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Descripción de Cuarenta y dos #audesc 3a2f2l
Historia del legendario jugador negro de béisbol Jackie Robinson (Chadwick Boseman), que rompió las barreras raciales al ser contratado por el presidente (Harrison Ford) de los Dodgers de Brooklyn. La participación de Robinson en la gran liga de béisbol puso fin a la segregación racial en este deporte. Tuvo que soportar toda clase de humillaciones, pero su talento y actitud lo convirtieron en un héroe. Con los Dodgers consiguió 6 campeonatos en 10 años, además de una Serie Mundial. Fue nombrado novato del año 1947, MVP (Most Value Player - Jugador Más Valioso) en el año 1949, participó en el All Star en 6 ocasiones y se convirtió en el segundo hombre más popular del país tras Bing Crosby. Las hazañas de este jugador hicieron que todos los equipos de la Major League retiraran el número 42 de sus uniformes en reconocimiento a su talento, dedicación y lucha por los derechos humanos. Años después, pasó a formar parte del Salón de la Fama de Béisbol. 5gb3b
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En 1945 nuestra mejor generación volvió de la guerra.
La bandera de la libertad ondea en Europa.
La Alemania nazi fue derrotada y tres meses después el imperio japonés también cayó.
Júbilo y alegría por todo el planeta.
Los hombres regresaron, entre ellos las más grandes figuras del béisbol, Musial, Di Maggio, Williams.
Por fin la vida volvía a la normalidad.
¿Quién es el que juega en primera base? El segundo base.
¿Y quién es ese? ¿No lo sabes? No lo sé.
El béisbol era la prueba palpable de la democracia.
Al fin y al cabo la hoja de anotación es ecuánime.
No dice cuánto pesas ni qué religión profesas, ni por quién votaste ni el color de tu piel.
Expresa simple y llanamente cómo jugaste en un partido.
Los afroamericanos sirvieron a su país con orgullo.
Pero al regresar después de liberar al mundo de la tiranía tuvieron que enfrentarse al racismo, la segregación y a la ley de Jim Crow.
La marginación era ley y empezaban las protestas.
Y nadie la imponía de forma más estricta que los equipos de béisbol.
Quedaba un largo camino por recorrer.
Los afroamericanos soñaban con jugar al béisbol, pero no en los yaquis, sino en equipos como los Kansas City Monarchs de las ligas de negros.
Su arrollador estilo de juego contrastaba con el de las grandes ligas.
En 1946 había 16 equipos en las grandes ligas, con 400 jugadores en sus plantillas.
Los 400 eran blancos, pero cuando empezó la temporada del 47, esa cifra se redujo a 399.
Y un hombre destacó del resto.
Basada en una historia real.
En 1945, en las oficinas del Club de la Liga Nacional de Béisbol de Brooklyn, varios hombres asisten a una reunión.
Caballeros, tengo un plan.
Eso es bueno, señor Ricky, siempre tiene uno.
Mi mujer dice que estoy viejo.
Que ya no estoy para estos trotes.
Mi hijo dice que todo el mundo, el mundo del béisbol, se pondrá en mi contra.
Pero voy a hacerlo.
¿Hacer qué, señor Ricky? Voy a fichar un jugador negro para los Brooklyn Dodgers.
Uno de sus interlocutores sonríe nervioso y el otro se levanta escandalizado.
Con el debido respeto, ¿se ha vuelto usted loco? Piense, tiene que pensar en todas las críticas que va a recibir en los periódicos y en los escritores.
En todas las críticas que va a recibir en los periódicos y en los efectos que puede tener eso en nuestro barrio.
Por favor, señor Ricky.
Siéntate, Harold.
El joven Harold se sienta en su silla mientras el señor Ricky lee despreocupadamente el periódico.
¿Alguna ley lo prohíbe? No.
No, pero hay códigos.
Si infringes una ley, no te cogen. Muchos te llamarán listo.
Pero si ignoras el código, te marginarán.
Que así sea.
Nueva York está llena de aficionados negros.
El dinero no es blanco ni negro.
Es verde.
El dólar es verde.
No sé quién es.
Ni dónde está.
Pero va a venir.
¡Eh, chico! ¿Dónde has aprendido eso? ¿En clases de danza? ¡Estáte quieto! ¡Receptor! ¿No sabes tirar mejor? ¡Me lo digo!
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