Trending Misterio
iVoox
Descargar app Subir
iVoox Podcast & radio
Descargar app gratis
Meditaciones diarias
1887. Vida de fe

1887. Vida de fe 5a5e5y

10/5/2025 · 21:38
0
7.5k
0
7.5k
Meditaciones diarias

Descripción de 1887. Vida de fe 1v6f12

Meditación en el sábado de la III semana de Pascua. El Evangelio nos presenta el efecto que tuvo el discurso del pan de vida en los discípulos: algunos se echaron atrás y ya no seguían a Jesús, porque sus palabras les parecieron muy difíciles de creer. En cambio, Pedro respondió: «¿Señor, a quién iremos? nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo consagrado por Dios». Para seguir a Jesús hace falta fe. ¿Dónde estamos nosotros? ¿Quieres anunciarte en este podcast? Hazlo con advoices.com/podcast/ivoox/874295 n36q

Lee el podcast de 1887. Vida de fe

Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Por la señal de la Santa Cruz de nuestros enemigos libramos Señor Dios nuestro en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Señor mío y Dios mío, creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía inmaculada, San José mi Padre y Señor, Ángel de mi guarda, intercede por mí.

Hoy sábado de la tercera semana de Pascua se recogen las últimas palabras del discurso del pan de vida, más bien lo que ocurrió con el discurso del pan de vida. Es el final del capítulo 6. Toda esta semana, Señor, hemos meditado muchas veces en tu presencia en la Eucaristía, en la Santa Misa, porque toda la semana hemos ido leyendo ese discurso del plan de vida que no nos permitía olvidarnos de semejantes misterios grandiosos. Pero hoy se recoge como la conclusión el efecto que ese discurso tuvo en las gentes. Dice así el Evangelio.

En aquel tiempo, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, al oírte decir yo soy el pan de vida el que no come mi carne y bebe mi sangre, no tiene vida eterna, muchos discípulos de Jesús, al oírlo, dijeron este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso? Es la duda que es inherente a la fe, la inteligencia, que no sea quieta sino ve. Adivinando Jesús que sus discípulos lo criticaban, les dijo, fíjate, sus propios discípulos, qué pena, Señor, les dijo, esto os hace vacilar y si vierais al Hijo del Hombre subir a donde estaba antes, el Espíritu es quien da vida, la carne no sirve de nada.

Lo que nos está diciendo el Señor es que la fe es sobrenatural, es gracia del Espíritu Santo. La tenemos que pedir, que mendigar al Señor tantas veces, Señor, auméntame la fe ahora en este rato de oración, porque mi fe tantas veces es floja y digo, este modo de hablar es duro, ¿quién puede hacerle caso? Y la falta de fe pues me lleva a no hacerte caso.

Sigue diciendo Jesús, las palabras que os he dicho son espíritu y vida y con todo algunos de vosotros no creen, Señor, que yo no sea de esos.

Pues Jesús sabía desde el principio quiénes no creían y quién lo iba a entregar y dijo, por eso os he dicho que nadie puede venir a mí si el Padre no se lo concede, si el Padre no le atrae. Desde entonces muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con él, es decir, en esos discípulos pudo más la razón que la fe, que en realidad no se oponen, sino solamente la razón soberbia que no se deja rectificar humildemente por la fe o que no se deja ampliar su campo de conocimiento por la fe y llena de soberbia la razón se erige en juez de lo que es real y lo que no es real. Si yo no lo veo es que no existe, dice.

Entonces, pero es absurdo porque la razón es una cosa creada ilimitada, entonces Jesús, ¿cómo va a conocer, perdonad, cómo va a conocer a cosas que son ilimitadas y absolutas como Dios, no? Pero en fin, entonces Jesús, aunque a veces la razón puede conocer a Dios y es la tercera vez que intento, Señor, perdóname empezar esta frase tuya, pero en fin, entonces Jesús les dijo a los 12, ¿también vosotros queréis marcharos? Simón Pedro le contestó, Señor, ¿a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna, nosotros creemos y sabemos que tú eres el santo consagrado por Dios y San Pedro de este modo hizo un acto de fe maravillosos.

Creemos y sabemos, la fe es un conocimiento certísimo, pero aunque no se apoya en la evidencia de lo que vemos, sino en la autoridad de Dios que se revela y nos dice cómo son las cosas. Por eso, Señor, aumentanos la fe, porque sin fe no hay milagros. Es algo tan claro en el Evangelio y nosotros, Señor, necesitamos tantos milagros en nuestra vida, hay tanto que hacer en este mundo bendito nuestro para acercarlo a ti de nuevo, que necesitamos milagros y necesitamos fe. San José María decía,

Comentarios de 1887. Vida de fe e4159

Este programa no ite comentarios.