
Descripción de Programa 8. Las emociones 1v3q3y
Octavo programa de nuestra aventura radiofónica. Hoy hablamos de las renuncias. Como siempre lo hacemos con mucha entereza, ilusión y ganas de compartir nuestras vivencias. Este es nuestro propósito. 4w1v2q
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
Bienvenidos al octavo programa titulado Vivir sintiendo. Me hace especial ilusión presentar por primera vez y además con este programa tan iluminador y clarificador. Soy Lidia, llevo tres meses en el centro y estoy encantada de colaborar en este podcast ya que nos ayuda mucho a nosotros mismos y esperamos que también nos ayude a vosotros los que nos escucháis. Como siempre estamos en Torre Barrina en Hospitalet de Llobregat de la mano de Jordi Melik. Gracias para ayudarnos y fue posible que el proyecto Jordi. Como os he comentado antes este es un programa muy clarificador para llegar a entender lo que nos pasa a las personas con problemas de adicción.
Las emociones como veréis juegan un papel súper importante en todo esto. ¿Cuántas veces hemos escuchado de pequeños o incluso de mayores? No llores, los niños no lloran, tú eres fuerte, puedes con todo, que no se entere tu padre, cambia esa cara. Seguro que muchos de vosotros las habéis escuchado ya que a lo largo de nuestras vidas tanto a nivel familiar, social y profesional nos han enseñado a no mostrar nuestras emociones en público, a no derrumbarnos, a no mostrar debilidad, no mostrar enfado, incluso a no equivocarnos.
Si lo pensamos dos veces igual querían que fuéramos un robot o una AI que ahora están tan de moda. Aún así chatGPT tiene integrada alguna emoción. Pues bien, todo esto sumado a las experiencias traumáticas vividas y no gestionadas como las expectativas e ideas creadas de cada uno, por ejemplo, no soy suficiente, yo puedo con todo, no merezco que me quieran, nos ha llevado a consumir, a tener conductas adictivas para poder evadirnos y sobrellevar todo este dolor.
Para profundizar más sobre el tema tenemos preparado ya a nuestros compis en la sección testimonio, pero antes comentar para los que se incorporan en este programa que después de esto pasaremos a la voz de la calle. Es la sección en la que nuestro reportero Carlos ha ido preguntando por la calle a diferentes personas, que luego comentaremos con la tertulia y finalmente terminaremos con la mirada optimista. ¿Preparados? ¿Listos? ¡Y empezamos! Por las veces que no me escuché, por las veces que me hice de menos, por las veces que pensé que no iba a sucederme.
Pues bien, tenemos aquí preparados a los compis, tenemos a Laia, a Shirley y a Daniel, que nos van a contar su experiencia. Laia, si quieres empezar, ¿cómo estás? Bien, hola, soy Laia, tengo 22 años y os voy a leer mi testimonio.
Siempre me he sentido una persona muy sensible, todo me atraviesa, lo bueno, lo malo, digamos que siento las emociones de manera intensa. Hace tres años viví una etapa en la que sentí que todo se me venía encima, me había mudado a una ciudad nueva, lejos de lo conocido y de golpe tuve que empezar a aprender a vivir la vida adulta, enfrentarme a cosas prácticas pero también a una carga emocional grande.
Tuve que hacerme cargo sola de la enfermedad de una persona muy importante para mí, con quien convivía y a la vez atravesaba mi primera relación tóxica, nuevos estudios, nuevo trabajo y el querer encontrarme como mujer negra y adoptada en esta sociedad. Todo se mezcló, todo era demasiado y solo tenía 19 años. Sentía que tenía que poder con todo, que tenía que entender quién era, qué quería, dónde encajaba.
Esa edad tan rara en la que uno no es un niño pero tampoco te sientes ni eres un adulto del todo. Una edad en la que empieces a preguntarte quién eres y cuál es tu lugar en el mundo. En ese intento desesperado de gestionarlo todo, de calmar el dolor y la frustración empecé a usar drogas, especialmente el cannabis. Al principio creía que me ayudaba, me daba una sensación de alivio, de control, como si me anestesiara el alma.
Pero con el tiempo me fui perdiendo totalmente, me aislé. Vivía encerrada en una burbuja, dejé de sentir, dejé de ser yo. Vivía en la tristeza y la negatividad. Todo lo que me importaba empezó a dejar de importarme, mis emociones, las de los demás y todo se fue apagando. Era como estar flotando, desconectada de la realidad. Hoy en recuperación estoy aprendiendo a volver a sentir y no es fácil. Sentir a veces duele, pero ahora entiendo que esa sensibilidad también.
Comentarios de Programa 8. Las emociones 2g4cq