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Juan Carlos Parra
Nuestro Padre merece honra

Nuestro Padre merece honra 5w364y

22/5/2025 · 28:55
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Juan Carlos Parra

Descripción de Nuestro Padre merece honra 604g5q

Nuestro Padre merece honra (Agua Viva). 1 Juan 3 1 Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 2 Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. EL HIJO DIGNO Érase un hombre que tenía diez hijos. Al sentirse cerca de la muerte, dejó a cada uno de ellos la décima parte de su fortuna, decidiendo que el magnífico palacio que se hiciera construir pertenecería al más digno de ellos. Muerto el jefe de la familia, se encendió una disputa entre los hijos por la posesión del edificio, y se llevó el asunto ante el juez, quien decidió de la siguiente manera: «Id al cementerio todos vosotros y golpead sobre la tumba de vuestro padre, hasta que nombre aquel a quien deberá pertenecer el palacios. Los hermanos corrieron, presurosos, hasta la última morada del extinto, y cada uno de ellos golpeó con un bastón sobre el montículo de la tumba. Uno solo se abstuvo de hacerlo. El juez le preguntó por qué se excluía, y aquél repuso así: —Antes de golpear la tumba de mi padre, prefiero renunciar a la herencia. Brillaron de alegría los ojos del árbitro, al comprobar el buen éxito de su prueba, y haciendo justicia, exclamó: —Tú eres el hijo más digno, y sólo a ti te corresponde la magnífica propiedad de tu padre. MEDITACIÓN FINAL Pensemos en cómo Jesús anduvo bajo paternidad y honró la autoridad de sus padres, de su Padre Celestial y hasta de las autoridades civiles. Él es nuestro ejemplo para ser hijos de Dios, por eso el Padre tuvo que dar testimonio público en tres ocasiones de su Hijo: “Y hubo una voz de los cielos, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. Mateo 3:17. Honrar a ese Padre que tanto nos ha amado y nos ha adoptado como hijos y herederos es la respuesta que cabría esperar de verdaderos discípulos de Jesús. Nuestro Padre merece honra MALAQUÍAS 1:6 6 El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? Y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado tu nombre? HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE Había una vez un anciano que había perdido a su esposa y vivía solo. Trabajó duro como la mayor parte de su vida, pero las desgracias lo habían dejado en bancarrota, y ahora era tan viejo que ya no podía trabajar. Sus manos temblaban tanto que no podía enhebrar una aguja, y tenía la visión borrosa, demasiado para hacer una costura recta. Tenía tres hijos, pero ya estaban casados y estaban tan ocupados con su propia vida que sólo tenían tiempo para cenar con su padre una vez por semana. El anciano estaba cada vez más débil, y los muchachos lo visitaban cada vez menos. "No quieren estar conmigo ahora", dijo, "porque tienen miedo de que me convierta en una carga para ellos. Pasó una noche en vela preguntándose qué sería de él sin la ayuda de sus hijos. Por fin se le ocurrió un plan. A la mañana siguiente fue de su amigo el carpintero y le pidió que le armara un gran cofre. Luego fue al cerrajero y le pidió que diera una cerradura vieja. Por último se dirigió al vidriero y pidió todos los pedazos de vidrio roto que tuviera. El anciano tomó el cofre, lo llenó hasta el borde con vidrios rotos, lo cerró y lo puso bajo la mesa de la cocina. Cuando sus hijos fueron a cenar, lo tocaron con sus pies. - ¿Qué hay en ese baúl, le preguntaron mirando debajo de la mesa?. "Oh, nada-respondió el viejo, sólo algunas cosas que he guardado. Sus hijos lo empujaron y vieron que era muy pesado. Le dieron patadas y escucharon un tintineo. "Debe estar lleno de oro que el viejo ha guardado en los últimos años", le dijo al oído. Comprendieron que debían custodiar el tesoro. Decidieron turnarse para vivir con el viejo, para que pudieran verlo también. La primera semana el hijo menor se mudó a casa de su padre, y cuidó de él y le cocinó. Una semana después el segundo hijo le sucedió, y la semana siguiente fue el más grande. Así continuó durante algún tiempo. Por último, el anciano padre se enfermó y murió. Los muchachos le dieron un bonito funeral, a sabiendas de que una fortuna los aguardaba bajo la mesa de la cocina, y podían permitirse un gasto grande con el viejo. Cuando la ceremonia terminó, registraron la casa para encontrar la llave y abrieron el baúl. De hecho, lo encontraron lleno de vidrios rotos. - ¡Qué vil truco! "Gritó el hijo mayor. ¿Cómo puede ser tan cruel con sus hijos! "Pero ¿qué podía hacer? Pregunta tristemente, el segundo hijo. Seamos francos. Si no hubiera sido por el cofre, lo hubiésemos descuidado hasta el final de sus días. "Estoy avergonzado de mí mismo-sollozó el hijo menor. obligamos a nuestro padre a rebajarse al engaño, porque no observamos el mandamiento que él nos enseñó cuando éramos niños. Pero el hijo mayor se volvió al cofre para asegurarse que se tratara de objetos de valor escondidos debajo de los pedazos de vidrio. Los tres hermanos miraron en silencio el interior y leyeron una inscripción que el padre había dejado dentro: "Honrarás a tu padre y a tu madre." 40561g

