Donde suben y bajan las mareas - Lord Dunsany 382e2f

La luna deslumbrante asuman entre los árboles lo oscuridad de la noche lo inunda todo y una tenue niebla comienza a aparecer alguien trate en el bosque busca el árbol viejo siéntate a su lado ponte cómodo si era los ojos y escucha la historia que trae tati las criaturas de la noche bienvenidos estos son los cuentos del bosque oscuro donde suben y bajan las mareas del orden soñé que había hecho algo horrible tan horrible de semen lego sepultura en tierra y el mar y ni siquiera había infierno para mí espere algunas horas con esta certidumbre entonces vinieron por mi y mis amigos secretamente me asesinaron y con antiguo rito y entre grandes halcones encendidos me sacaron esto acontecía londres y furtiva mente en el silencio de la noche me llevaron a lo largo de calles grises y por entre mis serás casas hasta el río y el río y el flujo del mar pugna entre bancos de cien o y ambos estaban negros y llenos de los reflejos de las luces una súbita sorpresa no somos sus ojos cuando se les acercaron mis amigos o sacar fútbol antes yo lo veía muerto y rígido porque mi alma aún estaba entre mis huesos porque no había infierno para ella porque se me había negado sepultura cristiana de bajaron por una escalera cubierta de musgo y viscosidad es y así descendí poco a poco al terrible fango allí en el territorio de las cosas abandonadas excavaron una fosa después me depositaron en la tumba y de repente arrojaron las antorchas al río y cuando el agua extinguió el furgón de las tareas se vieron pálidas y pequeñas nadar en la marea y al punto se desvaneció el resplandor de la calamidad y advertí que se aproximaba la enorme aurora mis amigos se taparon los rostros con sus capas y la solemne procesión se dispersó y mis amigos fugitivos desaparecieron callada mente entonces volvió el fango cansada mente y lo cubrió todo en los mi cara allí ya hacía solo con las cosas olvidadas con las cosas amontonadas que las mareas nos llevará más adelante con las cosas inútiles y pérdidas con los ladrillos horribles que no son tierra ni piedra nada sentía por me habían asesinado más la percepción y el pensamiento estaban en mi alma desdichado la aurora se habría y vilas desoladas viviendas amontonadas en la margen del río y en mis ojos muertos penetrado sus ventanas muertas través de las cuales había falsos en vez de ojos humanos y tanto hastío sentí al mirar a aquellas cosas abandonadas que quizá llorar más no pude porque estaba muerto supe entonces lo que jamás había sabido