Ocaso, de Diego G. Carballal. 73305f

Si te gusta lo que vas a escuchar a continuación te pido que compartas y te suscribas porque eso nos ayuda a seguir creciendo ocaso el hombre había visto la luz entraba por la ventana incluso antes de abrir los ojos y declara y cálida como una caricia de amor al principio le costó trabajo a sacar súbita estaba algo nublada y no lograba distinguir las formas a su alrededor todo era blanco brillaba mucho y para colmo no tenía puestos los lentes tarda unos segundos en darse cuenta en donde se encontraba a veces le pasaba eso danny saber dónde estaba cómo había llegado a determinado lugar era algo así como que su cerebro se apagaba y cuando volvió a encenderse ya había pasado algún tiempo a veces horas otras veces días hoy en particular en un día bueno porque no había dolor había dormido bien y despertado mejor sin saber por qué tenía la idea de que no siempre era así y de que por eso este era un día bueno sí definitivamente esta avanzaron aunque no recordaba de qué o por qué en todo caso había despertado sintiéndose maravillosamente bien no había dolor ni incomodidad ni molestia alguna tan sólo cansancio soñoliento que en el fondo era agradable en cierto modo se parecía al cansancio tranquilo que precede al sueño profundo y reparador alguien había abierto la ventana y por ella entra una brisa fresca con aroma césped recién cortado se quitó la mascarilla de oxígeno para poder sentir mejor el aroma de la hierba y se llenó los pulmones de aquel perfume a pasto que a él se le antojaba el aroma de la juventud el amor la felicidad y de la paz entonces miró a su derecha ya con la vista más clara y menos turbia y vio a una joven muchacha y largas trenzas negras que lo miraba con ojos cristalinos de un marrón profundo ella le sonrió y al hacerlo unos hoyitos se formaron en las mejillas creo que se parece a mí pensó el hombre y le devolvió la sonrisa yo te conozco princesa mía dijo el hombre y se sorprendió y lo áspera que sonaba su voz hola papá respondió ella y la voz se le quebró en dónde estoy preguntó el hombre en una habitación de hospital papá contestó la muchacha un instante de silencio tras el cual el hombre dijo entiendo hace mucho que estoy aquí hace un tiempo sí pero ya me voy verdad creo que sí respondió la muchacha con una sonrisa triste el hombre la contemplaba en silencio con la mirada tranquila y los ojos llenos de amor en ese momento su cerebro estaba completamente despierto ichiro su delgada y pálida mano para tomarla de ella y le dijo dormí muy bien sería que mi padre estaba sentado en esa silla de ahí ambos te mirábamos y hablábamos de ti luego se levantó y me dijo te veo en un rato desapareció al mismo tiempo que la luz entraba por la ventana y se que me despertó y entonces te vi qué lindo es verte cachetes que grande que estás me das agua tengo un poco de ser