Macarfi en Asturias, cata de quesos y bebidas con @SumillerMurcia y alguna sorpresa 514g3v

Hola gastrónomos, hoy un especial. Tengo ahora suerte de que me acompañe.

Hacer una presentación es difícil cuando es así gente que conoces, hacer una presentación formal del que hace un chico como tú en un sitio como este.

Voy a empezar diciendo que pasamos del mundo de las finanzas a un mundo para mí más agradecido que es el del buen comer, aunque no iban inconexos.

Una cosa lleva a la otra y como bromeaba antes de empezar, en lugar de estar amablemente jugando al golf en cualquiera del campo por España, monta una guía, no embalde encima, bueno más bien consigue con esta guía llegar a casi toda la península y en este curso desea llegar a toda la península ibérica.

Además esta guía y el motivo por el que estamos sentados aquí en Oviedo, en The Black Bar, es que llega también al Principado de Asturias.

Tengo la suerte de colaborar con ellos.

Hablo de Manuel Carreras Fisas, pero esto hace unas siglas que hacen McCarthy, una guía que cada vez más se ve, que cada vez más se ven las puertas de los restaurantes y que con más orgullo hablan de ella muchos cocineros.

Así que lo primero, Manolo, de aquí en adelante, muchísimas gracias por estar en el podcast y por montar todo este envueltorio en el que tengo la suerte de encontrarme.

Encantadísimo, muchísimas gracias.

Voy a repetir la pregunta que yo un poco, grosso modo, resumí, pero que hace un chico como tú en un sitio como este, porque...

Bueno, te agradezco lo de chico ya, que ya no soy tan chico.

Bueno, lo que ocurre es que siempre he tenido una cierta pasión por la gastronomía.

En casa de mis padres era un tema importantísimo.

Luego yo trabajé en el sector financiero, primero en Banco de Bilbao, que no era BBVA, sino BB, y luego creé mi propia agencia de bolsa y en el mundo financiero siempre sueles acabar en una mesa de restauración.

Eso más la afición ya propia que tenía te lleva a investigar, ver, y en un momento determinado descubrí en Nueva York una guía maravillosa que se llamaba Zagat, democrática, transversal, hecha por gente corriente, que me impactó muchísimo, porque para ellos tan importante eran tres estrellas con un plato de pasta en cualquier barrio.

Además fue un modelo de negocio muy bueno, porque la extendieron a 30 capitales americanas y en el año 2008 lo vendieron por 155 millones de dólares a Google.

Y a mí siempre quedó la buena guía y la buena cifra.

Las dos ramas de tu vida, ¿no? Las dos ramas, ¿no? Y entonces, nada, cuando yo vendí la guía, ay, yo vendí, perdón, la...

No, todavía no, por favor, me queda mucho por hacer.

Vendí una compañía de valores en el año 2008, luego seguí ligado a la banca de consejero y presidente regional de un banco, y ya cuando me tocaba irme a jugar a golf, como tú bien dices, pensé, ¿por qué no soy capaz de lanzar el modelo Zagat en Barcelona? Yo soy de Barcelona, pensé en Barcelona, porque teníamos unas guías maravillosas, y seguimos teniendo unas guías maravillosas, como la Repsol y la Michelin, pero al final son del bloque alto, ¿no? De la parte elitista, ¿no? Y lo que yo recordaba de la guía americana, pues que del modelo americano, que era una guía como transversal, que todo interesaba.

Y, bueno, pues digo, voy a ver, entonces, lancé mil mails a mil personas que yo sabía que les gustaba comer o tenían comer fuera de casa.

Les preparé una pequeña aplicación, les expliqué para qué era esta aplicación, que era para crear una guía gastronómica, y les pedí que en los próximos nueve meses enviase críticas de lo que iban a visitar, con un máximo de 100 palabras, puntuando comida, decoración y servicio.

Preparamos todo un sistema retributivo, es decir, que se enviaban cinco críticas a la botella de vino, se enviaban diez champagne, se enviaban quince no sé qué, tal.

Bueno, acabamos enviando el súper entero, porque al cabo de nueve meses teníamos seis mil críticas de restaurantes de Barcelona.

En aquel momento éramos dos personas, o sea, estaba yo con una chica que había trabajado en la compañía, que yo era socio, se iba, y digo, ven, que vamos a probar esto.

Y entonces nuestra labor era, pues si te llegaban, no sé, pues, siete críticas de un restaurante determinado, bueno, pues intentar plasmar en 100 palabras lo que la gente te había enviado, ¿no? Para que cuando alguien lo leyese, realmente fuera un escalero que se iba a encontrar, ¿no? Y esa ha sido la gran preocupación de esta guía, ¿no? Y, bueno, pues ahí empezamos la guía en Barcelona, en 2015, la presentamos en la guía del 2016, guía urbana de la ciudad de Barcelona.

O sea, eran mil restaurantes de Barcelona.

Muy transversal, tanto desde el punto de vista de, por decir algo, de calidad, ¿vale? Había de muy buenos restaurantes a restaurantes cuya referencia a lo mejor era un plato de lentejas, aunque el restaurante luego le hice nada.

Y luego también geográficamente muy representada toda la ciudad de Barcelona, ¿no?