Curso de Filosofía: El pensamiento de Sartre (parte I) g6k6i

Curso de filosofía el pensamiento de Jean Paul Sartre. Primera parte. Un saludo amigos continuamos con los filósofos existencialistas. Recordad existencialismo es una filosofía en crisis, una filosofía agónica donde están los grandes sistemas griegos, medievales, el racionalismo, si queréis incluso el hegelianismo, se ha evaporado, ha desaparecido, las dos guerras mundiales han puesto al hombre occidental en crisis y vamos con los tres apartados de los seis en los que he dividido el estudio, este estudio sintético, ¿verdad?, de nuestro francés. Resumen inicial de los tres primeros puntos. Cuando el hombre no tiene ya objetivos el mundo carece de sentido.

Testigo y observador atento de nuestro tiempo Jean Paul Sartre, nacido en 1905 y fallecido en 1980, plasmó su pensamiento en novelas como la náusea o la edad de la razón, en obras de teatro como las moscas y en obras de naturaleza propiamente filosófica como el ser y la nada de 1943, el existencialismo es un humanismo de 1946 y crítica de la razón dialéctica del 60. Fuertemente influenciado por la fenomenología de Edmundo Husserl, Jean Paul afirma que la conciencia que es, es apertura al mundo pero el mundo no es la existencia y cuando el hombre ya no tiene objetivos el mundo entonces carece de sentido para él.

La gratuidad de las cosas y del hombre es precisamente lo que revela la experiencia de la náusea. Esto descubre Roquetin, el protagonista de la novela La náusea, que dice no hay ningún ser necesario que pueda explicar la existencia, todo es gratuito y cuando uno cae en la cuenta de ello el estómago se revuelve y todo se pone a flotar. He aquí la náusea. Fin de la cita.

Los análisis que desarrolla Sartre en el ser y la nada muestran que el mundo es lo en sí, el dato opaco gris, empastado de sí mismo, contingente y gratuito.

Pero nada de todo esto es la conciencia. La conciencia humana es una nada de ser.

Frente a lo en sí está la conciencia, que nuestro francés llama el para-sí y el para-sí es también ser para otro y ese otro se revela en la experiencia en que él invade mi subjetividad.