1862. Confiar, por fin, en la vida n631e

Muy buenos días. Seguimos con lo que estábamos hablando ayer. Como resumen te diría que la confianza en uno mismo, en general nosotros la entendemos como una batalla, una batalla con uno mismo por no ser cobarde, deja de tener miedo y confía en ti mismo de una vez y luego una batalla con la vida. Nosotros luchamos con la vida. Eso es lo que creemos.

Es bastante asombroso que no nos hayamos dado cuenta de contra qué estamos luchando y qué es lo que nos da miedo. Creo que la vida es amable, muy amable, acogedora, protectora. Y nosotros hemos confundido a la vida con lo peor de los seres humanos. Confundimos la vida con la parte oscura de los seres humanos y entonces desconfiamos, lógicamente. Nos hemos desconectado de lo que somos, somos parte de la vida, nos hemos desconectado de la vida, hemos desconfiado de ella porque la hemos confundido con lo peor de los seres humanos.

Dice la vida es muy dura, hay que luchar, no puedo confiar porque... y piensa yo no te voy a poner, o si ahora te pongo algún ejemplo, pero piensa tú sobre cualquier cosa que te genere desconfianza y dime si es la vida, o sea, lo natural, o son los seres humanos. ¿Tienes problemas del dinero? ¿Quién ha inventado el dinero? ¿Y quién está manejando el dinero? ¿Quién quiere que el dinero se lo quede en unos pocos y los demás vengan a sufrir y no sé qué? Los seres humanos más insensibles. Y luego nosotros, todos los que estamos dormidos ante la insensibilidad de los más insensibles, aguantando.

¿Problemas de qué más puedes tener? Los problemas materiales, el dinero, problemas sentimentales, no sé qué, que es que me han tratado mal, que me han engañado, eso es la vida, eso es la insensibilidad de las personas.

Le tenemos miedo y no confiamos en nosotros mismos por la insensibilidad de las personas. La vida es acogedora. Si no hay comida en un sitio, vas a otro sitio y tarde o temprano, eso hicieron los seres humanos antiguos.

Nómadas fueron buscando allá donde había comida.

La vida, no digo que sea dura en cuanto a nuestra, no, pero en cuanto a esas personas antiguas, la meteorología, tal, pero el planeta, y ya lo has visto muchas veces con los indígenas y tal, que tienen a la tierra como como su madre y la tienen en veneración. No desconfían de ella, desconfían de la maldad de los seres humanos.

Pero nosotros hemos llegado a confundir ambas cosas. Entonces, estamos huérfanos. Es nuestra madre la vida y hemos desconfiado de ella porque decimos, la vida viene y si pierdo mi casa, mi coche, mi no sé qué, es que claro, la vida no es la vida, es la insensibilidad con la que vivimos que algunas personas proponen y nos convencen.

No es la vida. La vida es algo a lo que agarrarse. La vida te protege, te da, te provee, te ha dado vida. Vida en el sentido de estar viva, estar vivo.

Te da alimento porque aquí hay alimento, te da aire para respirar y poder vivir, te da el sol para que la temperatura sea la idónea y puedas vivir, te da entendimiento, te lo da todo. La vida no es algo en lo que desconfiar, la vida es lo que hay que, en lo que hay que confiar y además nos da una guía a través de lo que sentimos y de nuestra inteligencia y nuestra capacidad de razonar sobre aquello que sentimos y queremos.

Tenemos todo. Ahora, vivimos en una sociedad de seres humanos, en muchos casos insensibles, marcando tendencia. Eso es otro tema totalmente diferente.

Es que no puede haber verdadera confianza en uno mismo si no se confía en la vida.

Si uno no se entrega a la vida, es que uno aquí está huérfano, pero porque uno ha elegido a través de su confusión estar huérfano. Uno tiene que estar abrazado a la vida y entregado a ella y estamos huérfanos de madre y de padre que es la vida. De guía.