
Descripción de Capítulo 70: La Mano de la Reina b2f
El príncipe Quentyn Martell muere de las graves quemaduras. Ser Barristan Selmy es ahora Mano de la Reina Daenerys Targaryen y, como tal, encabeza el Consejo que gobierna Meereen. Ser Barristan envía a la Gracia Verde, Galazza Galare, a tratar con los yunkíos y lograr la liberación de sus rehenes. No espera que esto suceda, por lo que prepara una estrategia por si fallan las negociaciones, esperando el ataque de los yunkíos. Envía a los dornienses, Archibald Yronwood y Gerris Drinkwater, junto a los demás cautivos de los Hijos del Viento de vuelta con el Príncipe Desharrapado y su compañía, esperando que puedan convencerlo de liberar y proteger a los rehenes durante el ataque. 5s5p58
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La mano de la reina el príncipe dormir se tardó tres días en morir es sólo el último aliento entrecortado en la sombrilla oscuridad previa al amanecer mientras la lluvia fría que caía así sean del cielo negro en ríos las calles adoquín hadas de la vetusta ciudad el temporal había sofocado los incendios en su mayor parte pero todavía se elevaban volutas de humo de las ruinas calcinadas de la pirámide de azúcar y la gran pirámide negra de hillary san donde rey el tenía su guarida se alzaba en la penumbra como una gorda engalanadas con joyas brillantes y anaranjados y resulta que los dioses no están tan sordos reflexión observar instancia miel contemplar los frescos los lejanos si no fuera por la lluvia el fuego y abre consumido todo mi sim novio ni rastro de los dragones pero tampoco contaba con ello no les gustaba la lluvia una fina rayas rojas señalaba el horizonte oriental por donde pronto saldría del sol le recordó la primera sangre que manaba de una herida a menudo aunque el corte fuera profundo llegaba antes que el dolor inspección el cielo desde el parapente del escalón superior de la gran pirámide como todas las mañanas aguardaba el amanecer con la esperanza de que la luz led volviese a su reina nos puedes vernos abandonado nunca dejarían su pueblo se decía cuando yo los sectores del príncipe en las habitaciones de tener es ser barris dentro la lluvia el hecho real por la capa blanca y las botas dejaban huellas humedad en el suelo y las alfombras por orden suya habían ha costado cuenta y martel en la alcoba de la reina era un caballero y un príncipe de adorne por añadí dura al menos merecía morir en el hecho en pos del cual había recorrido medio mundo el colchón las sábanas las mantas y las almohadas a prestaban a sangre y a uno y todo el hecho había quedado inservible pero ser barristas confiaba en que de nigris lo perdonaría mi sangre y estaba la cabecera de la cama había permanecido con el príncipe día y noche ocupada en atender las necesidades que lograba expresar darle hago y la leche de la amapola cuando tenía fuerzas para beber escuchar las pocas palabras que en ocasiones murmuraba tortuosa mente y leerle cuando se quedaba callado dormía en la silla a su lado ser barristas había pedido ayuda a los copero se la reina pero la visión del hombre quemado era insoportable hasta para los más audaces las gracias azules no habían acudido pese a que la savia mandado llamar en cuatro ocasiones tal vez las hubiera llevado a todas la llevó clara honorable señor la pequeña escriba nazi levantó la mirada al oír que se aproximaba al príncipe ya ha dejado atrás el dolor sus dioses dormían se lo han llevado a casa lo que estás sonriendo como lo sabes no tiene labios habría sido más misericordioso que los dragones lo demorarán al menos habría sido más rápido en cambio aquello es horrible morir quemado no me extraña que haya tantos infierno se fuego cubren lo que hacemos con el mi sangre y cubrió la del príncipe con la colcha está tan lejos de casa me ocuparé devolverlo adorne como sus cenizas para eso hacía falta fuego y ser barristas no quería ni pensar en ello tendremos que descargarlos los huesos con escarabajos nada de hervir los en su tierra se habrían hecho cargo las hermanas silenciosas pero estaban en la bahía de los esclavos a diez mil lenguas de la más cercana deberías irte a dormir niña en tu cama si perdón el atrevimiento uno cree que usted hacer lo mismo toda la noche desde hace ya muchos años pequeña desde el tridente el gran maestre país se le había dicho en cierta ocasión que los viejos no necesitaban dormir tanto como los jóvenes pero no se trataba solo de eso había llegado a una edad en que se resistía cerrar los ojos por miedo a no volver a abrir los había quien deseó morir en la cama durmiendo pero ese no era un final digno para un caballero de la guardia real las noches son muy largas dijo a mis andy y el trabajo no termina nunca ni los siete reinos ni aquí pero ya has hecho bastante por ahora a descansar y quieran los dioses que nos sueños con lunes cuando la niña se fue el anciano caballero retiro la colcha para observar por última vez el rostro de cuenta y martel por lo que quedaba de él había perdido tanta carne que se le veía el cráneo y sus ojos eran charcos se puso de pie o quedarse enorme de seguir siendo una rana todos los hombres están destinados a la danza de dragones mientras lo cubría de nuevo se preguntó si había alguien que hiciera lo mismo por su reina
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