La nigromancia y su origen como disciplina para invocar espíritus. 1x3o4v

La necesidad del ser humano por conocer su futuro y lo impredecible ha provocado que desde tiempos ancestrales el hombre haya buscado vaticinar acontecimientos mediante el o con el más allá como una forma de obtener respuestas sobre lo desconocido.

En la antigüedad, el filósofo griego Platón, del siglo V a.C., concebía que existía una forma de adivinación inductiva considerada como arte y otra más natural que utilizaba la deducción y la intuición.

Asimismo, en el caso de la adivinación mediante la inspiración, Platón consideraba que el adivino era poseído por un genio o demonio que le sumía en un trance.

Por otro lado, si nos referimos a lo considerado como artes oscuras, la necromancia o la necromancia, ha sido considerada en la historia como una disciplina o rama de la adivinación que se ha dedicado al vaticinio del futuro mediante la invocación de espíritus y mediante la consulta de las vísceras de los muertos.

Pero, ¿en qué culturas ancestrales tiene su origen la necromancia? ¿Existen casos de necromancia en la Biblia? ¿Por qué la necromancia ha sido considerada como un arte oscuro? ¿Cuáles son los peligros que implica su práctica? Para responder a estas y otras cuestiones, tenemos con nosotros a Fran Scandale, ingeniero de sistemas y profesor de lengua inglesa y española.

Fran Scandale, muy buenas noches.

Hola, buenas noches, un placer estar con vosotros nuevamente.

Igualmente, Fran, que estés con nosotros, mil gracias.

Fran, para empezar, ¿de dónde proviene el nombre de necromancia o necromancia? Pues sí, necromancia es un término más bien tardío, derivado del italiano, que significa más bien oscura.

Necromancia proviene del necrosmanteia, que es la adivinación a través de la muerte.

Es importante empezar, este tema es un poco delicado, resbaladizo, es importante explicar lo siguiente, uno de los más grandes ocultistas del siglo XIX, el hispano-francés Gerard Encausse, a quien le conocemos también con el seudónimo de Pappus, hace una clasificación del ocultismo, esto es para ver dónde estamos ubicados.

Él ubica el ocultismo en cuatro fases diferentes.

Una es la alquimia, que es el estudio del manejo de los seres y las fuerzas elementales.

Otra es la magia, como el estudio de las fuerzas astrales.

Otra es la psicurgia, que es el manejo de las fuerzas ocultas del hombre.

Y, por último, la teurgia, que está relacionada con el estudio de las fuerzas del empirio, ese nombre que recibe el último de los cielos, es decir, la presencia y la comunión con Dios.

Y la piedra de toque del ocultismo es la necromancia.

Quien sepa proceder en términos de necromancia es un ocultista, está al tope de su profesión, por decirlo así.

O sea, un necromántico es una persona que trata con temas oscuros, entonces.

Sí, se puede llamar de eso, pero ese oscuro, a lo mejor al final podemos hacer una matización sobre esa palabra oscuro.

Bien, estupendo.

¿Qué es lo que diferencia la necromancia del espiritismo, Frank? Muy buena pregunta.

Pues mira, hay que hacer la siguiente distinción.

La necromancia puede ser una senda, o vía, o camino, o puede ser simplemente una disciplina, es decir, algo que se estudia de una forma operativa, sin más.

El espiritismo, cuando hablamos de esto, estamos hablando no de la senda, sino más bien de la disciplina.

Es decir, estamos hablando de una invocación, es decir, llamar hacia el centro o llamar hacia adentro, de un espíritu en un centro de reunión, por ejemplo, y la necromancia no.

La necromancia es una evocación, es decir, llamar hacia afuera, algo que se supone que está dentro de un cuerpo humano o que puede ser llamado, digamos, en un área geográfica que tiene características muy determinadas.

Quiero entender...