#192. El vino que le dio la vuelta al mundo 306p7

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¡Hola, amigos de Rewind! ¿Cómo están? Estamos muy contentos en otro capítulo más, aquí con mi super partner, Edgar. ¡Hello! ¡Bienvenido, Mari López! Pues ya, listos para un capítulo más. Este va a estar entretenido. Siento que este va a estar como muy platicador.

Muy platicador, muy platicador. Traemos ahí dos, tres datitos históricos y, sobre todo, de algo muy importante que, gracias a esto, México es una gran región productora de vinos, cada vez mejor. Y, sobre todo, después de que platicamos en el capítulo pasado sobre de dónde viene la uva y para qué se estudia todo esto, también ahora vamos viendo qué se ha hecho de este lado del charco que dijéramos. Exactamente. Literalmente nos vamos a embarcar.

Nos vamos a embarcar en varias expediciones. Así es. A ver cómo nos va. Y, pues, sí, vamos a tratar de... Es una historia y vamos a tratar de irla desmenuzando para entender contextos, para entender los porqués, ¿no?, de muchas de las acciones que se hicieron en ese momento y ver cómo este vino le dio literalmente la vuelta al mundo. Al mundo. Y no fue Julio Verne, ¿eh? No fue Julio Verne. No, no, no. Fueron otros. ¿Cómo era de Julio Verne? La vuelta al mundo en 80 días.

Pues no, acá fueron más de 80 días. Más. Más, mucho más. Y empezamos con este dato porque hace tres años, se cumplieron 500 años de la primera vuelta al mundo. Sí. Exactamente. Que esta primera vuelta al mundo la hace, pues, fue Magallanes, el famosísimo Magallanes, quien, él era portugués, él era portugués, inicia esta vuelta al mundo con diferentes, pues, situaciones que tú traes por ahí todo este dato. Así es. Ahí les va. Imagínense, imagínense la escena, ¿no? Tenemos, estamos en Sevilla, en Sanlúcar de Barrameda, verano 1519, hay un montón de cotorreo ahí en los muelles. La brisa del mar.

Pues hay todo un show, mucho ruido, cinco barcos con nombres como Trinidad y Victoria, se están preparando para una aventura, el chiste es hacer historia porque hay que encontrar una nueva ruta hacia el oeste para llegar a las famosas Islas de las Especias, ¿no? Al mando, hay un navegante portugués con mucha experiencia que es este que acabas de comentar, Fernando de Magallanes. Famosísimo, famosísimo. Así es.

Pues, trabajando para el rey de España, guía a una tripulación de todas partes del mundo hacia, literalmente hacia lo desconocido. Hacia nuevas tierras. Pues vámonos, a ver qué encontramos, ¿no? Claro. Esta expedición que tres años más tarde completaría Juan Sebastián del Cano, ahorita vemos el por qué, porque empieza uno y acaba el otro. Claro. Siendo ellos los primeros en darle la vuelta al mundo. No solo necesitaba de buenos mapas y mucho valor, realmente su éxito fue que los marineros sobrevivieran, simplemente.

Claro, la resiliencia, yo creo, ¿no? Imagínate, yo me pongo a pensar en esos viajes en el que iban realmente hacinados en el fondo del barco, los ruidos que se oyen, el calor que se siente, el cansancio, porque trabajar en un barco es todo el día, el mar no perdona. No, mentalmente. La marea no perdona, las tormentas no perdonan. Para donde volteés, pura agua. Y aparte, agua salada. Salada, sí. Ajá, que no puedes beber de entrada, ¿no? Entonces, sí, creo que fueron héroes.

Cada navegante, cada expedicionario se le puede llamar un héroe desconocido, ¿no? Así es, y nos preguntaremos el por qué vamos a hablar de este tipo de historias, porque el éxito de este viaje lo tuvo en mayor medida por lo que llevaban para comer y para beber. Claro, claro. Aquí entra el vino como algo...

Juan Gran Salvador. Sí, aquí sí fue por supervivencia, aquí sí fue necesario, bueno, entre lo que llevaban para comer, que era pan duro, el pescado seco, tocino, algunas legumbres, pero lo que ocupaba más espacio y era superimportante, era el vino. Era el vino. Fíjate, unos datos aquí básicos. Primero, como bien te decía,