
Descripción de EP127 Haz menos, vive más 665i3d
Te doy la bienvenida a un nuevo episodio de En casa con María. Hoy te invito a reflexionar sobre algo que, quizás, en silencio, llevas tiempo sintiendo: el peso de tener que hacerlo todo. El ruido constante de una productividad que nunca se apaga. Vivimos en una sociedad que celebra estar ocupado como una medalla. Que asocia valor con eficiencia, y descanso con culpa. Pero, ¿qué pasa cuando la hiperproductividad se convierte en una trampa? Cuando hacer más ya no significa vivir mejor. Desde la sociología, autores como Hartmut Rosa nos hablan de la "aceleración social": una dinámica por la cual la tecnología, que nació para ahorrarnos tiempo, termina acelerando todo lo demás. El resultado: más ansiedad, más sensación de insuficiencia. La antropóloga Margaret Mead ya advertía que las culturas que más valoran el hacer constante suelen sacrificar el tiempo de estar juntos, de contemplar, de celebrar. Y eso erosiona el tejido comunitario. Además, estudios como el de Allison Daminger en la Universidad de Harvard revelan que la carga mental, especialmente en mujeres, se traduce en un segundo trabajo invisible. Planificación, anticipación, organización. Es ahí donde este enfoque de "hacer menos con sentido" cobra más relevancia: no se trata de eficiencia productiva, sino de justicia emocional y equidad doméstica. Según el informe Gallup 2023 sobre el estado emocional del mundo laboral, el 44% de los trabajadores afirma sentirse estresado "durante gran parte del día". Y la Organización Mundial de la Salud reconocía ya en 2019 el síndrome de burnout como un fenómeno vinculado al trabajo, una señal de que algo está roto. En este contexto aparece un libro que nos propone una alternativa valiente y concreta: Haz menos, vive más, un libro de Ari Meisel. Un autor que conoció el límite desde dentro, tras ser diagnosticado con una enfermedad crónica, y que se preguntó: ¿qué puedo eliminar de mi vida para conservar mi energía para lo esencial? El método "Less Doing" (Haz menos) que propone Meisel no es una invitación a la pereza, sino un acto de lucidez. Se basa en tres pilares: optimizar, automatizar y delegar. Y dentro de ellos, nueve pasos que quiero compartir contigo, no como un recetario, sino como una inspiración para cuestionar nuestros hábitos. Vamos a verlos. MÚSICA 1. Capturar. Todo empieza por liberar la mente. Apuntar en lugar de cargar. Usar papel, apps o el método que te funcione. Lo importante es no almacenar en la cabeza. La mente está para crear, no para retener. 2. Organizar. Una vez capturado, anotado, sacado de la cabeza, toca clasificar. No todo es urgente ni importante. Puedes usar la matriz de Eisenhower, o algo tan sencillo como preguntarte: ¿esto requiere mi atención imprescindible ahora? 3. Optimizar. Revisar nuestros procesos diarios. ¿Podrías cocinar una vez para varios días? ¿Hacer llamadas seguidas para agrupar tu energía? Son pequeñas mejoras que liberan espacio. 4. Automatizar. En un mundo digital, hay tareas que una app puede hacer por ti: recordatorios, pagos, incluso rutinas domésticas. Automatizar no es frío, es inteligente. 5. Externalizar. Delegar es confiar. En casa, en el trabajo, en la familia. Nadie puede con todo, y no es necesario. Delegar no es renunciar, es repartir el peso. 6. Eliminar. Este paso es el más liberador. Decir no. Soltar compromisos que ya no resuenan. Vaciar la agenda y también el corazón. 7. Medir. Observarnos. Registrar qué nos lleva más tiempo, qué nos agota. Como si midiéramos nuestros niveles de energía. Porque el tiempo no es nuestro recurso más escaso. Lo es la atención. 8. Mejorar. El ciclo no termina. Cada semana es una oportunidad de afinar, de reajustar, como quien ordena un rincón y descubre que había otra forma mejor. 9. Repetir. Porque simplificar no es una meta, sino una práctica constante. Un camino. MÚSICA Y vamos a ver cómo aplicar esto en el hogar y en nuestra vida cotidiana Este método no es solo para profesionales o emprendedores. Se aplica, sobre todo, en la vida real, la doméstica, la cotidiana. • Automatizar tareas del hogar: desde repartir las tareas cotidianas hasta sofisticar la organización tanto como quieras: Aplicaciones como Bring o AnyList te permiten compartir y actualizar la lista de la compra con tu familia. Puedes planificar menús y organizar tu cocina de forma que evites decisiones repetitivas. • Delegar responsabilidades familiares: No se trata solo de repartir tareas, sino de repartir también la carga mental. Las tablas visuales de tareas pueden ser una forma lúdica y colaborativa para que toda la familia se involucre. Y funciona muy bien el repartir no solo las tareas grandes, como recoger a los niños o ir a la compra, sino también otras como comprar los recambios de los bolis borrables del colegio, sacar los cojines a la terraza cuando llega el buen tiempo o bajar las persianas y cerrar con llave la casa cada noche. Otra forma de aplicarlo en nuestra vida cotidiana es: • Eliminar lo superfluo: Hacer revisión de los objetos, compromisos, incluso rutinas que ya no te aportan. ¿Realmente necesitas cinco tipos de detergente o ese grupo de WhatsApp que solo te estresa y que tienes silenciado? Estas