La Consciencia: El Último Gran Misterio del Cerebro (con Mariano Sigman) | Por el Amor de Higgs #12 71248

¿Qué es una idea y cómo se produce una idea? ¿Cómo funciona el cerebro a ese nivel?
Uf, a mí me interesa preguntarte cómo un físico pasa a la neurociencia.
A mí siempre me fue muy mal en colegio en física, la suspendía, era la única materia que suspendía.
Pero me encantaba.
¿Y físicamente cómo surge esta conciencia?
O sea, ¿no me quieres perdonar?
Para mí es increíble cómo en España no alcanza el tamaño de héroe que debería tener.
O sea, no es que España tiene 400 premios Nobel, además este es un cacho de premios Nobel.
Si nosotros llegásemos a descubrir completamente ese mapa ante los correlatos neurales,
la pregunta filosófica que daría es ¿por qué todas esas cosas que suceden en el cerebro
están acompañadas por esa experiencia consciente subjetiva?
¿De qué nos reímos? ¿De qué lloramos?
Uno siempre piensa que esas cosas las eligen, pero no son así.
Ni siquiera de quién nos enamoramos.
Tú puedes elegir con quién te casas o quién no te casas,
pero de quién te enamoras no lo eliges.
De repente pasa alguien y te enamoras.
¿Qué sensación, qué sentido biológico tiene?
O sea, ¿por qué es solo propio del ser humano, para empezar?
Esa visión del yo, ¿cómo compara con otros animales y por qué surge?
Bueno, y...
Gracias.
Por el amor de Higgs.
Hola, amigos, amigas. Bienvenidos a otro capítulo de Por el amor de Higgs.
Estamos de vuelta.
Después de ese parón, por esa incidencia que Enrique no sabe estarse quieto con sus cosas,
creo que se puso a juguetear y, mira, aquí lo tenemos.
¿Le ponía cachorro? ¿Qué es lo que te ponía cachorro?
Le van a tirar el ífono.
Va de igual.
El caso es que estamos aquí de vuelta a otro capítulo de Por el amor de Higgs.
En este caso, con un formato diferente, porque va a ser con un invitado
con el que vamos a dialogar de temas relativos a la mente.
Y, bueno, para no desvelar más e ir directos al punto,
les presento, tenemos con nosotros a Mariano Sigmund.
¿Qué tal? ¿Cómo estás?
Pues muy bien.
Pues Mariano Sigmund va a estar peloteando aquí temas diferentes.
Él es físico con especialidad en neurociencia, ¿verdad?
Investigación en neurociencia.
Cuéntanos un poquito más sobre...
Fui científico como tú, en una época en la que la neurociencia
no existía ni siquiera como campo, en realidad.
O sea, no se podía estudiar y, además, tampoco era glamurosa en ese momento
como lo es ahora.
O sea, tú ibas a una fiesta y decías que eres neurocientífico
y la gente se te iba alejando de a poco, pensando que eso es una especie
de Frankenstein que ibas a embullirte ahí en sus entrañas cerebrales.
Yo, bueno, he vivido en distintos lugares, pero estudié en Argentina
y en Argentina no había forma de hacer lo que yo quería.
Entonces me fui a Estados Unidos a un sitio muy emblemático
donde había un centro de física y biología y ese fue mi puente
para empezar a estudiar en el laboratorio del que entonces era un premio Nobel
que se llamaba Thorsten Wiesel, que había...
Bueno, entonces sigue siendo un premio Nobel.
Y ahí empecé, bueno, a poco, a sumergirme primero literalmente
en las entrañas del cerebro, o sea, registrando neuronas,
viendo cómo el código neuronal eventualmente correspondía
a ciertos elementos de la percepción y de la visión.
Y progresivamente me fueron interesando más asuntos, diría,
de la mente y del pensamiento que del cerebro mismo.
O sea, me interesó más pensar el plano de las ideas que el plano
de la biofísica, de cómo se constituyen las ideas.
Y entonces fui en una deriva progresiva que sigue hasta ahora
en la que creo que he ido yendo desde la física a la neurociencia
y luego eventualmente terminando casi como blindando,
sin pretender serlo, pero con asuntos de la filosofía, de la cultura,
de la educación, de los menesteres de cada uno de nosotros.
Eso sí, como...
¿Metidos en libros, no?
Treinta años, treinta años, y al final llega siempre como al deseo
y a través del adiós, supongo, que no hay nada en el medio.
Me encanta porque es una combinación de saberes muy apropiada
para este canal, porque aquí intentamos precisamente jugar
con todo eso, los límites de la ciencia, con conocimientos limítrofes.
Y aquí tenemos a Enric, que va a estar también haciendo
ese contrapunto filosófico. ¿Qué tal, Enric? ¿Cómo estás?
Muy bien, Juan, y muchas gracias por preguntarme.
Nadie me lo pregunta normalmente.
A mí me interesa preguntarte cómo un físico pasa a la neurociencia.
O sea, ¿qué es lo que...?
En realidad es al revés. Como te digo, en esa época,
primero no puedes estudiar neurociencia.
Y luego la neurociencia es un campo...
En última instancia, primero la neurociencia etimológicamente
es la ciencia de las neuronas.
Luego se usa de manera muy difusa para referirse al estudio en general
de lo que las neuronas producen, que es el pensamiento.
Entonces, cuando tú ves en general en los medios neurocientíficos y eso,
en general raramente están hablando sobre la ciencia de las neuronas,
sino que lo que están hablando es de psicología experimental.
Lo que pasa es que como la neurociencia tiene mejor marketing
que la psicología, la gente se presenta como neurociencia
y no como psicólogos.
Yo hice mi postdoctorado en París,
de un neurocientífico muy emblemático que se llama Stanislas D.