La metamorfosis, de Franz Kafka (2 de 3) 3q4a3d

Los cuentos de la casa de la bruja tu pocas semanal de relatos de misterio ciencia ficción terror cada viernes al caer la noche un nuevo relato si te gusta nuestro contenido suscribe te y si te encanta hazte fan desde el botón azul apoyar y accede a todo el conteo unido extra y ahora disfruta de este programa los cuentos de la casa de la bruja presentan la metamorfosis de franz kafka narrado por juan carlos albarracín traducción y edición revista de occidente madrid mil novecientos cuarenta y seis capítulo dos de tres hasta la caída de la tarde no se despertó gregorio de su profundo sueño similar a una pérdida de conocimiento seguramente no se hubiese despertado mucho más tarde aunque sin ser molestado porque se sentía suficientemente repuesto y descansado sin embargo le parecía como si le hubiesen despertado unos pasos fugaces y el ruido de la puerta que daba al vestíbulo al ser cerrada con cuidado el resplandor de las farolas eléctricas de la calle se reflejaba válidamente aquí y allí en el techo de la habitación y en las partes altas de los muebles pero abajo donde se encontraban gregorio estaba oscuro planteando todavía torpemente con sus antenas que ahora aprendí a valorar se deslizó lentamente hacia la puerta para ver lo que había ocurrido allí su costado izquierdo parecía una única y larga cicatriz que le daba desagradables tirones y le obligaba realmente a cojear con sus dos filas de patas por cierto una de las patitas había resultado gravemente herida durante los incidentes de la mañana casi parecía un milagro que sólo uno hubiese resultado herida y se arrastraba sin vida sólo cuando ya había llegado a la puerta advirtió que lo que lo había traído hacia ella era el olor a algo comestible porque allí había una cuchilla llena de leche dulce en la que nada pan trocitos de pan estuvo a punto de llenar de alegría porque ahora tenía aún más hambre que por la mañana e inmediatamente introdujo la cabeza adentro de la leche casi hasta por encima de los ojos pero pronto golpeó a sacarla con desilusión no sólo comer les resultaba difícil debido a su delicado costado izquierdo sólo podía comer si todo su cuerpo coopera baja de ando sino que además la leche que siempre había sido su bebida favorita y que seguramente por eso se la había traído la hermana ya no le gustaba es más se retiró casi con repugnancia de la escotilla y retrocedió a rastras hacia el centro de la habitación en el cuarto de estar por lo que veía gregorio a través de la rendija de la puerta estaba encendido caso pero mientras que como era habitual a estas horas del día el padre solía leer en voz alta a la madre y a veces también a la hermana el periódico vespertino ahora no se oye ruido alcón bueno quizás esta costumbre de leer en voz alta tal como le contaba y le escribía siempre su hermana se había perdido del todo en los últimos tiempos pero todo a su alrededor permanecía en silencio a pesar de que sin duda la casa no estaba vacía que vida tan apacibles lleva la familia se dijo gregorio y mientras miraba fijamente la oscuridad que reinaba en él se sintió muy orgulloso de haber podido proporcionar a sus padres y a su hermana la vida que llevaban en una vivienda tan hermosa pero qué ocurriría si toda la tranquilidad todo el bien estar toda la satisfacción llegase ahora un terrible final para no perderse en tales pensamientos prefirió gregorio ponerse en movimiento y arrastrarse de acá para allá por la habitación en una ocasión durante el largo anoche hacer se abrió una pequeña rendija una vez en una puerta lateral y otra vez en la otra y ambas se volvieron a cerrar rápidamente probablemente a alguien tenía necesidad de entrar pero al mismo tiempo sentía demasiada vacilación entonces gregorio sep justamente delante de la puerta del cuarto de estar decidí hacer entrar de alguna manera al indeciso visitante o al menos para saber de quién se trataba pero la puerta ya no se abrió más y gregorio espero en vano