EL Conde de Montecristo -Capitulo 33 Tomo 5 - Audiolibro (Alejandro Dumas) 29j6f

Capítulo treinta y dos el acto de acusación los jueces entraron en sesión inicios del más profundo silencio los jurados ocuparon sus asientos del señor débiles fort objetos de la atención general y aún mejor diremos de la iración ocupó a su sillón manteniéndose cubierto y dejó correr una mirada tranquila su alrededor todos contemplaban con iración a aquella cara grave y severa sobre cuya imposibilidad no tenían dominio los disgustos personales consideraban como una especie de terror a aquel hombre tan y sensible a las conmociones de la humanidad gendarme es introduzcan a la cuchara o dijo el presidente al oír aquellas palabras creció la atención del público y todos los ojos se fijaron era puerta por donde debía entrar benedetto se abrió está poco después y apareció el acusado la impresión fue igual en todos los asistentes y ningunos engaño el expresión de su fisonomía su fisonomía no presentaba las señales de emoción profunda que detiene la circulación de la sangre y hace palidez ser llevaba el sombrero en una mano y metida la otra graciosa mente en el chaleco que era de piqué blanco sus ojos estaban serenos y hasta brillantes tan pronto como entró en la sala paseo la vista por todas las filas de los jueces y de los asistentes y se detuvo en el presidente y muy particularmente en el procurador del rey lados depende de benedetto se colocó el abogado nombrado de oficio porque él no había querido ocuparse de aquellos detalles a los cuales no parecía dar importancia aquel era joven rubio y su fisonomía parecía estar mucho más como vida que la del acusado el presidente ordenó la lectura del acta de acusación redactada como se sabe por la pluma hábil e implacable del señor vila fort durante la lectura que fue larga y para cualquier otro hubiera sido aterradora la atención pública permaneció fija en vez de texto quien sostuvo aquella prueba con la serenidad de un experto humano jamás había estado reportan elocuente presentaba el crimen con los colores más vivos los antecedentes del acusado su transfiguración a las reseñas de sus acciones de su primer edad se pintaban con el talento que la práctica de la vida y el conocimiento del corazón humano dan a un hombre de tan buena imaginación como el procurador del rey consola que el preámbulo benedetto estaba perdido para siempre en la opinión pública que tanto que se acercaba el castigo más material aunque la ley chaval cantidad preso la menor atención a los cargos sucesivos que contra él se elevaban el señor desfile fort que el examinada cuidadosamente y que sin duda proseguía en los estudios psicológicos que había empezado a la vista de otros acusados no pudo hacerle bajar los ojos una sola vez por más que fijará el su profunda mirada se terminó la lectura acusada dijo el presidente su nombre y apellido chaval cante puso en pie discúlpeme señor presidente dijo el reo cuyo timbre de voz vibraba perfectamente puro pero veo que va a empezar el interrogatorio de un modo que no puedo seguir lo tengo la pretensión que justificar su tiempo de que no soy un acusado ordinario tenga la bondad se lo ruego de permitir responder siguiendo un orden distinto sin que por este dije de contestar a todo el presidente sorprendido miró a los jurados y estos al procurador del rey con gran asombro se manifestó en todas la asamblea pero chaval candy no se conmovió su edad repitió el magistrado tengo veintiún años o más bien los cumplir dentro de algunos días puedes nací en las noches del veintisiete veintiocho de septiembre de mil ochocientos diecisiete el señor de pieles corte que estaba escribiendo una nota levantó la cabeza al oír aquella fecha donde nació continúa el presidente en huir cerca de parís el señor de fort levantó por segunda vez la cabeza miró benedetto como si hubiesen mirado la cabeza de medusa y se puso libido benedetto paso por sus labios la punta de un fino pañuelos de batista abordado su profesión primero falsificado falsificadores dijo cava el cante con la mayor tranquilidad del mundo después ascendía ladrona y recientemente sido asesino un murmullo o por mejor decir una tempestad de indignación y de sorpresa estalló en la sala los jueces se miraron asombrados