Pandemia y Cultura cinco años después 3yva

Gracias, Olga. Son las diez y media, nueve y media en Canarias. Nos vamos a Barcelona y a París.

Andrea Marco Longo, escritora, compañera. ¿Cómo estás? Buenas noches.

Hola, Carlos. ¿Qué tal? Buenas noches.

Y quiero saludar también a Jordi Coromina. Jordi, desde Barcelona. Buenas noches.

Hola, muy buenas noches.

Hablamos de cultura. Andrea, ¿tú cómo viviste estos días oscuros de encierro? ¿Estabas ya en París? Estaba ya en París, sí. Y es verdad que es impresionante estar escuchando este reportaje sobre la cultura, sobre esos días. Es impresionante volver a pensarlo hoy. Para mí fue muy duro porque perdí a mi padre al principio de la pandemia, así que no pude volver a Italia. Así que sí, fue una época dura y como suspendida.

Así que de verdad yo tenía la impresión de vivir algo como casi que se acabara el mundo, o por lo menos mi mundo.

Sin duda el mundo de mucha gente y de la cultura también parece que quiso echar la persiana, pero los artistas, los escritores como tú, ahí se quedaron y empezaron a crear. A ti te dio para lo tuyo, ¿no? Para crear.

Sí, mira, es curioso porque yo ya había empezado a escribir un libro, quería escribir un libro sobre la INEIDA.

Había ya empezado en enero a tomar notas, a reflexionar sobre este proyecto.

Así que cuando me quedé encerrada en este piso en París, frente a Sacré-Cœur, casi me quedé sola con Virgilio.

Así que para mí fue también una temporada muy rara y muy creativa, de gran soledad.

Al final nosotros, pero menos yo, los intelectuales, al final siempre estamos solos cuando escribimos.

Así que pude de verdad, de una manera u otra, dar un sentido, intentar dar un sentido a esa soledad que sentía y que todos hemos vivido en esta temporada.

Corominas, ¿tú cómo lo viviste desde Barcelona? Pues a ver, yo lo viví de mil y una maneras. Al principio alucinando porque además a mí, digamos, mi pandemia empezó el 8 de marzo, que había ido a pasear por la periferia para preparar, no un paseo de la radio, sino un paseo con alumnos, y llegué a casa y estaba 39 de fiebre.

Entonces me metí en la cama, aluciné. Me acuerdo que el Betis ganó al Real Madrid ese día, no me digas por qué.

Qué curioso que se te haya quedado ese dato.

Sí, sí, y estuve dos días con fiebre, se me pasó y llegó el confinamiento y entonces lo que noté durante todo el mes de marzo, como decía Andrés, que terminaba el mundo, porque además efectivamente la cultura estaba cerrando y aquí en la radio es bueno que los oyentes lo sepan.

Nos tuvimos que reinventar, hacíamos radio por Skype, los colaboradores desde casa teníamos cualquier micro, pero logramos el milagro de hacer los directos.

Y me pasó también como ella, que claro, ante la soledad, como me habían encargado un libro que luego fue La ciudad violenta, directamente lo terminé en el confinamiento. En dos meses y medio escribí como 300 páginas.

Y fue por eso y gracias a la escritura pude paliar la soledad, porque si no hubiera sido algo, temendo la verdad.

Andrea, los antiguos, los griegos clásicos también nos enseñan cosas de las pandemias, ellos también las sufrieron.

Sí, de hecho ya la palabra pandemia es una palabra griega que significa pan, significa todo y demia significa demos, es decir, todo el pueblo sufre el mismo mal.

Es algo que afecta a todos y todas en todo el mundo. Sí, ellos también vivieron por lo menos una pandemia, estamos hablando del quinto siglo antes de Cristo.

Pericle era el líder político de la época, de hecho él también se murió al cabo de esta pandemia.

Así que es verdad que volver a leer los clásicos, a trabajar sobre los clásicos para mí fue como una terapia.

Como decía Jordi, para nosotros era el final del mundo, pero los clásicos contaban que esto ya había pasado por lo menos otras veces en la historia.

Así que nosotros no fuimos los primeros a vivir casi esta fractura entre un pasado de normalidad, entre comillas, que ya no existía más de un día como decía Jordi, entre un par de décadas.