Cómo disimular los nervios en la exposición oral (Empieza a prepararte ya) 393b1t

Cómo disimular los nervios en la exposición oral. Vamos a ver un paso a paso para que cuando estés frente al tribunal no titubees, no se apoderen de ti los nervios y, en definitiva, que las grandes ideas que tienes en tu cabeza lleguen sin ruido y entendibles a los cinco del tribunal.

La primera recomendación es que reconozcas los nervios pero no les des el volante. Va a ser lo más normal que en los primeros minutos estés nervioso, te estás jugando mucho pero no pasa nada. También entiende que ese miedo escénico suele durar dos o tres minutos. Si de forma estratégica los primeros minutos están muy trabajados, si vas quitando el foco de ti y lo pones en el mensaje, si vas dejándote de preocupar en exceso y te ocupas por exceso como toca, te aseguro que los nervios se acaban pasando y empiezas a sonar natural.

Pero no va de creer en ti, va de creer en el discurso, va de creer en el trabajo, va de cambiar esa mentalidad, esa perspectiva de le digo a todo el mundo que se me da mal hablar en público, continuamente exteriorizo, que me pongo nervioso, no hago nada por mejorar. Lo único que he hecho en los siete meses, en las tres semanas previas, en los días previos al examen es quejarme de mi forma de hablar en público, pero no he hecho nada para solucionarlo. Antes de seguir con los distintos consejos, que tenemos cinco más muy prácticos para que te empieces a ocupar, te recomiendo que te apuntes a mi próximo webinar este miércoles 7 de mayo.

Voy a compartir claves, ejemplos concretos de metáforas, de inicios, de finales, de maneras de explicar el hilo conductor para que tu defensa pase de ser un discurso plano a que realmente cautiva el tribunal y haga que te escojan. Apúntate, es gratuito, pero son plazas limitadas, así que cuanto antes mejor lo tienes en el comentario fijado. Segundo elemento, segunda propuesta para que mejores tus nervios, ensaya más que la media. Si quieres destacar más que la media y además tienes muchos nervios o piensas que te van a jugar una mala pasada, no vale con ensayar tres veces.

Mínimo, te recomiendo, y vamos a métricas, 10 exposiciones completas de la defensa de la programación, que es algo muy aterrizable y es algo que puedes trabajar y te va a ayudar a tranquilizarte, 20 veces mínimo, 20 veces. Porque de esta forma, y de nuevo no es sólo ensayar y ensayar y ensayar, sino se trata de ensayas, te autoevalúas, ensayas, le pidas constructivo a tu pareja, a tu familia, a quien te escuche, y se trata de ensayos completos donde de uno a otro mejoras y te vas apalancándote a los errores. Y lo mejor de todo es que si erras, si te pones nervioso, si en algún momento te quedas en blanco, mejor que te quedes en el ensayo de la exposición que en el propio día. Y así vas a encontrar también momentos, o sea, plan B, mejor dicho, para tu defensa.

Y cuando hagas los 10 ensayos completos, algo que te recomiendo mucho es que visualices y te pongas delante del tribunal, en tu mente, que también hagas ese acting de preparar el discurso, de preparar los materiales por orden, porque de esta forma todo lo que sea reducir la entropía, reducir el caos, te va a ayudar y te va a facilitar en el discurso. Tercera idea clave, la mente no puede estar nerviosa si está ocupada.

La clave que te he dicho al principio, te la vuelvo a maximizar y es que no pienses en ti, piensa en lo que vas a aportar en cada punto. Tú no eres la persona importante en una comunicación, una exposición es un acto de generosidad. En vez de poner el foco continuamente en me voy a poner nervioso, qué outfit llevo, me voy a quedar en blanco, cuántas muletillas, se va a dar cuenta el tribunal de que no he trabajado de la vida, se va a dar cuenta el tribunal de que soy muy mayor, de que soy muy pequeño, da lo mismo.

Son pensamientos que no te llevan a ningún sitio. Sin embargo, si te centras en que hay 12, 13, 14 ideas potentes en las que el tribunal va a casar contigo, tienes muchas ganas de presentarle las metáforas en cada uno de los puntos, tienes chicha. Por eso digo que es tan importante tener un mensaje, tener una defensa, tener una propuesta que enganche, los nervios se van diluyendo.

No conozco a nadie, absolutamente a nadie, que se haya quedado en blanco o que los nervios le hayan jugado una mala pasada y hayan ensayado más de 15, más de 20 veces. Generalmente es gente que continuamente ha pospuesto su ensayo, solo se ha quejado durante su exposición y luego el día del examen... ¡Tachán! ¡Magia! Uno más uno, dos. Te quedas en blanco, miedo escénico, no sabes qué decir, no sabes cómo decirlo. Así que, al menos lo que esté en nuestro rango de control, no tenemos que darlo absolutamente a nadie.