
Aferrado a los clásicos. El retrato de Dorian Gray (Wilde) 45820
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Se propone la idea de que Wilde estuvo presente mientras iba dibujándose durante semanas la silueta de Dorian Gray en el lienzo, y en algún momento se lamentó de que la belleza desquiciante del joven desapareciera con la edad, con lo que quedó sembrada en el cerebro del autor la semilla de lo que luego ha sido su obra más conocida. Mas allá de la fábula y lo literario, ¿Dónde está la verdad del origen de El retrato de Dorian Gray? https://hgquintana.com/aferrado-a-los-clasicos-el-retrato-de-dorian-gray-wilde/ https://youtu.be/47fu2iTb_zY 2m4h5u
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Hola, bienvenidos a Real y Ficción. Mi nombre es Héctor y soy escritor, no youtuber, no tiktoker, ni influencer.
Existe una historia, seguramente apócrifa, que propone al pintor Basil Hallward como autor de un prólogo para una de las ediciones del retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde.
Hallward, como personaje al fin, no puede escribir un preámbulo para un libro donde él existe y, por desgracia, la historia no es cierta.
Pero quienquiera que haya escrito ese pequeño trozo de mentira superior a la realidad que existe sólo para el libro y en el libro, hizo una pequeña aportación a la literatura haciendo real lo que sólo es ficción. Y esto probablemente lo hizo el propio Oscar Wilde.
Y ahora explicaré por qué.
Era una repugnante parodia, una sátira infame e innoble.
Él jamás la había hecho y, sin embargo, sería siendo su cuadro.
Lo sabía y sentía como si su sangre hubiera pasado del fuego al quieto hielo en un momento.
Su propio cuadro, ¿qué significaba? ¿Por qué estaba alterado? Se volvió y miró a Dorian Gray con los ojos de un hombre enfermo.
Su niña espalda la boca y su lengua seca parecía incapaz de articular palabra.
Se pasó la mano por la frente. Estaba fría y húmeda por el sudor.
Sin embargo, pensemos en esa idea.
En ese fragmento se propone la idea de que Wilde estuvo presente mientras iba dibujándose durante semanas la silueta de Dorian Gray en el lienzo.
Y en algún momento se lamentó de que la belleza desquiciante del joven que estaba en ese cuadro o mejor, la del joven, el modelo que estaban pintando, desapareciera con la edad.
Con lo que quedó sembrada en el cerebro del autor la semilla de la que luego ha sido su obra más conocida.
Más allá de la fábula y lo literario, ¿dónde está la verdad del origen del retrato de Dorian Gray? Según cuenta Richard Edelman en un exquisito libro biográfico, a Oscar Wilde le encantaba que le preguntaran por el origen de los personajes de su novela y se inventaba cada vez una respuesta diferente y al mismo tiempo niega que jamás Wilde hubiera posado para un pintor llamado Basil Hallward como a veces el propio Wilde proponía.
Pero lo que sí es cierto y comprobado es que Wilde escribió la novela en efecto inspirado en una experiencia personal.
En 1887, en Londres, mientras posaba para un retrato pintado por la artista canadiense s Richards a la que Wilde había conocido 7 años atrás en Canadá, él comentó en broma, ah, qué tragedia, este retrato nunca envejecerá y yo sí, ojalá fuera al revés.
¿Cierto o no del todo la anécdota? El impulso para escribirla se la dio James Stoddart, el editor de la revista mensual Leaping Cots Monthly Magazine que se publicaba en Filadelfia.
Según parece, el editor intuía que el público estaba interesado en leer relatos de cierta extensión que fueran más largos que cuentos, pero no tan complejos como una novela y en una visita que hizo a Londres en 1889 durante una cena con Arthur Conan Doyle y el propio Oscar Wilde, encargó sendos textos a los dos escritores.
El proceso de escritura del relato fue muy rápido para Wilde, él la concluyó en muy pocos meses, entregó el manuscrito inicial en abril de 1890, que son apenas 7 meses después del encargo, oiga, y fue publicado en la citada revista.
Pero, claro, era como les digo, un relato de cierta extensión sin llegar a ser una novela.
Sin embargo, Wilde sometió a esa versión original a varias modificaciones, añadiendo trozos y quitando palabras y frases innecesarias hasta que la publicó en forma de libro en 1891, con el texto final que conocemos hoy, aunque al decir esto no estoy siendo del todo sincero y lo explicaré más adelante.
Se suele decir que a partir de entonces la literatura victoriana cambió para siempre, por suerte o por desgracia, eso nunca lo sabremos.
Entre esas modificaciones, Wilde se auto-censuró, matizó algunas de las insinuaciones homogéneas,
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