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Historias en general
Juni Taisen La Guerra del Zodíaco parte 1

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24/2/2025 · 03:03:56
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Este contenido se genera a partir de la locución del audio por lo que puede contener errores.

Juni Taisen, La Guerra del Zodíaco. Historia por Nishioishin. Arte por Hikaru Nakamura.

Traducción al inglés por Nathana Collins. Traducción al español por Ferindrad.

La Primera Batalla. Incluso un jabalí se convertirá en cerdo después de la séptima generación.

Imnosissi, El luchador del jabalí. Deseo amor. Nombre real, Toshiko Iene.

Nacida, el 4 de abril. Peso, 60 kilogramos.

Toshiko es la heredera de una distinguida familia con una historia que se remonta a más de tres siglos.

Creció atrapada entre su padre, cuyo estilo de crianza era tan severo que algunos lo llamarían abusivo, y su madre, que llevó el cariño a nuevos extremos. Con el tiempo, Toshiko aprendió a apaciguarlos a ambos en igual medida. De niña, todo su interés se centraba en averiguar qué querían los adultos de ella, y una vez que llegó a la adultez, se convirtió en un espíritu libre, especialmente cuando se trataba del único asunto que sus padres le habían negado rígidamente, el romance. Originalmente, su hermana, cinco años mayor que ella, se había ganado el derecho de participar en la Dodecima Guerra del Zodíaco. Pero en la culminación de una trama de doce años, Toshiko mató a su hermana y reclamó la invitación para ella. Sus armas de elección son dos ametralladoras, una para cada mano, llamadas Aisei no Chigoi. Está bien versada en armamento pesado, y no hay nada demasiado pesado para manejar. Pero esos dos en particular los maneja como si fueran extensiones de su propio cuerpo. Actualmente está en relaciones con doce hombres diferentes, pero todavía está buscando tomar más.

Uno, por el mero propósito de celebrar la Dodecima Guerra del Zodíaco, y sin ninguna otra razón, los organizadores de la batalla habían aniquilado una ciudad entera. El jabalí pensó, algo arrepentida, ni siquiera mi estimada familia ejerce el poder de eliminar fácilmente toda una región metropolitana de 500.000 en una sola noche. Tales eran los pensamientos del jabalí mientras atravesaba el edificio con gracia, siempre con gracia y elegancia. La hora escrita en la invitación había pasado hacía mucho tiempo, pero esa no era razón para que se diera prisa. Por el contrario, tenía una profunda convicción de que el deber de la clase alta era hacer que los demás esperaran por ellos. Además, pensó, ¿no es tradición que el jabalí aparezca de último? Además la victoria previa del jabalí me convierte, en esencia, en el campeón defensor, y no debo comportarme de manera impropia. Ella apretó sus dedos alrededor de las empuñaduras de las ametralladoras que sostenía en cada mano. Ella estaba decidida y lista para matar. Al jabalí se le había enseñado a dejar sus manos libres y listas para moverse en caso de cualquier contingencia, pero ella adaptó esa lección a su propia manera.

Si ella estuviera preparada para cualquier contingencia, ¿no era mejor tener un arma en cada mano? Ella no llevaba ahora estas dos masivas ametralladoras sólo para esta ocasión. Ayse y Nochigoy, amor perdido y sin piedad, siempre estuvieron con ella. Incluso se le había otorgado una dispensa legal para llevarlos en todo momento. Si alguien la denunciara a la policía, esa persona sería arrestada, no ella, tal era su prestigio como heredera de la Gran Familiaín. En esencia, el jabalí en su interior era exactamente quien parecía ser alguien altiva y dominante, generalmente desagradable e indigna. Pero ella no era tonta ni era imprudente. No estaba dispuesta a encerrarse en el espacio cerrado de un ascensor durante medio minuto o más. Ella en su lugar tomó las escaleras y mientras ascendía los 150 pisos, nunca dejó de refinar sus planes de batalla. Que ella necesitaba ganar era algo dado, lo que importaba era lograr esa victoria con elegancia. Una victoria ganada a través del sudor era lo mismo que perder. Sus pensamientos estaban exclusivamente ocupados con la forma de matar a sus formidables once adversarios con el mayor refinamiento, de acuerdo con su venerable linaje.

El último piso se abría a un gran espacio aparentemente diseñado para ofrecer una vista del muy por debajo. Paisaje nocturno. Al entrar en la plataforma de observación interior, el jabalí anunció «Buenas noches a todos». Confío en que su espera ha sido agradable. Soy el jabalí, la vista podría haber sido algo buena hace unos días, pero la ciudad fantasma distante debajo de ellos ahora sólo ofrecía oscuridad total. Mientras que el jabalí ciertamente sabía cómo apreciar desde lo alto, el sombrío vacío ni siquiera merecía escatimar una sola mirada. Además, era de una importancia mucho más apremiante el evaluar a los once luchadores, ya presentes, con quienes estaba a punto de participar en un combate mortal. Ninguno se levantó para recibirla y ninguna respuesta recibió su saludo. Por el contrario, los luchadores se habían dispersado por toda la sala para mantenerse lo más separados posible entre ellos. Una mesa ubicada en el centro del espacio ofrecía un bufete extravagante. Como si se tratara de una cena elegante, pero nadie estaba comiendo y nadie estaba conversando.

La atmósfera era tan poderosamente opresiva que una persona promedio podría ceder bajo la presión

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