
Comentario XXIV. O caja o faja, Juan Prim, el general político. 633xo
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Un héroe de guerra, un militar carismático, un político de raza. Juan Prim, el hombre que supo llegar a lo más alto en una época convulsa, pero que pese a librarse de la muerte en arriesgadas acciones en la guerra, acabó por encontrarla por motivos políticos en una calle de Madrid en una fría noche de invierno. Instagram: @comentarios_de_un_centurion Facebook: Comentarios de un Centurión hispano https://www.facebook.com/profile.php?id=61565171361918 Youtube: Comentarios de un Centurión hispano https://www.youtube.com/channel/UCvZMdGnfM-S2wk2C5mqpVJQ X: centurion_hisp Música de fondo: -Music by Scott Buckley. @ScottBuckley -Higinio Marín, “Batalla de los Castillejos” 2y6e5d
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Comentarios de un centurión hispano.
Bienvenidos a la tienda de este micastro, en la cual me vais a acompañar a escribir mis comentarios sobre historia militar y donde disfrutaremos escuchando las más heroicas hazañas de personajes de nuestro imperio y los episodios más gloriosos de éste.
Tomad asiento, servíos una buena copa de lo que gustéis, porque comenzamos.
Fue el siglo XIX español un periodo especialmente prolífico en guerras, tanto aquellas de defensa contra el invasor francés como otras civiles y sin faltar muchas exteriores.
Asociadas a éstas se vivieron periodos de gran convulsión en la política, con idas y venidas de distintas monarquías, múltiples cambios de gobierno y gran cantidad de pronunciamientos militares.
Es el siglo en el que nace el fenómeno de los espadones, generales que se metían en política, ocupando cargos de todo tipo en el gobierno o derrocando a éste para atraer uno nuevo en el cual ellos fueran protagonistas.
Esta figura del general político se hizo muy común en España, pero quizás hay uno que destacó sobre todos, y ese es Juan Prim y Prats.
Juan Prim nació en Reus en 1814, hijo de un notario que había servido como capitán en la primera legión catalana durante la Guerra de la Independencia y el cual también combatió a los carlistas mandando el batallón de tiradores de Isabel II, retirándose como teniente coronel y volviendo a su notaría.
Con 19 años, el joven Prim siente la llamada de las armas y se alistó como soldado en el batallón que había mandado su padre.
Pronto destacó sobre el resto por su valor y fue promovido a oficial.
No hizo esto menguar su empuje, sino muy al contrario, luchó siempre en primera línea.
Fue herido en la toma de Vilamayor de Alvallés y ascendió a capitán poco después por méritos de guerra.
Recibe su primera cruz laureada de San Fernando cuando captura en San Miguel de Serradel la bandera del cuarto batallón carlista.
Sigue su mando de idosidades y es ascendido a comandante cuando escala las murallas de Solsona y abre sus puertas.
Otra valerosa acción en Angers le vale el ascenso a mayor de batallón y se le concede el mando de la zona Solsona-Castellbey, de gran importancia para el paso de los convoyes carlistas.
Sus acciones en esta área, en la que fue varias veces herido, le llevaron a ganar su segunda laureada y ser nombrado coronel.
Tenía sólo 26 años, era bilaureado y había conseguido todos sus ascensos por méritos de guerra.
Y lo más importante, era un mito entre sus hombres y un héroe popular.
Finalizada la contienda contra los carlistas, empieza entonces su carrera política, la cual aquí vamos a tocar mínimamente.
Enemistado con el general Espartero, al llegar el general Serrano al Ministerio de la Guerra, ascendió a Prim a brigadier.
La oposición a Espartero había hecho surgir juntas revolucionarias en varias ciudades, siendo Barcelona donde más fuertes se hicieron.
Para acabar con este foco, se nombró a Prim gobernador militar y comandante general de la provincia.
A los milicianos de las juntas de Barcelona se les conocía como jamancios, de jamar, forma calé de decir comer.
El núcleo más radical de esta junta conocida como jamancia era el batallón de la blusa, formado por unos obreros que habían ocupado el cuartel de Atarazanas.
Al intentar dialogar con ellos, Prim sólo recibió burlas.
Fue entonces cuando dijo la famosa frase de o caja o faja, refiriéndose a que o vencía y obtenía la faja de general o moriría en el intento y acabaría en una caja mortuoria.
Prim lo logró.
Pacificó tanto Barcelona como la provincia y otras zonas del país.
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