LibertadVCF Radio 10 de Abril 2o1qc

Hoy día volveremos a soñar, es hora de volver, ¡Valencia! Peter, dime, ¿cuál es tu juego? Matando nuestro escudo, ¿qué te hemos hecho? Te recibimos con los brazos bien abiertos y cada año que pasa más destruyen nuestros sueños.

Ete tu premio, Valencia unido pa' sacar de nuestra tierra a todos forajidos, vuestra cultura diferente, la diferencia que vuestro corazón nos siente.

Incompetentes, indecentes, prepotentes, menos apreciando a Mario Kempes, sin respeto a nuestra historia y nuestra gente, buscando...

El pasado domingo, el Valencia Club de Fútbol jugó y ganó a domicilio contra el Real Madrid por 1-2 en el Estadio Santiago Bernabéu.

Partido ganado por el Valencia en el que se dieron todas las circunstancias necesarias a favor.

Penalti inexistente en contra, detenido por Mamardas Vili, con revisión incluida del árbitro en el VAR, que de forma inexplicable se mantuvo en su decisión.

Gol en propia puerta del Valencia que fue anulado por fuera de juego milimétrico.

Paradas antológicas de tu portero.

Efectividad del 66% en tiros a portería del Valencia.

Dos goles en tres tiros.

Y esa suerte que debes tener en este tipo de partidos que, para poder ganarlos, cayó del lado del Valencia.

Esa suerte que en otros partidos nos había sido esquiva.

Una sufrida victoria que, por inesperada para la mayoría de los valencianistas sensatos, no deja de ser una alegría inmensa para todos los que vamos al Valencia.

Tres puntos balsámicos que permiten ver lo que queda de liga de manera más sosegada y tranquila.

Comentaba Carlos Corberán en la rueda de prensa posterior al partido que estaba muy satisfecho porque en Valencia se estaban celebrando por las calles la victoria.

¿Cómo han dejado a este club para que se celebre una victoria contra el Real Madrid como si fuera un título? Con resaca que ha durado varios días.

Y no diremos que históricamente el Valencia ha sido un habitual ganador en el Santiago Bernabéu jugando contra el Real Madrid porque no ha sido así.

Pero sí diremos que históricamente el Valencia ha competido y era un equipo respetado y temido en cada una de sus visitas hasta hace pocos años.

En los últimos años el Valencia ha contado sus visitas al Bernabéu por derrotas, goleadas o humillaciones.

Hasta suponemos que Carlos Corberán tenía sus dudas cuando forzaron la quinta tarjeta amarilla tres de sus jugadores clave para que descansaran contra el Real Madrid.

Antaño se forzaban las quintas amarillas para llegar limpio y poder disputar los partidos contra los equipos punteros de la liga.

Ahora se prefiere llegar limpio de tarjetas contra los equipos de la parte baja de la tabla, los de nuestra liga.

Y no lo criticamos.

Simplemente constatamos la realidad en que han convertido a este club en una mediocridad en la liga española.

Y ahora que ya se nos está pasando la resaca de esta victoria la pregunta es ¿y ahora qué? ¿Ya damos por corregidos todos los errores cometidos temporada tras temporada por la dirección del club? ¿Ya perdonamos esta temporada lamentable que se ha perpetrado desde la dirección deportiva? ¿Ya empezamos a pensar y a ilusionarnos con que la temporada próxima será diferente? Estamos en una rotonda sin salida, dando vueltas.

Sigo sin acostumbrarme a ver al Valencia sumido en esta mediocridad absoluta, en este irrelevance deportiva y en este sin sentido en el que han convertido a nuestro club, sin saber cuándo tocaremos suelo.

No hace tanto, en la final de la Copa del Rey de 2019, soñábamos que no teníamos techo.

Hoy seguimos cayendo y no sabemos dónde está nuestro suelo.

La que no tiene techo y va camino de convertirse en el éxito del verano es la canción que resuena en mi cerebro.

Esa canción que sigo sin poder retener, titulada Peter Sumarin, que tiene una tonadilla que no me puedo quitar de encima.

Esta noche se duerme Peter Lim, se duerme Peter Lim, se duerme Peter Lim.

Esta noche se duerme Peter Lim, se duerme Peter Lim, se duerme Peter Lim.

Esta noche.