Meditación y conferencia: “El poder de vivir atentos y centrados”, con Elizabeth Gayán 181o1x

Hola muy buenas y encantada de estar con vosotros, bienvenidos y bienvenidas a la charla meditación de hoy el tema que he elegido es vivir atentos, vivir centrados y me parecía un tema muy oportuno sé que es un tema que está muy tratado desde diferentes ángulos pero también creo que es un tema muy actual y un tema muy necesario en este mundo lleno de distracciones, de atracciones de cosas que nos perturban que nos quitan del rumbo de nuestra vida pues es muy importante que aprendamos a estar presentes a estar conscientes a estar donde tenemos que estar en cada momento en cuerpo y alma y con toda la energía ahí porque sólo entonces cuando podemos llevar las riendas de nuestra vida cuando podemos disponer a voluntad de nuestro tiempo de nuestros pensamientos de nuestros sentimientos entonces atención implica que nosotros estamos con toda nuestra energía puesta donde la queremos poner es decir nosotros dirigimos a voluntad la energía de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos si yo quiero prestarle atención a algo quiere decir que quiero poner mi energía ahí que quiero estar ahí y no quiero estar allá que quiero vincularme completamente en esa dirección cuando yo lo decido entonces claro es muy fácil cuando estamos viendo una película que nos gusta cuando estamos hablando con una persona a la que apreciamos mucho y nos aporta mucho valor cuando estamos pues en un sitio en el que nos encanta estar con la compañía el paisaje que contemplamos entonces la atención no depende del me gusta o no me gusta por que claro cuando algo me gusta de forma innata de forma automática de forma instintiva le presto atención pero es que la atención es un acto de la voluntad y como es un acto de la voluntad quiere decir que yo decido yo decido prestar atención ahí me guste o no me guste me apetezca o no me apetezca, como que yo controlo mis tendencias. Entonces, claro, ¿a qué le prestamos atención? Es algo a revisar.

Cuando una persona no me trata muy bien, si yo decido estar presente en esa conversación en la que hay un poquito de rencilla o de roces o de conflicto, si yo decido estar ahí presente en lugar de huir, con toda mi energía ahí presente, como si fuera un faro, seguro que voy a tener más a disponibilidad las herramientas que necesito para responderle en lugar de reaccionar, para poner en juego el poder espiritual que necesito de tolerancia, de paciencia, de comprensión, de discernimiento, porque mi energía está ahí, voy a saber decirle que sí o que no, bien dicho, porque dispongo de la energía, dispongo de los recursos. Entonces, la atención me hace disponer de mi caja de herramientas espirituales, porque estoy yo ahí, mi energía no va hacia otros lados, no se distrae. Entonces, no quiere decir que yo vaya a estar de acuerdo o que me guste el conflicto, quiere decir que lo puedo resolver de manera mucho más correcta, pacífica, asertiva, si estoy presente sea, si estoy con miedo, titubeando, queriendo huir.

Así que la atención me ayuda mucho a resolver las cosas antes. Cuando nosotros apreciamos a una persona, la mejor muestra de aprecio que le podemos dar es estar ahí presentes, atentos a lo que nos dice, a sus gestos, a sus sugerencias, a lo que nos quiera aportar, es decir, esa persona notará que mi mirada está atenta, que yo estoy allí y no tengo prisa, que no estoy mirando hacia otros lados, que no estoy mirando el móvil ni haciendo otras cosas mientras estoy con ella. Entonces, eso da a pie a que la persona se abra, hable conmigo en confianza, me diga cosas que de otra manera no me diría, e incluso a que la conversación se acorte, porque cuando estamos centrados, estamos conectados, estamos atentos, decimos cosas más breves, con mayor calidad y terminamos antes y tenemos la sensación de haber compartido mucho porque no ha habido desperdicio, porque toda la energía se ha utilizado. En cambio, lo que nos sucede hoy en día es que estamos más distraídos, dispersos, que otra cosa, porque no tenemos la sensación de haber compartido mucho.