07 /04/25 - Poema del Jardín de las Doce Lunas. 4e94g

Hace mucho tiempo que mi juventud yace entre las cosas muertas.

Primavera de mi vida, te pierdes.

Primavera de mi vida, te pierdes, donde se pierden las pasadas primaveras.

Juventud, has partido inadvertida.

Tal como día a día se debilita el dulzor de la primavera, me aferro hoy a la ocasión de ser feliz.

Mañana tal vez me falten las fuerzas, y cuando muera, conmigo habrán muerto las rosas, los cipreses, los labios que te besaron.

Ya no habrá albas, ni crepúsculos, ni penas, ni alegrías.

La vida nos mueve, nos detiene, nos levanta, y nos arroja después, uno a uno, al abismo de la grada.

El mundo habrá dejado de existir, porque sólo es real en función de la vida.

Esta es la única certeza.

Somos peones de los misteriosos, juegos de una partida de ajedrez en la que juega Dios.