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Podcast del Buque Escuela de Maniobra Galatea
Capítulo 26. El encuentro. Último capítulo

Capítulo 26. El encuentro. Último capítulo 5l6b5i

29/12/2022 · 19:58
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Podcast del Buque Escuela de Maniobra Galatea

Descripción de Capítulo 26. El encuentro. Último capítulo 4n474l

EL ENCUENTRO Después de varios destinos en diversos buques donde pondríamos a prueba los conocimientos adquiridos en el Galatea, llegó el momento de la difícil decisión, de continuar en la marina o abandonar la vida militar para intentar labrarnos un porvenir en tierra como civiles. Ambos tuvimos la suerte de permanecer juntos a lo largo de nuestra azarosa vida marinera. Valladolid contaba los días que faltaban para hacer saber lo que ya tenía decidido desde hacía mucho tiempo. Aunque dejándome arrastrar por la mayoría de compañeros, a mi me costaba aún aclarar mis ideas algo confusas. Había días en los que pensaba en continuar y otros, más desencantado, decidía todo lo contrario. Al fin parecía que la vida civil sería la opción a tomar. Cuando llegó el momento de despedirnos, no sabíamos si sería para siempre, ni que ocurriría con nuestro porvenir y con nuestras vidas, pero la inminente llegada a casa nos daba fuerza para no echarnos tanto de menos ni quebrarnos la cabeza con las decisiones ya tomadas. En el momento de escribir estas líneas, ya pasados los años, los recuerdos se agolpan fuertemente en mi cabeza y una tristeza me invade por dentro. La tristeza de recordar y no poder saber que habría sido de nosotros si hubiésemos seguido en la Armada, la añoranza de recordar aún más vivamente la mar, los barcos y los momentos tan intensos vividos en esa temprana edad. En la actualidad y después de pasar por varios trabajos en la soñada vida civil, como decíamos entonces, donde también había que trabajar y más duramente que en la marina, fuimos abriéndonos paso hasta encontrar cada uno nuestra estabilidad familiar y laboral. Asturias y Murcia veinte años antes que nosotros, también tuvieron que pasar por el mismo dilema, también tendrían que decidir que sería de su futuro en momentos bastante difíciles, en los que quizás su protección familiar no era tan halagüeña como la nuestra, ya que en los años cincuenta los jóvenes ya trabajaban desde muy temprana edad y a los dieciocho eran ya hombres hechos y derechos. 415r66

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El encuentro después de varios destinos en diversos buques donde pondríamos aprueba los conocimientos adquiridos en el galatea llegó el momento de la difícil decisión de continuar en la marina o abandonar la vida militar para intentar labrar no es un porvenir en tierra como civiles ambos tuvimos las verte de permanecer juntos a lo largo de nuestra azarosa vida marinera valladolid contaba los días que faltaban para hacer saber lo que ya tenía decidido desde hacía mucho tiempo aunque dejándome arrastrar por la mayoría de compañeros a mi me costaba un aclarar mis ideas algo confusas había días en los que pensaba en continuar y otros más desencantado decidía todo lo contrario al fin parecía que la vida civil sería la opción a tomar cuando llegó el momento de despedirnos no sabíamos si sería para siempre ni qué ocurriría con nuestro por venir y con nuestras vidas pero la inminente llegada a casa nos daba fu alza para no echar nos tanto de menos ni quebrar nos la cabeza con las decisiones tomadas en el momento de escribir estas líneas ya pasados los años los recuerdos se agolpan fuertemente en mi cabeza y una tristeza me invade por dentro la tristeza de recordar y no poder saber que habría sido de nosotros si hubiésemos seguido en la armada la añoranza de récord aún más vivamente la mar los barcos y los momentos tan intensos vividos en esa temprana edad en la actualidad y después de pasar por varios trabajos en la soñada vida civil como decíamos entonces donde también había que trabajar y más duramente que en la marina fuimos abriendo nos paso hasta encontrar cada uno nuestra estabilidad familiar y laboral asturias y murcia veinte años antes que nosotros también tuvieron que pasar por el mismo dilema también tendrían que decidir qué sería de su futuro en momentos bastante difíciles en los que quizás su protección familiar no era tan halagüeña como la nuestra ya que en los años cincuenta los jóvenes ya trabajaban desde muy temprana edad y a los dieciocho eran ya hombre desechos y derechos asturias paradójicamente a pesar de su rebeldía tuvo una claridad meridiana en los momentos de tomar su decisión no por eso llena de contradicciones en esos trascendentales momentos pero meditada a lo largo de su estancia en el galatea esa determinación le llevó a hacer de si un hombre de mar un marino de que probaría suerte en diferentes destinos y según sus palabras siempre mejores que el transcurrido en aquella galera que le obligó a dejar su adolescencia en la cubierta y los palos de aquel velero sin embargo murcia algo más rescatado introvertido también se había de antemano y casi desde el principio cuál sería su futuro al menos en cuanto la permanencia en la marina de guerra amaba la mar y al finalizar su compromiso optó por continuar sus duras en la marina mercante opción que le permitió conocer mundo pero de una manera muy distinta a como lo había hecho hasta ahora el galatea continuo algunos años más instruyendo y formando a aquellos jóvenes aspirantes hasta que después del último viaje permaneció amarrado a los grisáceo muelles de hormigón del cuartel de la instrucción de ferrol desde donde seguiría prestando servicio pero ya desde las tranquilas aguas de puerto más tarde fue llevado a la granja escenario de nuestra primera toma de o con el buque aunque el paso de los años borraba la intensidad de los momentos vividos se abordó la amistad forjada durante tanto tiempo hizo planear un viaje de reencuentro para recordar ya como civiles nuestra estancia en la ciudad en la que nos conocimos y hacer una visita al galatea pues se hacía eco en la prensa de los posibles destinos que querían dar al velero que no sea diestro en la especialidad más marinera de todas maniobra una opción que me dejó perplejo fue la noticia por la que se especulaba con la posibilidad de traer al velero al estanque de la casa de campo madrileña a mi me parecía casi imposible poder dar un paseo desde mi casa en el barrio de moncloa y poder ver el velero donde pase mis inicios en la armada de todas formas la idea del viaje era más real y ofrecía más encanto aunque la posibilidad de tener el velero a dos pasos de casa ya no estaba nada mal por teléfono decidimos vernos durante unos días en jugar dos lugar que habíamos planeado visitar durante nuestra estancia en el buque pero que nunca hicimos por diversos motivos que no es menester contar ahora al llegar el ansiado día y ver por primera vez a valladolid después de algunos años su aspecto me pareció distinto había engordado y parecía más feliz que cuando estábamos juntos en los diferentes destinos al saludarnos apareció entre nosotros una pequeña timidez en el trato hasta que en unas horas se fue relajando desapareciendo totalmente hasta que nuestros comportamientos se familiarice con como si tan solo hubiésemos regresado de un permiso al día siguiente decidimos visitar ferrol y comer en la pensión que solíamos hacerlo cuando salíamos de francia

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