a.C.

Fue un filósofo griego conocido como el fundador del escepticismo, una corriente filosófica que cuestiona la posibilidad de alcanzar un conocimiento cierto y objetivo sobre la realidad.

Su vida y su pensamiento marcaron un hito en la filosofía antigua, formando las bases para el escepticismo que influiría en corrientes filosóficas posteriores.

Comenzaremos viendo cómo fue su vida.

Pirrón nació en Hélis, una ciudad del Peloponeso, en un periodo de grandes cambios políticos y culturales en Grecia.

Comenzó su carrera como pintor, pero pronto se interesó por la filosofía.

Fue discípulo de Anaxarco de Abdera, un filósofo que lo introdujo en las ideas de Demócrito y otros pensadores presocráticos.

Pirrón acompañó a Alejandro Magno en sus campañas militares por Asia, lo que le permitió entrar en o con diversas culturas y tradiciones filosóficas, incluyendo los himnosofistas de la India.

Estas experiencias influyeron profundamente en su desarrollo filosófico.

A su regreso a Hélis, Pirrón fundó la escuela escéptica, que se caracterizó por su cuestionamiento radical de las certezas y su búsqueda de la tranquilidad del alma, la taraxia.

Aunque no dejó escritos, sus ideas fueron transmitidas por sus discípulos, especialmente por Timón de Fliunte, quien documentó gran parte de su pensamiento.

A continuación veremos las principales ideas de su pensamiento.

El núcleo del pensamiento de Pirrón radica en la suspensión del juicio o epogé, una actitud que implica abstenerse de emitir juicios categóricos sobre la realidad.

Según Pirrón, la percepción sensorial y la razón humana son inherentemente limitadas y no pueden proporcionar un conocimiento absoluto.

Por lo tanto, la mejor postura es la de mantener una mente abierta y evitar aferrarse a creencias dogmáticas.

Pirrón sostenía que esta actitud de duda metódica conducía a la taraxia, un estado de serenidad y tranquilidad mental que surge al liberarse de las perturbaciones generadas por opiniones infundadas y creencias inamovibles.

Para él, la felicidad y la paz interior no dependen de alcanzar certezas, sino de aceptar la incertidumbre y vivir en armonía con la naturaleza.

Su filosofía también incluía una crítica de las convenciones sociales y culturales, promoviendo una vida sencilla y desapegada de las preocupaciones materiales.

Aunque su enfoque puede parecer radical, su mensaje subyacente es una invitación a reflexionar sobre nuestras creencias y a cuestionar las certezas que damos por sentadas.

Para finalizar, veremos cuál es su legado.

El pacto de Pirrón trasciende a su época.

Su escepticismo influyó en corrientes filosóficas posteriores, como el escepticismo académico y el escepticismo moderno.

Pensadores como Sexto Empírico retomaron y desarrollaron sus ideas, adaptándolas a nuevos contextos.

En un mundo contemporáneo caracterizado por el exceso de información y la proliferación de opiniones contradictorias, el mensaje de Pirrón sobre la importancia de la duda y la reflexión crítica sigue siendo muy relevante.

Su vida y su pensamiento nos invitan a cuestionar nuestras certezas y a buscar la serenidad en la aceptación de la incertidumbre.