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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Si notas que el Espíritu Santo te ha dejado de hablar, la clave es que vuelvas a escuchar.

Y así es el Señor, formando, formando.

Él no malcría. Hebreos 12, 3 al 11, pero voy a centrarme en unos pocos versículos, en el 5.

¿Y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige diciendo, hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por Él, porque el Señor, al que ama, disciplina y azota a todo el que recibe por Hijo.

Esto es un problema porque hoy en día, hoy en día nos cuesta mucho recibir un azote.

Ahora dicen los psicólogos que no se te ocurra, no estoy de acuerdo, me da igual si me estáis grabando.

Tapatito, tapatito, en la nalguita, mano de santo, la paleta de maderita con la que cocinas, esa paleta de madera, no tienes que buscarte por ahí una vara, ni nada de problema.

Esa paleta de madera, te lo dice uno, cuando tienen pañal pica todavía, incluso si tienen pañal.

Y ya llega un momento cuando ya crecen que no necesitan ese pam pam.

Pero conforme están creciendo, ese azote te puede librar de grandes problemas después, porque aprenden a respetarte. Ahora nosotros, nuestros hijos son mayores y cambiamos el tono.

El otro día mi hijo me respondió de una forma chulesca, porque está con todos los exámenes y muy nervioso y las hormonas, la adolescencia, me dijo.

¿Qué estás diciendo? ¿Cómo me estás hablando? Y es más grande que yo, pero eso no ocurre de repente, eso es porque con el paso de los años han aprendido también a temernos.

Porque dentro del amor, del amor por ejemplo a Dios, debe haber un temor, un respeto a Dios.

O sea, no es aquí papi chulo, aquí mi papá Noel, mi varita mágica, el genio de la lámpara.

Oye Dios, mi pana, si estás por ahí, acuérdate de mí.

Que me toque la artería, que hoy estoy fatal. No es ese asunto.

Es un respeto, o sea, ¿con quién estás hablando? Tenemos confianza, pero estamos hablando con el santo de los santos.

Seis, porque el Señor al que ama, disciplina y azota a todo el que recibe por hijo.

Esa es otra, que nosotros los que ejercemos paternidad dentro del liderazgo, debemos de aprender también a corregir con amor, pero a corregir, caray.

¿Y quién está dispuesto a recibir corrección? Hay cristianos, pastilla de jabón, les aprietas un poquito y se te escapan de la mano.

Me fui a una iglesia que hay amor, pero hermano, si vas por toda la iglesia pinchando a la gente y eres don ofensas porque se te da muy bien ofender, eres don rencillas porque se te da muy bien ser rencilloso.

Nosotros que somos padres espirituales, debemos decir hermano, pues con amor, pero te vamos a corregir.

Hermano, fíjate que a una persona nuevita le has espantado porque según tú, el peinado que lleva no es digno de la casa de Dios, no tiene un poco de religiosidad.

Y eres de tropiezo a alguien nuevo, me voy de esta iglesia.

Si eres hijo, recibe corrección porque eso es amor.

Cuando mi pastor, yo también tengo pastores, además de que camino con mis pastores de la OPR, pero cuando mi pastor se sienta conmigo en Juan Carlos, corriges, mira, me dice uno, dos, me lo dice con amor.

Yo me alegro, a mi carne no le gusta porque he descubierto que he fallado en algo, pero en mi entendimiento y en mi espíritu digo, Dios me ama, soy hijo, no me quedo sin corrección.

Gracias pastor, gracias, voy a mejorar en esto.

¿Qué palabra más bonita nos está quedando, a que sí? Verso siete, si soportáis la disciplina Dios os trata como a hijos, porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina? Si se os deja sin disciplina.

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