La pasión de Cristo 5n64g

En la Semana Santa se unen elementos como la religión, la historia, la tradición y el misterio, el de la vida, muerte y resurrección de Jesús, de Jesucristo.

Y de ello vamos a hablar hoy con Jesús Callejo, buenas noches.

¿Qué tal? Muy buenas noches. Carlos Canales, buenas noches.

Porque desde el Museo de Historia de Madrid abrimos una nueva edición de nuestro Cuarto de Maravillas.

En la Biblia encontramos el relato de la vida de Jesús, pero también numerosos capítulos y pasajes que han quedado como una incógnita.

¿Qué es lo que no sabemos de la vida de Jesucristo? Pues casi todo.

No sabemos exactamente qué día nació, dónde nació, los años ocultos de Jesús, y desconocemos muchísimo sobre su pasión, muerte, resurrección y ascensión.

Así que, como ves, nos queda mucho por aprender sobre Cristo.

Es casi más lo que no sabemos que lo que sabemos.

Sí, de hecho, no sabemos si nació cuando comienza la era cristiana, está todo dicho con eso.

Para hablar sobre la vida y la muerte de Jesús, hoy tenemos con nosotros a un gran presentador, un gran comunicador que es, además, autor de la novela Te he llamado por tu nombre.

Cristian Galvez, ¿cómo estás? Hola, ¿qué tal? Un placer saludarte, un placer tenerte con nosotros.

Y antes de nada, nos has traído algo muy especial para el programa de hoy. He traído varias cosas.

He traído un libro para cada uno.

Así que por aquí os doy un regalito.

Así que rule. Gracias.

Y una cosa que se puede quedar aquí, pero en el programa, que es una réplica traída directamente de Jerusalén.

¿Ah, sí? O sea, en madera, madera flexible.

Aquí lo veis, ten cuidado que pincha, la puedes coger.

Una réplica de... La corona de espinas.

Toma, toma, coge, coge, ya verás.

Pincha, cuidado.

Tiene una historia especial, ¿no? Sí que pincha, ¿eh? Además de madera, esto es puro arte, ¿eh? Bueno, al final forma parte del peregrinaje que yo mismo hice a Tierra Santa años atrás.

Y, bueno, cuando empecé con toda la documentación de la novela, dije, bueno, a ver, ¿cómo podría ser? ¿Cómo podría quedar? ¿Cómo podría pinchar? Y, sobre todo, bueno, analizando un poco los hematomas, la sangre que hay en la Sabana Santa, para ver si coincidían con los pinchados.

O sea, que esto es... Bueno, os lo dejo por aquí.

Lo dejamos aquí en la mesa, efectivamente, presidiendo esta edición del Cuarto de Maravilla.

Quería preguntar, Cristian, antes de nada, por el libro y por la historia que hay detrás del mismo.

¿Puedes contarnos tu historia? Bueno, el por qué decidí escribir este libro es después de un viaje a Tierra Santa, a Jerusalén, con mi mujer, y es verdad que conocí a mi mujer en un periodo de mucha oscuridad y de mucha ausencia de fe.

No solo fe religiosa, sino también fe personal, fe en la amistad, fe en el amor, fe en uno mismo, ¿no? Que, al final, cuando pierdes la fe en uno mismo, pues pierdes todo tipo de fe, ¿no? Conocí, ya te digo, a mi mujer en un momento muy complicado.

Ella le puso luz a mi camino.

Yo, desde los años 90, con 15 años, después de leer los Caballos de Troya de Juan Jovenito de Sique, quería ir a Jerusalén.

Nunca había estado en Jerusalén, no había encontrado ni el momento ni la persona adecuada con la que viajar, y ella, mi mujer, Patricia, ya había estado allí, me dijo, yo te voy a llevar, por primera vez, te voy a llevar a un sitio donde tú no has estado, ¿no? Y ese momento fue, bueno, este es el lugar donde quiero estar, donde tengo que estar, y quiero escribir sobre esto, ¿no? Porque es verdad que mis anteriores trabajos literarios versaban sobre Leonardo da Vinci, vosotros lo sabéis mejor que muchos, pero es verdad que hablar de Leonardo trabajando en la tele me ha procurado muchos premios y también muchas cicatrices, no sé si por heridas narcisistas, no sé por qué, ¿no? Y llegó un momento en que dije, ya no voy a hablar más de Leonardo, porque ¿para qué? Y de repente...

De algo más grande todavía.

No, no, y de repente encontré esto y dije, pero es que quiero hablar de esto, no voy a basarme en las heridas del pasado y voy a basarme en los premios, en las cosas que me aportaron, sobre todo, felicidad.

Y dije, pues quiero hablar de esto, voy a perder el miedo, y efectivamente quiero hablar de esto, así que...

¿Y cómo ha sido encontrarte con esos lugares, con esos símbolos, con toda esa historia frente a ti? Bueno, es verdad que hay cierta predisposición, cuando uno va para allá, quiere encontrarse en lo que desea encontrarse, ¿no? Pero es que allí sucedió todo, ten en cuenta que yo soy creyente, pero si dejamos a un lado la parte divina o la parte teológica, también hay la parte humana, ¿no? Alguien llegó hace dos mil años, y si hoy en día fuese una empresa, alguien tuvo un claim, dio un producto, la vida eterna, y ese producto, a día de hoy, todavía se sigue comprando, dos mil años después.

Por lo tanto, desde el punto de vista empresarial, fue espectacular, ¿no? Entonces, bueno, caminar por esa tierra y poder...

No pasear por la Jerusalén, por la cual Jesús y los apóstoles caminaron, porque esa no existe, existen determinados trazos y restos debajo, ya lo vaticinó Jesús una y otra vez, esto que veis, no queda la piedra sobre piedra, o sea, para que Jerusalén sobreviviera, ha tenido que morir una y otra vez y resucitar, ¿no? Pero sí que, bueno, estar en Getsemaní, y poder ver los olivos, y poder oler Jerusalén, y respirar la Jerusalén del peregrino, de la gente que va allí a encontrarse con ellos mismos, y también, ¿por qué no?, porque con la Deidad, pues es una experiencia única e irrepetible.

Ese es el siguiente punto, Jesús es un líder espiritual, es un líder religioso, es un líder político, es una molestia para el Imperio Romano, ¿por qué se decide ejecutar a Jesús?, ¿cuál es la justificación real? Es una molestia para el Sanedrín.

Claro, la molestia es para el Sanedrín, y aquí entran en juego muchos protagonistas, está Ana, está Caifás...