Meditación y conferencia: “Lucidez ante las contradicciones internas”, con Elizabeth Gayán 1d4j54

Hola, muy buenas, un saludo, espero que estéis muy bien y encantada de compartir hoy el tema que hemos elegido, que es sobre lucidez ante las contradicciones internas. Y estoy segura de que todos, todas, pues sabemos de lo que estoy hablando, a qué me refiero con las contradicciones, porque es verdad que todo el mundo las hemos tenido, pero algunos no se dan cuenta de que las tienen, otros se dan cuenta pero viven con ellas y otros las ven y hacen algo para manejarlas de manera que su vida vaya orientada en una dirección y no vaya con tantos vaivenes, contradicciones, sube y baja, fluctuaciones, sino que más bien pues tú puedas orientar tu vida en el sentido que te gustaría. Y os puedo poner algunos ejemplos que quizá podéis reconocer. ¿Alguna vez le habéis dicho a alguien que no cuando queríais decirle que sí? ¿Alguna vez has hecho algo que no querías hacer pero por el debería, por el tengo que, lo has hecho? ¿Alguna vez pues no querías regalar algo pero lo has regalado, no querías gastar tanto dinero pero te lo has gastado y luego te has sentido incómoda? ¿Ha sido alguna vez alguna celebración que no querías ir pero has ido porque algo te decía que te ibas a sentir mal si no ibas? Y cosas así que parecen poco importantes pero hay muchas.

A veces queremos meditar temprano por la mañana pero también queremos acostarnos tarde por la noche, decimos que somos vegetarianos pero comemos pescado de vez en cuando... En fin, el ser humano es un complejo ser lleno de tantos yoes internos, tantos personajes, tantas historias vividas, tantos sentimientos, tantas sensaciones, que lo raro es que tú puedas dirigirte en una dirección. Pero las contradicciones pues hay que mirarlas, no luchar contra ellas, no rechazarlas, no sentirnos mal, pero sí observarlas porque claro, porque en un momento estoy tan contenta y te digo que te aprecio mucho y que te estimo y pasa cualquier cosa que me dices algo y te miro mal o te hablo mal o te grito.

Si te estoy gritando ya no te amo, si te hablo mal ya no te amo y hace un ratito te decía que te amaba y que te apreciaba. Entonces claro, esas contradicciones pues descolocan a la otra persona y a uno mismo le hacen perder la autoestima. También vemos, no, una madre que ama mucho a sus hijos pero tiene su parte de posesiva. Así que los amo pero un poco pues los poseo o los condiciono. Se van por la noche y le digo bueno, mira, ahora me quedo yo aquí sola, tú te vas, yo me quedo. Sí, te quiero mucho pero ya te vas y yo ya te digo que me quedo sola y te condiciono para que tú te sientas que me quedo sola. Entonces hay tantas cosas por dentro que es inevitable tenerlas porque hemos vivido muchísimas experiencias y las experiencias que hemos vivido no todas se han quedado bien en el interior, han quedado residuos y esos residuos que quedan están ahí hasta que algo sucede fuera que conecta con ese residuo y emerge.

Puede ser que yo a una persona la ire y la quiera pero a lo mejor también puedo tener un poquito de celos alguna vez porque quizá esa persona tiene algo que a mí me gustaría tener y yo no tengo. Entonces la iro, la amo, le tengo un poquito de celos, ¿en qué quedamos? Pues todo eso se puede dar a la vez. Son diferentes sentimientos contradictorios que van en diferentes direcciones y que a veces uno mismo hasta se confunde. A veces opinamos y no queríamos opinar o opinamos todo lo contrario a lo que está diciendo el grupo y no decimos lo que pensamos porque ¿y si quedo mal? ¿y si luego no me consideran o no me incluyen o no me quieren? O sea, hay un montón de creencias que no son nuestras, que las hemos heredado de la familia, de la sociedad, de la televisión, de los medios, de los antepasados y las hemos aceptado como ciertas y nos condicionan. Porque igual tú no te has planteado si tú realmente quieres algo o no lo quieres y das por sentado que lo quieres.

La gente a veces se casaba antes porque había que casarse o tenía hijos pues porque había que tener hijos. Pero tú te has planteado que no.