Meditación y conferencia: “Alcanzar la madurez espiritual”, con Guillermo Simó 1j4u6a

Om Shanti, damos la bienvenida a esta nueva meditación.

Hoy hemos elegido el tema Alcanzar la madurez espiritual, que está conectado con la madurez en general, pero madurez espiritual es como más profunda. La madurez viene a ser como la virtud en la que, por definición, dejas los hábitos y las tonterías de la niñez y de la juventud, y a nivel espiritual también. ¿Y eso qué quiere decir? Pues a medida que vamos madurando espiritualmente, nos damos cuenta de la importancia de usar bien nuestra energía, acumular energía, no generar desperdicio, no esparcir lo que es inútil. Voy a poner algunos ejemplos y lo veréis más claro. Cuando no hay madurez espiritual, por ejemplo, hablamos demasiado.

Y si vemos, por ejemplo, algo que es erróneo, algo que no se está haciendo bien, vemos algo que no nos gusta, cuando no hay madurez lo esparcimos por todas partes, y hablamos con este, hablamos con el otro, y todo esto crea una atmósfera de desperdicio, pero es como una actitud reactiva y de que soy incapaz de tener el poder de controlar mis palabras. Tengo que explicárselo a todo el mundo lo que no me gusta, lo que me desagrada, etcétera. Todo eso genera una atmósfera de intranquilidad y de tensión alrededor.

Pues con madurez lo que descubrimos es que, sí, si alguien está haciendo algo que es incorrecto, algo que no se debería hacer, voy a ver de cómo se puede solucionar eso, pero minimizando la situación, es decir, hablar con la persona que tengo que hablar o o dirigirme a quien me tengo que dirigir para tratar ese tema, pero que no hace falta estar esparciendo ruido por todas partes, que es una actitud como reactiva, más infantil.

Más de falta de autocontrol. Entonces madurez significa que vamos ganando en autocontrol y nos damos cuenta de la importancia de no esparcir el desperdicio, no esparcir la negatividad, no crear desperdicio. Por ejemplo, en la etapa de la niñez, a nivel espiritual estoy hablando, no pensemos tanto a nivel físico, en la etapa de niñez o adolescencia a nivel espiritual todavía, aunque queremos mejorar como personas, seguimos jugando con muñecas.

¿Qué son estas muñecas? No son muñecas físicas.

Las muñecas son como las historias que te creas tú en tu mente y que les das vida y entonces, por ejemplo, por un pequeño incidente, algo que alguien ha dicho o te ha molestado o te ha ofendido, creas muchos pensamientos, no paras de pensar en eso, montas toda una historia, le das muchas vueltas, etcétera.

En esas etapas de niñez o adolescencia a nivel espiritual hay mucha susceptibilidad, entonces nos atrapamos en esas pequeñas situaciones en exceso, en demasiados pensamientos por cosas pequeñas, demasiada reacción y demasiadas emociones por cosas pequeñas. Entonces, madurez significa que el que se ha dado cuenta de que todo eso son temas pequeños y que los temas pequeños, cuando ni hablas de ellos ni les das energía en tu mente, se mueren por sí solos, se disuelven por sí solos, para tener la energía y la capacidad y los recursos para tratar con los temas grandes y ahí es donde cuando hay madurez ahorramos energía para enfocarla en lo que de verdad es importante. A lo mejor sí que hay alguna situación que requiere nuestra atención, que es importante, que puede afectar a muchos, bueno, lo que sea, lo que fuera, pero dedicas tu energía a lo que realmente se lo merece. Todo eso son signos de madurez.

Otro signo de madurez a nivel espiritual