CREENCIAS MORTALES #3: Los Finders | ¿Una Secta Pedosatánica? 695j5h

Estás escuchando Creencias Mortales, un dosier de investigadictos con Nacho Jiménez.

La idea de una vasta conspiración que involucra a cultos satánicos que secuestran, someten sexualmente y sacrifican niños, no nace con QAnon y su delirante Pizzagate.

Es un concepto que lleva décadas incrustado en los márgenes del inconsciente colectivo.

Desde antes de los años 80 circulan relatos sobre abuso, rituales satánicos, a pesar de que jamás se ha documentado ni un solo caso con pruebas sólidas.

Y no, no estamos hablando de redes de pederastia convencionales, que por desgracia, como sabemos sí existen, desde Epstein pasando por esa siniestra red de John David Norman y North Fox Island, sino de algo aún más espeluznante. Algo de película de terror.

Círculos pedosatánicos donde la pederastia se fusiona con la iconografía del culto.

Donde el sacrificio, esas tres monedas pagadas a Caronte, corresponden a la inocencia del niño.

En España este oscurísimo eco viene de la mano de casos como el de Alcácer o Macastre. En Bélgica destaca sobre todo el caso de Amar Dutroit, que ya os conté en detalle en uno de los primeros expedientes. Incluso en Francia hay un caso todavía más turbio con historias de mazmorras, túneles secretos, incluso pasadizos medievales. Un caso que os contaré algún día si me veo con el estómago y las ganas. No se trata de temas fáciles. Tocan una fibra en nuestro interior, una tecla asociada directamente con la náusea. Con enfrentarnos a lo peor del ser humano.

Normalmente la mayoría de estos casos terminan archivados como un ejemplo más de pánico moral colectivo. Otros directamente se disuelven en la más absoluta indiferencia por la ausencia de pruebas que respalden la hipótesis satánica. Sin embargo, hay uno en particular, que pese a tener muchos claroscuros, consigue arraigar con muchísima fuerza en el imaginario estadounidense.

Una sombra que se alarga durante décadas, incluso después de que las autoridades lo den por cerrado de forma oficial. Al fin y al cabo, ¿qué significa eso, verdad? Lo de dar un caso por cerrado de forma oficial. El expediente de Epstein está cerrado como un suicidio y sabemos que esto no se lo cree ni el forense que le hizo la autopsia. Pues bien, a día de hoy, esto es ya poco menos que un expediente olvidado. Un archivo apócrifo entre apócrifos. Una historia fascinante entre los indicios y la locura. Os hablo del culto de los finders, los buscadores.

Un extraño grupo, experimento, secta o como lo queráis llamar, de hecho ahí reside el misterio, que permaneció activo durante los años 80 y acabó en el centro de una serie de acusaciones gravísimas. Abuso infantil, tráfico de menores, extrañísimos rituales y finalmente conspiración. Lo tiene absolutamente todo. En pleno auge del llamado pánico satánico, satanic panic, la rumorología se desboca y se empieza a pintar a los finders, a este extraño grupo, directamente como un depravado culto dedicado al sacrificio ritual de niños.

Cuando finalmente se les absuelve de todos los cargos por falta de pruebas, la historia no termina.

De hecho, el discurso da un giro bastante particular. De repente, los conspiranoicos sostienen que los finders en realidad encubren una operación de control mental dirigida por la CIA.

¿Qué es la propia agencia?