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Descripción de Nacidos para perder 2q2bm
Por caminos raros Txux Bodegas y Jesús Panadero abordan una nueva entrega de Por caminos raros señalando que puede está muy bien todo... pero que no es lo mismo. Que no hace al monje el hábito (ni su ausencia). No es lo mismo o, lo que viene a coincidir en lo profundo, depende. Uno es el que pierde coyunturalmente, sin continuidad y sin consecuencias, el que pierde como si no importara (y lo perdido puede incluso puede no tener mayor importancia, como perder un palito o una muesca) otro el que viste los humores de la pérdida como oropeles que adornan al personaje que construye, muestra y (habitualmente) vende: el famoso “yo” del artista. Está también el perdedor que parece triunfador andante, que simula no ser lo que es, unas veces con mala conciencia otras por mera costumbre. Pero está sobre todo el que siempre pierde, el que pierde sin querer perder, el que pierde hasta cuando cree haber ganado algo, el perdedor por excelencia, el perdedor sin ninguna excelencia, el puto perdedor de mierda. Tú y yo: nosotros. Y no es lo mismo. Vaya que no es lo mismo. En esta entrega de Por caminos raros Jesús y Txux, Panadero y Bodegas, cartografían con la maestría que acostrumbran el territorio y sus diversas curvas de nivel. Y nos regalan de paso una selección de textos y canciones que otros para sí quisieran. 1r1k
Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.
La vida te lleva por caminos raros, por la esquina más perdida de los mapas, por canciones que tú nunca has cantado.
Sean bienvenidos, una vez más, a una nueva edición de Por Caminos Raros.
Su cita radiofónica que, conjugando música, literatura y unas gotas de cine, pretende delimitar las geografías de territorios aún por inventar.
La vida te elige con los labios pintados.
Siempre hay algún bar que se llama Las Vegas.
En alguna parte, en alguna parte.
Y siempre hay algún trozo a ver ya.
Al micrófono, Jesús Panadero, dando voz a todas las miasmas mentales de un ser, en sus bodegas, que tras su voto de silencio, traslada por escrito en el refugio de lo que te vende como guión.
Cuando quiero ponerme triste, y siempre pido y nunca tiene, bellas galletitas de la suerte, mirando las gotas estrellarse.
Bienvenidos a Por Caminos Raros, un programa producido para Radiopatía, la radio de lo común, hecha desde cien pozuelos, para todo el orbe conocido y cualquier galaxia aún por descubrir.
Y es mejor unos labios tristes, que cien aviones despegando, y es mucho mejor mi vida, si tú estás dentro.
El cine y la literatura están llenos de ellos.
Personajes que pululan, por unas razones u otras, por los márgenes de la sociedad establecida, cuyas vidas y actitudes vitales ejercen en los demás una suerte de atracción que desemboca muy a menudo, en iración, quizás malsana, pues se ira lo que seguramente no se desea para uno mismo.
Hablamos de la figura del perdedor, que se ha convertido en un arquetipo artístico y social que concede a la gente que se ha convertido en un arquetipo artístico y social que concita simpatías por quienes se mantienen dentro de los límites de lo convencional.
¿Por qué simpatizamos con estos seres cuyas vivencias nos fascinan y repelen a una vez, sacando a relucir divanes freudianos de andar por casa? Aventuramos a decir que se ensalzan estas figuras, porque en ellas proyectamos todo lo que no nos gustaría que nos pasara, pero que asumiendo y compadeciendo su existencia, incluso alabándola, estamos a su vez creando nuestra propia cuartada y justificación ante el más que posible ingreso en la cofradía del fracaso, atenuando así la dureza de la futura caída.
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