
El Árbol de las Brujas, Ray Bradbury (Parte 2) 404w1p
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Como cada año en la noche de Halloween, un grupo de niños se disfrazan y salen a la calle para pedir premio o prenda. Cuando van a buscar al último chico de la pandilla, Pipkin, lo encuentra alicaído, y éste les pide que le esperen en la casa Fantasmal de la Cañada. Allí les aguarda un peculiar personaje que les descubrirá los orígenes de la fiesta de Halloween. 351r6m
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Vieron la figura menuda que corría barranca abajo por el sendero o espere espere por favor la voz flaqueaba no me siento bien no puedo correr no puedo no puedo pipkin gritaron todos haciendo señas desde el borde del risco la figura de pitkin era peque pequeña pequeña pequeña había sombras confusas en todas partes los murciélagos volaban las lechuzas estaban los cuervos nocturnos se apiñaban como hojas negras en los árboles el chico corriendo con la calabaza encendida cayó al suelo o jadeo mortal saurio la luz de la calle la baza se apagó o jadear on todos enciende tu calabaza pip enciéndela chilló tom le pareció ver a la pequeña figura escarabajo dando en el obscuro pastizal allá abajo tratando de encender una luz pero en ese instante de oscuridad cayó la noche una la inmensa se desplegó sobre el aviso como muchos búhos pulularon muchos ratones se escaparon y se deslizaron en las sombras un millón de asesinatos diminutos ocurrieron en algún lugar entiende tu calabaza pib auxilio gimió una vocecita angustiada miles de alas remontaron vuelo en algún sitio una bestia enorme batió el aire como un tambor sordo las nubes como telones de gasa se corrieron despejando el cielo y allí estaba la luna un ojo enorme miró abajo un sendero desierto no se veía a pipkin en ninguna parte en lontananza hacia el horizonte algo oscuro se desmigaja lanzó y se escurrió alejándose en el frío aire estelar auxilio auxilio gimió una voz que se perdía la distancia y cayó o se lamentó el señor mortaja saurio esto sí que es grave me temo que algo se lo haya llevado adonde adonde balbucear en estremeciéndose los chicos a la comarca ignota el lugar que os quería mostrar pero ahora no querrá decir que esa cosa de la barranca eso o el o lo que sea era la muerte que se apoderó de pitkin y huyó decir que lo tomo en préstamo sería más correcto quizá para pedir rescate dijo mortaja saurio puede hacer eso la muerte a veces sí u diantre tom sintió que se le humedecían los ojos los pipe esta noche corriendo lentamente tan pálido pib no tendrías que haber salido grito al cielo pero allí solo había viento y nubes blancas flotando como viejos vellones espectrales y un límpido río de viento se quedaron inmóviles frios trémulos miraban hacia el sitio donde la cosa oscura había adaptado al amigo pipkin justamente dijo mortaja saurio mayor razón para que vengáis conmigo muchachos si volamos rápido quizá podamos alcanzar a pitkin rescatar esa alma dulce de maíz acaramelado verlo de vuelta a meterlo en cama hacerlo entrar en calor salvarle el aliento qué opináis muchachos os gustaría resolver dos misterios en uno buscar a vuestro pippin desaparecido y descubrir el secreto de la noche de las brujas todo de una vez los niños pensaron en la noche de las brujas y en los billones de almas en pena que erraban por aquellos parajes solitarios entre vientos fríos y unos extraños pensaron en pitkin no más que un dedal de niño y puro goce estival arrancado como una muela y arrastrado por un oleaje negro de telarañas y cuernos y joaquín y casi al unísono murmuraron si mortaja murió saltó corrió aporreo empujó y bramó rápido ahora por este sendero subir la loma ese camino la granja abandonada por encima de la cerca al op corriendo saltaron el cerco y se detuvieron junto a un granero que estaba cubierto de arriba a abajo de viejos letreros circenses estandartes deshilachadas por el viento y pegados aquí treinta cuarenta cincuenta años atrás el paso de los circos había dejado saldos y retazos de treinta centímetros de espesor una cometa chicos haced una cometa pronto ni bien hubo dado la orden el propio señor mortaja saurio arrancó un gran trozo de papel del costado del granero el papel le revoloteo en las manos el ojo de un tigre otro tirón de otro viejo cartel y la boca de un león los chicos oyeron rugidos de áfrica traídos del viento parpadearon corr rieron rascaron con las uñas tirotearon sacaron tiras y trozos y grandes rollos de carne
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