acciones, aunque pequeñas, devuelven tiempo, claridad y paz. Me gustaría habalr de ¿Qué significa realmente simplificar? Simplificar no es solo reducir. Es priorizar lo esencial sobre lo rio. Es preguntarte, con honestidad, qué necesitas de verdad y qué está únicamente ocupando espacio. Una vida simplificada no es vacía, está llena de sentido. ¿Cómo se simplifica una vida? • Mentalmente, eliminando pensamientos repetitivos, juicios innecesarios, exigencias autoimpuestas. La meditación, el journaling, escribir regularmente en un diario personal para reflexionar sobre pensamientos, sentimientos, experiencias y metas, o simplemente el silencio, ayudan a aquietar ese ruido. • Materialmente, soltando objetos que no usas ni amas. No por estética, sino para respirar mejor, para encontrar con facilidad, para que el espacio te devuelva energía en lugar de quitártela. • Socialmente, dejando de decir sí a todo. Aceptar menos compromisos para vivir los que sí eliges con más presencia. • Digitalmente, filtrando notificaciones, redes sociales, correos. Una bandeja de entrada vacía es un gesto de salud mental. • Energéticamente, reconociendo qué relaciones, hábitos o entornos te agotan y cuáles te nutren. Y eligiendo, en la medida de lo posible, vivir más cerca de los segundos. Simplificar es un proceso. No sucede de un día para otro. Pero cada decisión cuenta. Y cada cosa que sueltas, te deja más ligera para caminar. Aquí termina este episodio de En casa con María. Gracias por estar aquí. Por darte este espacio. Y por recordar que vivir mejor no siempre es hacer más, sino hacer lo justo, con sentido, con calma, con amor. Hasta el próximo episodio. ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/1658680 1t552
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
En Casa con María es un podcast de María Leániz, organizadora profesional y fundadora de Atelier del Orden. Charlamos sobre orden y organización. Cómo poner orden en tu casa y en tu mente para llevar una vida organizada y ser más feliz.
¿Qué tal? ¿Cómo estás? Te doy la bienvenida a un nuevo episodio de En Casa con María.
Hoy te invito a reflexionar sobre algo que quizá en silencio, rumiando, llevas tiempo sintiendo. El peso de tener que hacerlo todo. El ruido constante de una productividad que nunca se apaga. Vivimos en una sociedad que celebra estar ocupado como una medalla, que asocia valor con eficiencia y descanso con culpa. ¿Pero qué pasa cuando la hiperproductividad se convierte en una trampa? Cuando hacer más ya no significa vivir mejor.
Desde la sociología, autores como Hartmut Rosa nos hablan de la aceleración social, una dinámica por la cual la tecnología, que nació para ahorrarnos tiempo, termina acelerando todo lo demás. ¿El resultado? Más ansiedad, más sensación de insuficiencia. La antropóloga Margaret Mead ya advertía que las culturas que más valoran el hacer constante suelen sacrificar el tiempo de estar juntos, de contemplar, de celebrar. Y eso erosiona el tejido comunitario.
Además, estudios como el de Alison Daminger en la Universidad de Harvard revelan que la carga mental, especialmente en las mujeres, se traduce en un segundo trabajo invisible.
Planificación, anticipación, organización… es ahí donde este enfoque de hacer menos con sentido cobra más relevancia. No se trata de eficiencia productiva, sino de justicia emocional y equidad doméstica. Según el informe Gallup 2023 sobre el estado emocional del mundo laboral, el 44% de los trabajadores afirma sentirse estresado durante gran parte del día. Y la Organización Mundial de la Salud reconocía ya en 2019 el síndrome del burn-out como un fenómeno vinculado al trabajo, una señal de que algo está roto o no funciona.
En este contexto aparece un libro que nos propone una alternativa valiente y concreta. Haz menos, vive más. Un libro de Ari Maisel, un autor que conoció el límite desde dentro después de ser diagnosticado con una enfermedad crónica y que se preguntó ¿qué puedo eliminar de mi vida para conservar mi energía para lo esencial? El método Less doing, haz menos, que propone Maisel, no es una invitación a la pereza, sino un acto de lucidez. Se basa en tres pilares, optimizar, automatizar y delegar.
Y dentro de ellos, nueve pasos que quiero compartir hoy contigo, no como un recetario, sino como una inspiración para cuestionar nuestros hábitos. Vamos a verlos.
1. Capturar. Todo empieza por liberar la mente. Apuntar en lugar de cargar. Usar papel, app o el método que te funcione. Lo importante es no almacenar en la cabeza. La mente está para crear, no para retener. 2. Organizar. Una vez capturado, anotado, sacado de la cabeza, toca clasificar. No todo es urgente ni importante. Puedes usar la matriz de Eisenhower o algo tan sencillo como preguntarte ¿esto requiere mi atención imprescindible ahora? 3. Optimizar.
Revisar nuestros procesos diarios. ¿Podrías cocinar una vez para varios días? ¿Hacer llamadas seguidas para agrupar tu energía? Son pequeñas mejoras que liberan espacio.
4. Automatizar. En un mundo digital hay tareas que una app puede hacer por ti. Recordatorios, pagos, incluso rutinas domésticas. Automatizar no es frío, es inteligente.
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