El final de la II GM con el Cajón de Grisom #112 4t164j

Bienvenidos a un nuevo episodio de nuestro canal de podcast de historias sin pretensiones y hoy tenemos con nosotros a un viejo conocido, de hecho fue el que estrenó esta serie de entrevistas en historias sin pretensiones, Juanjo Ortiz o lo que es lo mismo, el cajón de Grison. ¿Qué tal Juanjo, cómo estás? Muy bien, encantado de estar aquí otra vez y de haber sido el padrino.

En efecto, fuiste el padrino y luego cuando estaba preparando la entrevista, fue en marzo del año pasado, ha pasado un año y pico. ¿Cómo corre el tiempo? Bueno, Juanjo tiene un blog que es fantástico, el cajón de Grison, porque está especializado en la Segunda Guerra Mundial, pero de una forma distinta, sí que habla de grandes batallas y de grandes personajes, pero sobre todo un porcentaje elevadísimo, lo que tiene son historias curiosas, historias no tan conocidas para el gran público y además, de hecho, a lo largo del episodio de hoy vamos a mencionar algunas referente a la temática.

Luego tiene un canal de podcast también, La Trinchera, que es en el mismo sentido pero con podcasts cortitos, 7, 10, 15 minutos ¿no Juanjo? Sí, más o menos de ese tiempo, sí, el único que es un poquito más largo es una charla que tuve con un buen amigo, Zanando, hablando precisamente sobre el final de Hitler, que también viene muy a colación por la época, sacó un libro en el que desmentía mucho de los bulos que han circulado alrededor del mundo, precisamente sobre la muerte de Hitler.

Muy interesante además, muy bien desarrollado y tal. Y luego además, me gustaría hacerle un poquito de publicidad a Zanando, porque acaba de publicar con Secotia, la directiva Secotia, una biografía de Pato, que bueno, de momento no he tenido la ocasión de poder leer porque no lo tengo todavía, pero vamos, conociendo a Zanando, que es un historiador muy concienzudo, la verdad es que seguro que es una biografía fantástica de Pato.

Pues ahí queda, sí señor, habrá que hacerse con ella. Te iba a preguntar, ¿tú crees que en algún apartado de la historia no está plagada de bulos? No sé, a mí me gustaría que me dijeran, mira, de este tema y de este periodo no hay bulos.

Hombre, no sé, a ver, si vamos de historia, porque la historia evidentemente no hay datos, pero mira, la historia puede decir que desde la antigüedad existe lo que digamos lo que es la propaganda. Quiere decir, venderte lo bueno que soy o lo rojo que tengo. Sabes, entonces, que decir, bulos ha existido, yo creo que ha existido siempre. Por referenciarlo de una época muy conocida, podemos hablar del Imperio Romano.

Desde el mismo Imperio Romano, creo que fue Julio César estableció una norma, en la que se iban contando los logros de mismo Julio César y la mayoría estaban exagerados. Por ejemplo, si lees el libro La guerra de las Galias, escrito por Julio César, te das cuenta de seguida de que el tío se está echando flores constantemente encima. O sea, que son unos inútiles y yo soy el más mejor de todos los mejores.

Ese es un gran ejemplo de un bulo, clarísimamente un bulo.

Se ven incluso, creo que incluso en Pompeya hay incluso pintadas en las que se cuentan mentiras sobre fulano o mengano. Estamos creando bulos. El tema del bulo es antiquísimo, lo que pasa que ahora evidentemente es muchísimo mayor porque está todo subdimensionado por los medios de comunicación y las redes sociales.

No es igual hacer un graffiti en la pared de una ciudad que lo va a ver solamente quien pase por la ciudad, a extenderlo como se extiende hoy en día.

Es que no hay tema que toques en el que no haya habido bulos, en los que haya gente. El otro día, en una charla con Consuelo Sánchez Bremón, que es una medievalista y que ha escrito un libro también muy chulo sobre la historia de la indumentaria, tiene un apartado de bulos. Digo, es que no hay un tema donde no haya que luchar contra los bulos, que la gente lo da por hecho y nadie se preocupa en cómo se ha dicho tanto, cómo se ha repitido tanto, pero ese es el arte del bulo.

Claro, un ejemplo es todo lo que está rodeado de lo que hablábamos antes de la muerte de Hitler.

El principal encargado de dar esos bulos precisamente sobre la muerte de Hitler fue el niñísimo Stalin. Stalin se encargó de ocultar las pruebas de las que disponía y lanzar los mayores bulos posibles, para mantener, digamos así, entre los otros, entretenidos en que si se ha ido a Argentina, que se ha pasado en Brasil, que se ha estado en la Coruña, allí se ha tomado unos pertebes y luego se ha ido a Málaga a tomarse unas tortillas de camarones y se había cogido un bulo.