No es Disciplina: El Secreto Psicológico para Crear Buenos Hábitos 62v2

¿Qué pensarías si te dijera que hoy vamos a aprender algo de las colonoscopias que nos va a ayudar muchísimo a mejorar nuestros hábitos? Bien, quizás te pensarás que me he vuelto loco.

No sé si alguna vez te han hecho una colonoscopia, a mí de momento no, pero conozco a personas que se la han hecho y ninguna de ellas me la ha recomendado nunca.

Se ve que es una experiencia bastante molesta.

Y a lo mejor por este motivo Daniel Kahneman en el año 1996 diseñó un estudio en torno a esta experiencia tan peculiar.

Mira, en este estudio que cambió totalmente nuestra forma de entender cómo el cerebro humano evalúa las experiencias, se tomó a un montón de personas que iban a ser intervenidas con una colonoscopia y se las dividió en dos grupos.

Al primer grupo les hicieron una colonoscopia larga pero que al final fue algo menos molesta.

Aunque la experiencia general digamos que es incómoda, al final fue un poquito menos incómodo.

El doctor fue con más cuidado e hizo algo menos de daño.

Al segundo grupo les hicieron una colonoscopia más corta pero que tuvo un final más molesto que el resto de la colonoscopia.

Y bien, si te preguntara cuál de las dos colonoscopias escogerías tú, ¿cuál dirías? Bien, el sentido común nos haría escoger la colonoscopia más corta.

Aunque el final sea algo más doloroso, es una colonoscopia mucho más corta en la que vamos a estar sufriendo menos tiempo.

Pues bien, resulta que nuestro cerebro inconscientemente no evalúa de esta manera las experiencias.

En el estudio se descubrió que el grupo que había sido intervenido con una colonoscopia más larga pero que tuvo un final algo más agradable valoró de media como más positiva la experiencia que el grupo que tuvo una colonoscopia mucho más corta pero con un final algo más incómodo.

Daniel Kahneman descubrió aquí algo súper interesante, un principio psicológico que podemos utilizar a nuestro favor para mejorar muchísimo nuestra vida.

Este principio es el siguiente. Cuando nuestro cerebro evalúa una experiencia, no toma la experiencia en su totalidad y la evalúa de manera homogénea.

Lo que hace es tomar algunos puntos de referencia, algunos puntos que tiene mucho más en cuenta en su evaluación.

Uno de ellos es el punto de máximo pico de experiencia.

Es decir, en toda experiencia, por muy plana que sea, hay un momento en el que sentimos algo positivo o algo negativo de una forma más intensa.

En la colonoscopia podría ser el momento en el que al doctor se le va un poquito la mano y nos molesta más.

En una película, por ejemplo, si es una película de acción, podría ser el punto más épico de la película.

Justo ese momento en el que hay la guerra definitiva y en el que sentimos una adrenalina mayor.

Ese sería el punto de máximo pico de experiencia de una película.

Y este punto nuestro cerebro lo tiene muy en cuenta cuando evalúa el tono general de la experiencia.

Una película que es muy floja, muy aburrida en conjunto, pero que tiene un momento epiquísimo, la vamos a evaluar como más positiva de lo que realmente es.

Como más buena, como más entretenida de lo que es, simplemente porque ha habido un instante que nos ha marcado muchísimo.

Y al revés, si hay una película que por lo general es buena pero no tiene puntos muy fuertes de experiencia, no tiene momentos de subido muy altos, la vamos a atender a valorar como más negativa.

Y en segundo lugar, hay otro punto de referencia que tiene muy en cuenta nuestro cerebro cuando evalúa una experiencia y es precisamente el final de la experiencia.

Cómo acaba algo tiene una influencia muy importante sobre cómo nuestro cerebro evalúa ese algo en concreto, esa actividad, esa experiencia.

Con las películas también se ve clarísimo.

Hay películas que en su conjunto son bastante buenas pero que tienen un final flojo, y estas películas suelen ser evaluadas como malas.

Mientras que hay películas que son flojitas pero que tienen un cierre muy bien hilado, un final súper épico, que nos hacen evaluarlas como más buenas de lo que realmente son.

Nuestro cerebro no toma el conjunto de la experiencia, sino que toma su punto de mayor pico de experiencia y el punto final de la experiencia.

Estos dos puntos son determinantes en cómo vamos a ajustar la experiencia.

Y tú dirás, ¿y cómo podemos utilizar esto para mejorar nuestros hábitos con mayor facilidad? Pues mira, muy sencillo, lo hemos hablado muchas veces.

Hay un componente esencial de los hábitos que tenemos que tener muy en cuenta cuando queremos crear buenos hábitos, y este es la gratificación inmediata.

Las acciones que son gratificantes al corto plazo se convierten en hábitos de una manera mucho más rápida que aquellas que resultan incómodas al corto plazo.

Este es el motivo principal por el que los vicios o los malos hábitos se crean con tanta facilidad mientras que los buenos hábitos requieren de fuerza y voluntad para repetirse una y otra vez hasta que se convierten en un automatismo.

Por ejemplo, cuando tú estás viendo vídeos de TikTok, recibes una gratificación inmediata en forma de entretenimiento, en forma de placer al corto plazo, que hace que esa acción se consolide como hábito sin ningún esfuerzo.