PepeDiario#1656: El ascenso de los Indiana Pacers 47283h

Esto es PP Diario, PP Fútbol.

Hola, ¿qué tal? Hoy estamos a miércoles 14 de mayo del año 2025. Os hablo desde el barrio Dargüelles, en Madrid, en España.

Yo soy Pepe Rodríguez y este es el programa número 1656 de la sección de fútbol de PP Diario.

Ese podcast que durante dos horas y cuarto, dos horas y media, más o menos, por ahí anda el tema cada día, intenta traeros toda la actualidad del deporte en un sentido general, en un sentido global.

Y aquí, en el primer tercio del programa, aquí, en medio del espacio-tiempo del universo conocido, vaya usted a saber, si no estamos también en medio del espacio-tiempo de otros muchos y múltiples universos por conocer, vamos a charlar de fútbol. De fútbol vamos a hablar de la jornada de Liga número 36 de la temporada 2024-2025, que en sus tres primeros partidos ha resultado extraordinariamente clarificadora.

Extraordinariamente clarificadora para las peleas que nos quedan, que no son muchas.

La pelea por Europa y la más dramática, la más angustiosa, la pelea por evitar el descenso.

Empecemos en orden clasificatorio porque así lo requiere el sentido común.

Ya sé que lo más trascendente pasa en el descenso, ya sé que es muchísimo más importante evitar bajar a segunda, que jugar la Europa League el año que viene, por supuesto, pero aún así, si vas por delante en la clasificación, tienes mis respetos por encima de si vas por detrás. Así que el partido que el Celta de Vigo gana en Anoeta se convierte en el primero del que quiero hablar de los tres que se jugaron ayer, aunque muy probablemente sea el menos trascendente.

Menos trascendente en este sentido tan dramático de meterte en una división inferior y de lo que eso puede suponer para el club que allí se mete, para la afición, para todos los que toman decisiones, para puestos de trabajo, en fin, para un montón de cosas que son verdaderamente importantes.

No parece tanto en un caso como el del Celta de Vigo.

Sin embargo, hay un punto aquí, hay un punto de cambio de régimen en cuanto a los equipos que pululan por detrás de los grandes y de los semigrandes en España que me resulta muy llamativo.

La Real Sociedad era ese equipo, ha sido ese equipo durante un lustro o probablemente más de un lustro.

Ha sido ese equipo que gana una Copa del Rey. Ganar una Copa del Rey para cualquier conjunto español que no sea de los tres grandes es una hazaña que se cuenta por generaciones.

Es un día que queda marcado en la historia de ese club y en la de todos sus aficionados y en la de Ciudad, a la que representan de forma indeleble que no se va jamás.

Además, la Real Sociedad no solo ganó una Copa del Rey, peleó varias, peleó por meterse en Champions League, un título en sí mismo, jugó Champions League. A ver quién les quita a los aficionados de la Real Sociedad el ida y vuelta con el Inter de Milán, el ida y vuelta con el Paris Saint Germain, a ver quién les quita todo eso.

Todos estos años, bajo el mandato de Roberto Olave y con Immanuel Alguacil en el banquillo, con la cantidad de jugadores que se han visto en Anoeta maravillosos, todo eso es imposible.

Ni de borrar, ni de olvidar, ni de pasar por alto. Y como os he contado muchas veces, para los que somos fans de equipos de este pelaje, de este tamaño, porque sí, aunque no lo parezca, aunque pases 30 años sin serlo o 40, la mayoría de equipos de España, equipos ahora mismo completamente depauperados, yo pienso en el mío, en el Sporting, pero los que seáis de La Coruña y del Depor, los que seáis de Zaragoza y del Zaragoza, los que seáis de, ahora mismo, el Sevilla, los que seáis del Valencia, no te cuento, estos quizás con un rango aún superior, el techo de estos no es lo que estoy hablando, el techo de estos es lo que hoy en día es el Atlético de Madrid.

Sí, tienen ese potencial, aunque tampoco lo parezca. En fin, todos los equipos de esta dimensión mirábamos a la Real Sociedad con enorme envidia por lo que habían conseguido.

Uno de esos equipos es el Celta de Vigo. El Celta de Vigo ha estado también en segunda división, ha pasado las de Caín, ha sido una ida y vuelta en la grandeza y durante muchos años, un equipo que miraba con angustia a estas jornadas para tratar de evitar el descenso.

El Celta de Vigo, que tenía ese círculo virtuoso de la mierda, podríamos denominar, que empezaban la temporada con un proyecto ilusionante, a mitad de año iban tan mal que despedían al entrenador, traían otro entrenador que, debido a que no había malos mimbres, que había mil factores que empujaban al equipo a donde estaba, pero algún que otro mimbre había, ese nuevo entrenador conseguía salvar al equipo, daba ilusión, aportaba ilusión a todo el entorno del club y entonces le daban un verano más.

En ese verano.