04. El caso Tania Coinac: el asesino que intentó ser "organizado" 1i6y6x

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Hola Tania, soy yo. Necesito que me llames cuando escuches esto. Llevamos días sin saber de ti.

Hola, soy Carmen Basteiro y esto es Mis Crímenes. Lo primero, quiero darte las gracias por el cariño que le estás dando a este podcast. Te prometo que ni en la mejor de mis previsiones imaginé las cifras a las que estamos llegando. Para hoy tenía previsto un episodio clásico, con uno de los clásicos del True Crime, pero la actualidad manda, ya sabes, y he decidido contarte la historia de Tatiana Koinak. Una historia en la que ha habido novedades hace solo unos días. No quiero hacerte spoilers, pero sí te diré que para mí este caso es importante, porque demuestra que cuando el sistema funciona bien, y esto solo pasa a veces, ya lo sabemos, todos y todas somos iguales ante la justicia. Esta historia, sin caer en la frivolidad, tiene muchos elementos que recuerdan a una novela policíaca, un género que a mí me encanta, por cierto.

Es por eso que me he tomado la libertad de darle una vuelta de tuerca más a la narrativa en este guión. Como siempre, sin perder el respeto hacia la víctima. Aquí estoy, ya preparada, con mi micrófono y mis auriculares, para contarte este caso. ¿Empezamos? ¡Empezamos! Capítulo 1. ¿Dónde está Tania? Estamos en Benicarlo, en la Comunidad Valenciana. Es 12 de marzo de 2023, domingo. Nos fijamos en una mujer que a todas luces está intranquila. Marca una y otra vez el teclado de su móvil. Te lo explicaré. Esta mujer lleva días sin saber nada de su hija, Tatiana Koinak. Voy a contarte un poco más sobre Tatiana antes de seguir. Puedes llamarla Tania. Nació hace 44 años en Moldavia, pero poco después de su adolescencia se trasladó a España con parte de su familia. Lleva 15 años viviendo en Oviedo, la capital de Asturias. Ahora se ha mudado al barrio de Teatinos, y aunque su madre vive en Benicarlo, han mantenido siempre el o.

Al principio, cuando su madre llamaba y ella no respondía, la mujer no se preocupó. Al fin y al cabo, su hija es una adulta y, piensa ella, puede llevar unos días ocupada en el trabajo, saliendo con amigos, o simplemente necesitada de desconexión. Qué buena falta hace eso a veces. Pero es ya domingo, y lleva todo el fin de semana llamando y llamando, intentando sin éxito ar con Tania. El buzón sigue saltando una y otra vez, y esto es demasiado. La madre de Tania decide entonces hacer la llamada que nunca pensó que tendría que hacer. CAPÍTULO 2. LA MUÑECA DE PORCELANA La comisaría está hoy domingo especialmente tranquila. Uno de los agentes tiene un café que humea encima de la mesa, y responde a esa llamada. Aunque no llegó hace mucho tiempo a la comisaría, sabe que no son buenas noticias. Una mujer lleva días sin saber de su hija, Tatiana Koinak.

Escribe rápido en su blog de notas la dirección de la calle Ámsterdam, avisa a sus compañeros y dos patrullas se ponen en marcha. No llevan las luces, son 12 minutos de recorrido normalmente. Hoy es domingo y es temprano. El policía calcula mentalmente la ruta y piensa que no les llevará más de 10 minutos. Siente esa angustia en el estómago que ya conoce tan bien, el aviso de que algo malo está a punto de ocurrir. Llegan a la dirección y pican al telefonillo. Como ya les había avisado la familia en su llamada, la mujer no responde. Se miran, evalúan la situación. ¿Pueden entrar en la casa a la fuerza? Sí, ante la llamada de la familia definitivamente sí, pero tendrán que intentar causar los menores daños posibles en el inmueble. Por fin consiguen entrar en una casa que está bastante ordenada, pero hay cosas peculiares. Te contaré alguna. En el dormitorio