
Descripción de Festín en la Abadía (Robert Bloch) 393k59
Nuestro protagonista viaja para visitar a su hermano pero debe hacer noche en un monasterio. 1ay45
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Un gran trueno que se dejó sentir por el este fue el heraldo al mismo tiempo de la tormenta y de la noche y acto seguido el cielo se tornó mal éticamente oscuro cayó la lluvia acompañada de un viento furibundo y el sendero a través del bosque por el que iba yo se convirtió en un camino lleno de trampas a causa del barro en el que a cada poco corría el peligro de quedar atrapado con mi montura un viaje en esas condiciones no puede acabar dian razón por la que me sentía aliviado cuando a través de las ramas de los árboles que la tormenta sacudía brutalmente divisa el resplandor de unas luces que se me antojan hospitalarias las cuales se filtraba a través de la manta de que caía cinco minutos después había llegado ante las puertas macizos de un edificio vetusto y venerable de piedad gris y cosa que por su tamaño y apariencia claustro supuse era un monasterio pero cuando lo observe con mayor detenimiento pude comprobar que era un edificio de primera importancia puesto que advertía en sus aledaños las ruinas de otros más pequeños la violencia de los elementos era tal que no pude inspeccionar por más tiempo todo aquello y me sentí muy complacido cuando en respuesta a mi insistente llamada se abrieron las mazas puertas de roble y me encontré cara a cara con un hombre con capucha que me invito a entrar con gran amabilidad cruce el portal ong completa mente empapado por la lluvia y me vi en un vestíbulo muy bien iluminado y amplio mi benefactor era un hombre bajo y rechoncho que se cubría con una gran capa y por su cara rozagante y beatificado me pareció que podría ser un anfitrión de lo más agradable y cortés se me presentó como la hacen ricos prior de aquella congregación de monjes en cuyas me encontraba y me pidió que aceptara la hospitalidad de los hermanos hasta cama y nace la lluvia le comunique cuales eran mi nombre y mi condición diciéndole que viajaba para reunirme byron con mi hermano más allá del bosque añadiendo que la tormenta me impedía seguir adelante acabadas las presentaciones me condujo desde la ante cámara revestido de era hasta una amplia escalera de piedra hecha en el muro aquí llamó a alguien con tono enérgico y en una lengua que me era por completo desconocida que al instante aparecieron han tenido su moros que parecían haberse materializado de la nada pues llegaron tan presta como silenciosamente sus rostros parecían labrador en eva no tenían el caballo fuerte y abundante y unos ojos muy disfraces y vestían de manera exótica con amplios calzones de terciopelo escarlatas chalecos bordados con hilo de oro de tipo oriental su presencia me sorprendió especialmente pues me pareció por completo inapropiadas en un monasterio cristiano el en ricos se dirigía a ellos influido latín encargando a uno que saliera para atender a mi caballo y al otro que me haría si hasta un gabinete del piso superior donde según me dijo podría cambiar mis ropas empapados por otra secas a la espera de la hora de la cena y las gracias a mi cortes anfitrión y seguí el silencioso autómatas negro que me conducía por la gran escalera de piedra la antorcha que portaba que el gigantesco servidor dibujaba árabes de sombras en las paredes de piedra desnuda y laminada por el tiempo a aquella edificación tenía que ser forzosamente muy antigua las paredes macizos quedaban al exterior tú quieren que haber sido levantadas mucho tiempo atrás ya que las otras construye escapó inseguro fueron hechas en la misma época estaban prácticamente convertidas en ruinas una vez subimos subido a la planta superior el sirviente me guió a través de un salón en el piso de mosaico cubierto por una alfombra magnífica era un salón de techos altos y con las paredes recubiertas de negros cortines tanto refinamiento aquella verdadera acumulación de terciopelo me pareció extraño en un lugar como aquel destinado sin duda el recogimiento y a la meditación no me habia repuesto de la sorpresa causada por aquella imponente decoración cuando me vi en el gabinete que me destinaban no menos impresionante y lujoso era tan grande como el estudio de mi padre en sus paredes estaban tapizadas de terciopelo español de color marrón y la decoración era tan exquisita que por ella pues saltaba como un detalle inapropiado incluso de mal gusto corresponder precisamente a un lugar destinado al recogimiento y a la devoción la alcoba tenía una cama que podría haber pertenecido sin tesoro alguno la inmobiliaria del palacio de un rey como el resto de los muebles y otros objetos realmente sobresalientes por su valor el criado negro encendió una docena decir yo soy obtenidos por candela bros de plata distribuidos por toda la habitación después me hice una reverencia y salió eche un vistazo a la cama y vi extendida sobre ella la ropa que el abate había destinado para que me cambiarse y bajar a cenar era un traje de terciopelo negro con calzas de raso y medias haciendo juego y una casa que igualmente negra en cuanto me vías y vestido comprobé que me sentaba de maravilla
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