Hemingway y los Toros - Antonio Civantos Mayo 2j1m4

A las muy buenas, domingueros. Bienvenidos al Toro por los Cuernos.

Pues hoy vamos a hablar de Ernest Hemingway y los toros.

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A las muy buenas, domingueros. Bienvenidos al Toro por los Cuernos.

Pues hoy tenemos con nosotros al escritor Antonio Cibantos.

Buenos días. Buenos días, domingo.

Y vamos a hablar sobre Hemingway y los toros.

Verdaderamente, este va a ser un programa bastante desmitificador, pero es muy necesario hacerlo porque siempre es bueno conocer la verdad.

Antonio Cibantos es el gran experto en Ernest Hemingway que hay en España.

Ya había escrito dos libros sobre Hemingway y ahora acaba de publicar un tercero que es Hemingway y los toros y que solo se dedica precisamente a la faceta taurina del escritor.

Por lo tanto, yo creo que es un libro que va a interesar mucho a todos aquellos que gustan de la historia de la fiesta.

Y bueno, pues Antonio, ¿por qué ese interés por Hemingway? Yo desde muy joven empecé a leer toda la obra de Hemingway.

Obra que se empezó a publicar en España en la democracia porque en el franquismo me parece que apareció alguna edición de fiesta de alguna editorial argentina y que se vendía un poco de matute aquí en España.

De modo que fue a partir probablemente del año 75 cuando me interesó mucho la obra literaria.

Pero en realidad cuando ya quise escribir algo más en serio de Hemingway fue gracias a unas declaraciones de Luis Miguel Dominguín.

Yo estaba viendo la televisión y le hicieron una entrevista y le preguntaron que qué le parecía a Ernest Hemingway, qué opinión tenía de Ernest Hemingway.

Y entonces Luis Miguel Dominguín con su aplomo característico dijo, ese era un gran fanfarrón.

Y yo entonces me quedé un poco extrañado y dije, si este hombre dice una cosa así porque Luis Miguel no daba una puntada sin hilo, no tiene que tener razón.

Y empecé a investigar las biografías que se habían editado en España.

De modo que después de cierto tiempo ya tenía material suficiente y me dije que ya era hora de empezar a escribir sobre él.

Y empecé con una novela, con una novela que era una especie de autobiografía, como si Hemingway escribiera y tratara de pedir perdón por todas las faenas que había ido haciendo, y no precisamente Taurine, a lo largo de su vida.

Y la verdad es que me salió bastante bien porque la escribí de un tirón con todos los datos que tenía, sin embargo me quedé bastante material biográfico en el tintero.

Por eso luego escribí desmontando a Hemingway, ya con todo el material completo y con más paciencia y con más lentitud.

Y que ya era un ensayo, no una novela.

Ya era un ensayo, exactamente.

Lo que pasa es que yo soy más bien, mi estilo es más bien para la narración, para la narrativa, y también para el artículo.

Son los dos campos en los que yo me marejo medianamente.

Y, claro, ese desmontando a Hemingway no me atrevía con un ensayo sesudo.

Por eso lo hice en una especie de entrevista.

Una entrevista para utilizar un lenguaje más coloquial, que el que se entretuviera y, en fin, el que el lector se entretuviera y a mí me pareciese más fácil.

Y así lo hice.

Y creo que me salió bastante bien.

Y luego llegó esto del asunto de los torres, claro.

Porque, en fin, empecé a leer cosas de la Tauromaquia, entre otros libros, el del pasadillo al arrastre, que dije, con este material y con los datos que yo tengo de Hemingway, puedo empezar un libro verdaderamente dedicado y exclusivamente a la cosa taurina.

Y aquí está el libro que acaba de salir y que ya...