Susan Kare - La diseñadora que humanizó los ordenadores | B4F #28 1n4l65

Bienvenidos a Brands for Future. En el episodio de hoy vamos a hablar de Susan Kerr, una pionera del diseño digital que desde los años 80 se ha propuesto que la tecnología sea más amable y más fácil de entender. Con su trabajo consiguió que los primeros ordenadores que entraron en los hogares de millones de personas pasaran de ser máquinas con cables y circuitos a interfaces comprensibles y que cualquier persona pudiera utilizar sin tener que leer un solo manual de instrucciones.

Es una carrera que da mucho de sí, desde el diseño de iconos o tipografías, a trabajar con Steve Jobs o Paul Rand hasta diseñar el famoso solitario de Windows. Hoy en Brands for Future, Susan Kerr. Brands for Future es un podcast de Crater, una agencia donde ayudamos a las empresas a conectar mejor con las personas, a diferenciarse de la competencia y sobre todo a generar nuevas oportunidades de negocio a través de su marca, sus productos digitales y su comunicación.

Puedes encontrarnos en somoscrater.es. Susan Kerr nace el 5 de febrero de 1954 en Itaca, Nueva York, pero la mayor parte de su infancia la pasa en Narberth, uno de los barrios más atractivos de las afueras de Filadelfia. Es una población pequeña y familiar donde tienes todo lo que puedes necesitar sin tener que recorrer grandes distancias y además está muy bien considerada por el buen nivel de los colegios y de las universidades. Su familia es una de familia de clase acomodada y con buena cultura. Su madre era la artista de la casa, le gustaba dedicar su tiempo libre a las manualidades y a compartir estas actividades con sus hijos.

Por ejemplo, a Susan le enseñó a hacer punto de cruz, un hecho que podría no tener ninguna importancia pero que sería clave de cara a su futuro como diseñadora. Su padre, Morley Kerr, de origen canadiense, fue un destacado fisiólogo especializado en el estudio del gusto y del olfato. Fundó el Monel Chemical Sense Center, un instituto de investigación dedicado precisamente al estudio del tanto del gusto como del olfato y como curiosidad decir que este hombre contribuyó a la investigación del famoso sabor umami. Susan Kerr, siendo aún una niña, asistió a la Harrington High School de Rosemont.

Allí conoció a Andy Herzfeld, un compañero de clase con quien forjó una gran amistad y que unos años más tarde le hizo la llamada telefónica que cambiaría la vida de Susan para siempre.

Durante estos veranos en el instituto, realizó prácticas en el Franklin Institute de Filadelfia bajo la tutoría del diseñador Harry Logues, donde se sumergió por primera vez en disciplinas como la tipografía o la fotocomposición. En su etapa universitaria decidió estudiar Bellas Artes, por lo que se matriculó en el Mount Holyoke College, una universidad privada con mucha historia, donde se graduó con suma cum laude.

Para el año 78 se doctoró en Bellas Artes en la Universidad de Nueva York. En este momento la carrera de Kerr parecía encaminada hacia el mundo del arte más tradicional, al mundo académico o a la docencia. De hecho, se trasladó a San Francisco para trabajar en su Museo de Bellas Artes como comisaria y escultora.

Nada parecía indicar que el camino de Susan Kerr daría un giro de 180 grados. Un día Susan recibió la que probablemente sea la llamada telefónica más importante de su vida. Andy Herfeld, su amigo del instituto, estaba trabajando como ingeniero en Apple. En ese momento estaban trabajando en un nuevo ordenador, el Macintosh, pero necesitaban a alguien que pudiera enfrentarse al reto de diseñar los iconos y los elementos tipográficos de la interfaz de este aparato. Así que le ofrecieron unirse al equipo de Apple y, obviamente, Susan abandonó su trabajo para zambullirse de lleno en el aún inexplorado mundo del diseño digital.