T2-E3: Tierra trágame 1y6c23

Bienvenidos a un programa más de Por Algo Se Empieza.

El espacio donde a Wander se le va la olla.

Puedes escucharnos desde iVoox, Apple Podcast y Spotify.

¿Estáis listos? Pues comenzamos.

Buenas días, buenas tardes, buenas noches.

Una vez más estamos aquí y este podcast promete ir.

Además, se ha venido una amiga a ayudarme a grabar este episodio que yo creo que va a estar muy divertido porque son anécdotas.

Tierra, trágame de los oyentes.

Hola, Denise. Hola, buenas tardes.

Encantada de estar aquí con vosotros.

No es que quiera hacerle la competencia al podcast de La Ruina, pero es que en la mudanza me han pasado tantas cosas graciosas que digo esto lo tengo que contar.

Voy a recopilar anécdotas de los oyentes y vamos a hacer un mini ruina.

Tierra, trágame.

Bueno, pues voy a empezar yo contando mi anécdota, ¿vale? ¿Estás preparada, Denise? Sí.

Bueno, es un poco escatológica.

¿Estaba yo presente o me había perdido? No, te la has perdido, te la has perdido.

Bueno, pues resulta que uno de estos días de que esto de mudanza para arriba y para abajo, para acá y para allá, que todavía no tenía todas las cosas sacadas.

Bueno, y hasta que las coloque todavía me queda.

Pisé una mierda yendo para fisioterapia y no me di cuenta, ¿vale? Pues llego a fisioterapia y tengo la costumbre de sentarme con un pie, poniendo un pie sobre el otro, pisando un pie.

¿Qué pasó? Pues que me transferí la mierda de un pie al otro.

Sí, te puedes reír abiertamente.

Me acuerdo que me lo contaste por teléfono.

Me transferí la mierda de un pie al otro.

Total, que bueno, acabé descalza haciendo la terapia y demás, total.

Y bueno, pues ya llego a casa, lavo las zapatillas, cojo las otras que tenía, porque no tenía más fuera de las cajas.

Salgo a la calle y no había andado ni 100 metros cuando piso otra puta mierda, con perdón, de la presión.

Total, que he estado dos o tres días sin zapatos, porque encima, como hace frío, no se me secaban las puñeteras zapatillas.

Y nada, pues bueno, esa es una de mis anécdotas.

Otra anécdota que tengo es el ascensor agresor.

¿Qué ha pasado con el ascensor agresor? Pues estábamos vaciando, mi marido y yo, el trastero, porque había muchas alfombras y demás que no queríamos y esto, bueno.

Y bueno, ya tenía el ascensor cargado, bajo a la planta baja, empiezo a sacar alfombras como una loca, ahí a toda máquina.

Y justo cuando me agacho se cierra.

Me he pegado una hostia en la frente, que he tenido la frente amarilla unos cuantos días.

Tiene un chichón, yo lo he visto, es verdad.

Bueno, Denis, ¿tú tienes alguna anécdota así que contar? No, sí tengo, pero es que ahora no estoy en blanco, estoy en blanco.

Bueno, vamos a poner alguna de los oyentes.

Bueno, sí tengo una.

Donde llegué a Tragamé hace muchos años, yo trabajaba en una zapatería.

Y vino una señora bastante mayor, con un niño de unos 4 o 5 años.

Y yo le digo, hola, cosita guapa, has salido con la abuela de paseo, has venido a comprar zapatos.

Y la señora, con un asco, me dice, soy su madre.

No compró y se fue.

Y yo quería esconderme debajo de las baldosas de la timba.

Así que, eso es una que no me olvido.

Tengo muchas, pero vamos que esta es la que más me llama la atención.

La que más te ha marcado.

Sí, sí.

Sí, o decirle a mi trabajo, buenas tardes, señora.

Y cuando me doy la vuelta, son señores.

Porque no miro, lo digo por inercia.

O cuando vas en el metro y porque estás un poco gordita te ves en el asiento.

Pues pensar que estás embarazada.

Yo lo he hecho y yo soy romana y resulta que la señora era romana.

Y le dice al marido, esta se ha pensado que estoy embarazada.

Y yo entendiéndola. Y encima va y se sienta de caputa.

Así que vamos.

Bueno, pues vamos a dar paso a las anécdotas de los oídos.

Vamos a ver qué tengo por aquí.

Hola, Gonder.

Ahí va mi anécdota graciosa.

Remontamos a cuando mi hijo mayor tenía unos dos años y yo me estaba duchando con la puerta del baño abierta, porque a ciertas edades ya no puedes cerrar la puerta del baño. Entonces entra mi hijo, se me queda mirando.

Se me queda mirando.

Y me dice que no me puedo ver.

Y me dice que no me puedo ver.

Y me dice que no me puedo ver.