Desarrollo Personal: La señal 6zr18

Desarrollo personal La señal Érase una vez un hombre en una pequeña localidad que se sentía desconectado de su vida, convencido de que su existencia era vacía y sin dirección.

Cada noche, antes de cerrarse los ojos, rogaba por una manifestación celestial que le indicara un camino hacia algo más valioso.

Sin embargo, a medida que los días transcurrían, dicha manifestación no parecía llegar.

Un día, decidió aventurarse en un bosque cercano con la esperanza de encontrar en la naturaleza la guía que tanto deseaba.

Fue en ese momento de reflexión cuando se encontró con un pequeño ciervo herido, tumbado en el suelo con una pata claramente dañada.

Mientras el hombre observaba la débil situación del animal, un majestuoso puma salió de entre los árboles.

Petrificado, miró al puma, sintiendo temor tanto por el ciervo como por su propia seguridad.

Pero, para su sorpresa, el puma no hizo un ataque.

En su lugar, se acercó al ciervo y empezó a limpiar sus heridas con cuidado.

Después, el puma se adentró en el bosque, regresando con ramas húmedas para que el ciervo pudiera hidratarse.

No satisfecho con eso, también llevó pasto fresco y lo puso frente al pequeño animal.

El hombre, maravillado por lo que había presenciado, volvió al día siguiente y se topó con una escena similar.

El puma continuaba protegiendo al ciervo con inusual compromiso.

Convencido de que eso era la manifestación que había estado buscando, el hombre volvió a su hogar, decidido a replicar la lección aprendida.

Se quedó frente a la entrada de su casa, aguardando que alguien le proporcionara alimentos y agua, tal como el puma había hecho por el ciervo.

Sin embargo, las horas pasaron y luego los días, y nadie llegó.

Desalentado, compartió su vivencia con un anciano sabio del lugar, confesando que se sentía decepcionado por la señal que pensaba haber recibido.

El anciano lo escuchó con atención y luego contestó.

Has entendido la señal incorrectamente.

Eres un hombre capaz y con herramientas para hacer el bien.

¿Por qué te comparas con el ciervo herido en vez de con el puma? Tu verdadero propósito es identificar a aquellos que requieren tu ayuda, así como el puma encontró y atendió al ciervo.

Al buscar nuestro propósito, a menudo encontramos señales que nos invitan no a quedarnos esperando, sino a convertirnos en la fuerza de cambio y bondad que deseamos observar en el mundo.