Toros y cine 2x175z

Estamos en Los Toros. Nuestra historia, estamos con nuestro autor estadounidense en particular, con Juan Salazar. Comentábamos antes de entrar la cantidad de opinadores que hay sobre la cuestión papal. Y miren que es complicado esto. Se ha convertido casi, y sin faltar al respeto, como si fuera una cuestión de fútbol, de verdad. Que Siquiniela, que esto es aquí. Es algo asombroso. Vamos a cambiar de tercio, ya vamos todo el día con este asunto. Y hoy tenemos un invitado muy especial, ni más ni menos que a José Ramón Martínez.

José Ramón Martínez. Fíjate que me lo apunto. Digo, dame tu apellido y lo primero que hago ya. Lo tengo aquí apuntado porque no entendía mi letra. He debido poner Martínez.

Estaba pensando en la ganadería de un Martínez. Bueno, de Vicente Martínez. Bueno, no es tampoco mala vocación. Estando aquí con José Ramón no es mala vocación. Bueno, Juan, ¿hoy de qué vamos a hablar? Bueno, pues mira. Bueno, primero saludame a José Ramón Martínez. Marqués. Marqués, sí, hombre. Bueno, en fin. Entre los aficionados de la Plaza de Madrid, pues no hace falta presentarle a José Ramón como aficionado y como escritor que hoy le felicito por el día que es.

Muchas felicidades por el día de hoy. Y luego, en su blog Salmonetes, pues es un blog de referencia para todos los aficionados. Muchas veces los aficionados dicen, oye, pues a qué crítico taurino. En fin, con todo respeto a todas las personas, pero en fin, ¿tú qué crítica lees? Pues yo, como los aficionados, ponlemos Salmonetes y algún otro, pero sobre todo el primer nombre que sale es Salmonetes porque al final la verdad es que uno disfruta enormemente.

Entonces, bienvenido José Ramón. Y la idea hoy era un tema que a José Ramón le fascina mucho y que no hemos hablado aquí nunca porque además yo reconozco, alguna vez me lo has comentado tú, Javier, Juan, ¿por qué no hacemos un programa de toros y cine? Digo, pues mira, lo mismo que a lo mejor lectura taurina yo sí he leído algo, he leído algo, pero de cine no me considero capaz.

Y el otro día hablando con José Ramón, y él es un gran entendido y experto, pues nos surgió la idea y decir, oye, pues venga, vamos a hacer un programa de toros y cine. O sea que bienvenido José Ramón. Muchas gracias, Juan. Bueno, José Ramón, de toros y cine. Y por qué José Ramón para hablar de toros y cine. Oye, sabe de toros y de cine. Pues hombre, de toros sabe mucho y de cine también sabe mucho. Además sabe las películas un poco quizás no tan conocidas. Cuéntanos un poquito los inicios del cine en España, José Ramón.

Pues el inicio del cine de toros en España está relacionado directamente casi con el inicio del cine en España. Porque esto comenzó, bueno, sabéis que para los americanos el cine lo inventó Edison y para los europeos el cine lo inventaron los hermanos Lumière.

Cada uno tiene su visión. Bueno, pues los hermanos Lumière mandaron a una serie de operadores por el mundo y a España mandaron a uno un tal Promio. Nuestro querido amigo francés Jean Palais diría Promio, pero en España siempre le han conocido como Promio.

Y entonces pues este hombre estuvo rodando una serie de bobinas que luego se exhibieron el día de San Isidro en la Carrera San Jerónimo. Eran bobinas, estas primeras originales eran bobinas de un minuto, eran unos 100 metros, se rodaban a mano, eso de la manivela que tanto hemos visto. Y la misma camarita que se usaba para impresionar era la misma que se usaba para proyectar.

Tenía esa curiosidad. Bueno, este señor pues habló con diversas gentes, entonces hizo pues salida de las niñas del Colegio de San Luis de los ses, como él era francés. Le organizaron un despliegue de artillería en Bicalbaro con disparos de cañones y tal, también lo rodó. Y llegada de los toreadores a la plaza.

Arrivé de Torreador a la plaza, es como se titula la película en el catálogo de los Lumieres. Esto es de 1896, el cine francés de los Lumieres se había inventado en el 95, o sea que es muy muy inmediato. Esta peliculita es una delicia, la podéis encontrar en Youtube. Se ve como llegan las jardineras en las que llegan los matadores, que vienen con sus picadores a caballo detrás, pum pum, y el ambiente que hay de gente que se mueve, se bajan, se bajan y se van a la plaza, y la plaza no asoma por ninguna. Y claro, como estas cámaras tenían pues el problema de las lentes, tampoco se adivina quiénes son los toreros que se bajan de aquella... De aquel calmato, de aquel calmato, sí, sí.