Feliz dia del Padre 2q1i3g

Había muchas cosas que no entendía, no comprendía. Te he echado tanto, tanto de menos.

Hoy en día ya entiendo por qué el día libre te apetecía más estar en el bar jugando al mus, con tus amigos, con tus conocidos. Hoy en día entiendo por qué cuando salías a trabajar, os quedabas con los compañeros y charlabais un rato antes de venir a casa. En aquella época me costó comprenderlo, pero con el paso del tiempo es cuando se ven las cosas diferentes, ¿no? Recuerdo un día, año 1982, me ofrecieron ir a trabajar de botones al Hotel Real o ir a trabajar contigo al restaurante. No lo dudé. Yo tenía que estar al lado de mi padre, sin lugar a dudas.

Lo que no entendía es por qué yo siempre era el último. Me acuerdo estar en la barra limpiando vasos y cada vez que levantaba la cabeza decía, niño, tú solamente a limpiar.

Otra gente venía y les ponías en la cafetera. Yo estaba en el almacén recogiendo cascos y botellas. Tengo callos todavía en la mano de aquella época de hacer botelleros y llevar cajas.

Hoy en día entiendo por qué. Un día me conseguiste estar en la cafetera. Un día me diste mi rango en aquel maravilloso La Sardina de Plata, que luego solamente fue La Sardina.

También montaste tu restaurante y tampoco entendía por qué. Yo casi no cobraba y tenía que estar horas y horas y horas. Me costaba entenderlo, la verdad. Hoy en día, muchos años después, lo entiendo y vengo a grabar este vídeo para darte las gracias. Las gracias porque gracias a todas esas enseñanzas yo conseguí ser maitre del cenador de Amos en el año 1995, con poco más de 23 años.

Después he sido maitre de dos hoteles, el Hotel Oyuela y el Hotel Sardinero, de cuatro estrellas. Dicen que era un buen maitre, dicen que era un buen sumiller. Hoy en día me doy cuenta que todo lo hiciste para que aprendiese. Tú has sido uno de los mejores maitres de esta región, de esta maravillosa Cantabria. Algún día se te dará el reconocimiento como tal persona que fuiste un grande de la hostelería.

Diste tu vida por la hostelería. Eras un grande de verdad. Hoy en día entiendo por qué hiciste todo eso. Hoy en día entiendo por qué me decías que por ser tu hijo tendría que ser siempre el último. Hoy en día entiendo que por ser tu hijo tenía que trabajar más que ninguno. Gracias a eso, hasta donde llegué, que no estuvo mal, ¿verdad? Así que, de corazón, con toda mi alma, quiero darte las gracias.

Charly, gracias. Carlos Canal, mi padre. El mejor maitre, director de restaurante de todo Cantabria, que yo he conocido y que conoceré. Gracias, gracias, gracias. Ser siempre inquebrantable, invencible. Siempre creer en ti. Pásatelo, pirata. Todo sucede para algo, siempre mucho mejor. Nos vemos en los bares. Chao, familia.