Escrituras sobre rieles. Un viaje con Reinaldo Spitaletta_T3_E2 4c6o47

Que pase el tren, una conversación sobre rieles que nos lleva a todos los mundos posibles.

Realiza el comunicador social periodista Joaquín Gómez Meneses.

Que pase el tren es una conversación sobre rieles que nos lleva a todos los mundos posibles y en varias ocasiones la propuesta ha sido viajar a donde nos lleven nuestras historias, a mundos imaginarios y reales en los que tenemos seguro lugares, situaciones y hechos en común. ¿Cuántos libros podrían escribirse con esas historias? Aquí hemos leído y escuchado algunas colaboraciones que bien podrían hacer parte de ese volumen inmenso que seguramente quedaría con todos esos relatos. ¿Qué sensaciones, qué emociones llegan con un tren? ¿Cuántas se pueden poner en palabras o cuántas necesitan páginas y páginas para poderse transmitir? Gracias a la magia del sonido aquí hemos visitado desde el asombro hasta el dolor y por eso se entiende que la creación con la palabra escrita se convierta en una salida a semejante impulso. La relación entre los trenes y la literatura es tan antigua como la historia de esta maravilla de la mecánica y el ingenio humano.

De otra parte, un mapa de la literatura en que los trenes ocupan un lugar relevante bien coincide con las zonas del mundo en donde los ferrocarriles tienen una historia que cimenta grandes naciones, la Rusia de León Tolstoy, los Estados Unidos de Charles Dickens o Robert Louis Stevenson, las tierras británicas de Agatha Christie o más recientemente J.K. Rowling, Kenji Miyazawa y su tren nocturno a la Vía Láctea en Japón, el México de Fernando del Paso, Juan José Arreola o Elena Poniatowska, la Argentina de Cortázar cuyos cuentos hacen parte de un paisaje ferroviario amplio plasmado en las letras.

El de hoy es un viaje de muchos posibles por esos cruces de caminos entre los trenes y la literatura, uno de muchos itinerarios que se pueden hacer dependiendo de quién nos dé la orden de vía con sus experiencias, con sus conocimientos y sus propias búsquedas. Yo me permito anticipar que aquí fácilmente pasaremos por los parajes de las estepas rusas, las cordilleras norteamericanas, las brumosas estaciones británicas, las calurosas rectas de nuestro trópico, las bucólicas estaciones patagónicas y la mixtura rural e industrial del área metropolitana de Medellín.

Mi nombre es Joaquín Gómez Meneses y me complace invitarles a bordo para que nos pongamos en marcha en este viaje infinito a través del sonido y hagamos juntos que pase el tren.

Papá en esos días trabajaba en el hotel Nutibara de Medellín y según lo supe tiempo después aquel barrio donde maltrataron y se llevaron al señor se llamaba Bermejal. De ahí nos mudamos a Bello, a Manchester, un barrio con ferrocarril y fábrica, con gente que muy temprano montaba en bicicleta y uno escuchaba a las cuatro de la mañana un pito largo que no era el del tren que además sonaba más lindo. Aquel era un pito molesto que llamaba a los obreros a la fábrica. Uno se iba a mirar vagones y después esperaba a que apareciera la locomotora y entonces pensaba, qué bueno que papá manejara una de esas y señalaba la mole negra y avasalladora y quería que el maquinista pitara.

Era un barrio de caserones con muchas piezas al cual un día en unas mangas que en invierno parecían lagunas llegaron hombres y mujeres y niños que levantaron carpas verdes y anaranjadas. Una visita inesperada y congregadora. Esta es la voz de un cronista, la de un periodista y escritor que en más de una veintena de libros lleva a sus lectores por los barrios que son como el tejido celular que constituye a las ciudades y desde allá, desde esa patria chica que algunos llaman, desde ese mundo que él nos presenta infinito por esa cantidad inconmensurable de relatos posibles ocurre la vida de sus personajes.

Los reales como Carlos Gardel o las mujeres de vida puta puta vida que retrató con Mario Escobar Velásquez en 1996 y los que se comparten desde el imaginario como la tía verania o el papá de ese sol negro que hizo brillar 20 años después como una de sus novelas, el sol negro de papá. Reinaldo Espitaleta es una voz conocida para los oyentes de Radio Bolivariana en Medellín donde ha reafirmado su condición de narrador de la calle y la vida con Medellín anverso y reverso, una de las facetas de la parte más reciente de una carrera que ha pasado por la redacción del colombiano así como por sus páginas de opinión y las del espectador, por el trabajo con el Centro de Historia de Bello y por las aulas de la Universidad de Antioquia y la Universidad Pontificia Bolivariana. Magíster en Historia, ciudadano del centro y hoy en día.