El odio. ¿Sirve para algo censurar un libro? 1u1i3l

Hola, bienvenidos a Real y Ficción. Mi nombre es Héctor y soy escritor. No youtuber, no tiktoker, ni influencer. Les remito a un titular. Anagrama suspende indefinidamente la distribución de El Odio, el libro de Luis G. Martín sobre José Bretón. Estuve dándole vueltas sin dedicarle tiempo a este asunto porque no es sencillo hacerlo y la verdad no me apetece demasiado. Entre otras cosas porque yo tuve también un juicio social, podía decir moral, pero en realidad fue político por la publicación de un libro.

Y es verdad que fue por motivos diferentes, como digo, fue más político que otra cosa. Pero yo no sé si la política es muy diferente de lo que vamos a hablar hoy. Me trae muy mal recuerdo verme, yo en mi caso, por ejemplo, en una habitación rodeado de gente que tras la excusa de la mala calidad de una de mis novelas, y mira, quizás hasta tenían razón, no seré yo quien vaya a juzgar la calidad de un libro escrito por mí, pues esa novela la intentaron censurar. Fue un momento desagradable.

Tras varias conversaciones actuales, hoy en día, con amigos, comprendí que la paralización o la censura de un libro, sea el que sea, es también parte fundamental de la literatura, como lo es su inspiración, su escritura, la publicación, el éxito o el fracaso de cualquier tipo de libro. Eso también es literatura, por lo menos de la creación. Bien, si vives fuera de España, o no estás pendiente de la actualidad española, quizás no conozcas los detalles del caso. Yo te voy a poner en antecedentes y pido disculpas si alguien ya lo conoce. Estamos hablando de 2011.

José Breton, un cordobés, un español, llamó a urgencias porque decía haber perdido a sus hijos en un parque. Muy pronto, dado a múltiples contradicciones en sus declaraciones, se le consideró el principal sospechoso de la desaparición de ellos, de sus hijos, y finalmente se descubrió que él mismo los había asesinado con el objetivo de torturar a su esposa, que le había dicho previamente que lo iba a abandonar. El caso fue muy mediático por decenas de motivos, pero sobre todo destaca por la frialdad y la ausencia de sentimientos del asesino.

Este hombre, José Breton, durante todo el juicio, durante todos los interrogatorios jamás reconoció su crimen, pero además se demostró casi como un tipo frío y sin escrúpulos.

En 2025 se anuncia la publicación del libro El Odio de Luis G. Martín, y está basado en ese caso. Entre otras novedades, Luis G. Martín se entredictó con el asesino, que confiesa por primera vez su crimen. Ruth Ortiz, la madre de los niños asesinados por José Breton, considera que el libro podría dañarla a ella y a la memoria de sus hijos, e inicia un proceso judicial para paralizar la publicación del libro. Tiene razón ella, probablemente, sí, lo tiene. Un juzgado, sin embargo, considera que la libertad de expresión es demasiado importante en este caso, y que los argumentos expuestos por la parte que quiere paralizar el libro no son suficientes para considerar esta censura.

Sin embargo, el ruido mediático es tan fuerte, las redes sociales y los medios de comunicación han colocado en la actualidad una tan poderosa polémica, que la editorial del libro decide echarse atrás y detiene la promoción, publicación, distribución del libro. Yo no sé decir la publicación porque el libro ya está publicado, y es un tema muy delicado y aún más complejo. Tenemos como ciudadanos libres de una sociedad de derecho, el derecho, vamos a asumirlo así, de encarar la maldad en estado bruto, sin tamices ni antídotos. Lo primero es lo primero. ¿Quién no puede estar de acuerdo con la madre de unos niños asesinados?